El Gobierno revisará a la baja sus previsiones a mediados de abril

El Ejecutivo maneja indicadores "mixtos" para la revisión de previsiones, en medio del empeoramiento estimado por varios organismos

La vicepresidenta primera Nadia Calviño

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El Gobierno tiene previsto revisar sus previsiones macroeconómicas de este año a mediados del mes de abril, con anterioridad a la remisión del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y del programa de estabilidad que debe enviar a Bruselas antes del próximo día 30 de ese mes, según han confirmado a Economía Digital en fuentes gubernamentales.

Esta es al menos la intención inicial que maneja el Ejecutivo sobre la fecha para revisar sus previsiones macroeconómicas que, a tenor de los últimos indicadores económicos y las rebajas de crecimiento de organismos internacionales y nacionales como consecuencia de la tercera ola de contagios, se habrían podido quedar algo desfasadas.

La última vez que el Ejecutivo anunció sus previsiones fue el pasado mes de octubre, cuando vaticinó que la economía española registrará un crecimiento del 7,2% este año, que podría alcanzar incluso el 9,8% si se tiene en cuenta el impacto positivo de los fondos europeos en el PIB. El impacto de la tercera ola y el posible retraso de los fondos Next Generation UE podría obligar al Ejecutivo a tener que moderar sus estimaciones.

A lo largo del mes de abril

En los últimos días la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha descartado una revisión inmediata de las previsiones económicas, pero apuntó a los dos momentos habituales de actualización del marco presupuestario: abril y octubre.

Por regla general el Ejecutivo suele poner al día el cuadro macroeconómico con sus pronósticos de los principales indicadores económicos en el momento que envía a Bruselas el Programa de Estabilidad 2021-2022, cuyo plazo límite es el próximo 30 de abril, día que este año coincide con el tope temporal para que los Estados miembros remitan a la Comisión sus planes de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Sin embargo, aunque la fecha para el envío del Plan de Recuperación español está prevista para antes del plazo de 30 de abril, podría retrasarse algo, sobre todo después de que el Tribunal Constitucional de Alemania haya paralizado este viernes la aprobación de los fondos europeos conocidos como Next Generation EU, lo que a la postrepodría retrasarse y afectar a todos los miembros de la Unión Europea.

El Gobierno español lleva meses en contacto «permanente» con la Comisión Europea para el intercambio de las denominadas ‘fichas’ del plan, que recogen en 30 componentes el más de un centenar de reformas y el conjunto de inversiones previstas, después de haber intercambiado varios borradores y estar perfilando el documento definitivo mediante un proceso de simplificación, explican desde Moncloa.

De cualquier forma, la previsión es actualizar el cuadro macroeconómico a lo largo del mes coincidiendo con los envíos del Plan de Recuperación y del Programa de Estabilidad en el momento en que se envíe a Bruselas, previsiblemente apurando las fechas en torno al 30 de abril.

La remisión de este programa se efectúa en cumplimiento de obligaciones europeas, que marcan que cada año, en el mes de abril, todos l​os Estados miembros de la Unión Europea tienen que presentar ante la Comisión Europea sus Programas Nacionales de Reformas (PNR) y sus Programas de Estabilidad para coordinar las políticas económicas nacionales y lograr los objetivos establecidos para la UE en su conjunto.

​C​on el Programa de E​stabilidad, la Comisión y los ministros de economía evalúan si los Estados miembros van por buen camino para alcanzar los objetivos presupuestarios a medio plazo, y para ello se basan en el análisis del saldo estructural y el valor de referencia del gasto.

No obstante, debido a la pandemia y la necesidad de una política expansiva la Comisión suspendió las reglas fiscales para este año y ha dejado entrever que previsiblemente con toda seguridad también en 2022, por lo que la exigencia respecto a los objetivos presupuestarios ha quedado aparcada temporalmente.

En todo caso, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, mantiene que el compromiso con la consolidación fiscal no se ha eliminado. Tras cerrar el déficit público en torno al 11,3% del PIB y elevarse la deuda pública por encima del 117% del PIB en 2020 (datos que confirmará este lunes Montero), la tasa de referencia que vaticina el Gobierno para este año es un déficit del 7,7% y una deuda pública del 118,8% del PIB.

