Escrivá (Banco de España) tacha de «oportunidad desaprovechada» el Plan Fiscal del Gobierno

El Banco de España subraya las "carencias" del documento clave de las reglas fiscales, al no tener suficiente detalle y concentrar el ajuste al final del periodo

El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá. ECONOMÍA DIGITAL

El Banco de España ha cargado duramente contra el Plan Fiscal Estructural a Medio Plazo del Gobierno, el documento clave de las nuevas reglas fiscales europeas que fue aprobado a finales del año pasado y avalado por la Comisión, ya que «desaprovecha la oportunidad para realizar una planificación rigurosa» de las cuentas públicas y «no incluye un detalle suficiente» de las medidas a adoptar para cumplir los objetivos marcados.

El Informe Anual 2024, el primero con José Luis Escrivá como gobernador y presentado este martes, cuestiona la utilidad del programa fiscal que diseñaron los Ministerios de Economía y Hacienda para embridar las finanzas del Estado entre 2025 y 2028, con un ajuste que se extenderá hasta 2031, y señala