Indicadores «mixtos»

Desde el Ministerio de Asuntos Económicos mantienen que la economía se encuentra en un momento de «transición», con indicadores «mixtos«, por lo que se recogen datos positivos y negativos. Calviño ha destacado estos días que, según los datos del Ministerio de Seguridad Social, unos 204.000 trabajadores han salido ya del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) desde el pico alto de la tercera ola en febrero, por lo que se reincorporan a la actividad unos 6.000 trabajadores al día.

A ello, subrayó Calviño, se suma que el sector industrial europeo da muestras de recuperación en marzo, y es que todo apunta a que la remontada económica podría estar comenzando en el tercer mes del año, tras dos meses iniciales (enero y febrero) calificados por la propia vicepresidenta como «malos» a nivel económico por la tercera ola.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se ha mostrado confiada en que a lo largo del segundo y tercer trimestre se logre una recuperación en forma de «V», como en el tercer trimestre del año pasado cuando el PIB rebotó un 17,1% por el levantamiento de las restricciones, a medida que los datos de la pandemia mejoren con el avance de la vacunación.

Aunque tanto Calviño como Montero se han querido mostrar «prudentes» respecto a las previsiones, recuerdan que la Comisión sitúa a España como el país con mayor pronóstico de crecimiento este ejercicio y el próximo, y muestran sus esperanzas en el mes de marzo para compensar los malos datos de enero y febrero.

Rebaja generalizada de previsiones

Más allá de que finalmente el Ejecutivo reduzca o no sus previsiones de crecimiento, los principales organismos nacionales e internacionales no han dejado de empeorar en las últimas semanas sus vaticinios sobre la evolución del PIB tanto en el primer trimestre como en el conjunto del año.

El consenso general, confirmado incluso por el propio ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, apunta a que el PIB se habría contraído al menos ligeramente entre enero y marzo, aunque algunos organismos estiman que la merma podría sobrepasar el 1,5%.

Los peores augurios sobre la economía en el primer trimestre se han ido confirmando a medida que se han ido publicando los distintos datos, que han llevado a la AIReF cifrar en un 1,6% la posible caída de PIB en el primer trimestre.

De su lado, el escenario central del Banco de España prevé una caída intertrimestral del 0,4% entre enero y marzo, si bien el escenario suave plantea la posibilidad de un ligero crecimiento de hasta el 0,4%, mientras que en el severo el PIB se retrotraería hasta un 0,9%. 

En el segundo trimestre el crecimiento será positivo, según sus estimaciones, aunque para el conjunto del año rebajó las expectativas a un avance del PIB del 6%, ocho décimas menos que lo que calculaba en diciembre y casi 4 puntos por debajo de lo que augura el Gobierno (+9,8%). El organismo supervisor empeora su pronóstico por el peor arranque del año y por el retraso que prevé en los fondos europeos: calcula una ejecución del 55% de la inversión, frente al 70% anterior.

En unos niveles similares se sitúan las previsiones de Funcas, que disminuyó cuatro décimas su estimación, hasta el 5,9% en 2020, y augura una contracción del PIB del 0,4% en el primer trimestre, frente al crecimiento del 0,5% anticipado en el anterior Panel. También redujo el avance de PIB hasta el 1,7% en el segundo, el 2,9% en el tercero y el 1,9% en el último.

De su lado, BBVA Research estima que el PIB caerá entre un 0,5% y un 1% en el primer trimestre, si bien dependerá de los datos del mes de marzo, que parecen atisbar una posible recuperación en comparación a los malos registros de enero y febrero.

La evolución del primer trimestre viene marcada por las restricciones de la tercera ola y el crecimiento nulo de la economía en el cuarto trimestre de 2020, según confirmó el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado viernes, que actualizó sus cálculos y descartó el avance del 0,4% que estimada en el dato adelantado, en buena medida por la mejora de siete décimas del crecimiento en el tercer trimestre (17,1%).

Para el conjunto del año el INE revisó dos décimas su dato avanzado, situando el desplome histórico en el 10,8% en 2020, el mayor desde la Guerra Civil. Con todo, la cifra se sitúa por debajo del retroceso del 11,2% del PIB que calculaba el Gobierno, que siempre defendió como «prudentes» sus pronósticos.

De hecho, finalmente la estimación del Gobierno de 2020 ha resultado asemejarse más al dato definitivo, frente a los peores pronósticos del resto de organismos, que en los últimos meses empeoraron de forma generalizada sus estimaciones. Este es uno de los motivos que llevan al Ejecutivo a mantenerse cautos de cara al nuevo cuadro que prevé actualizar a finales de abril.

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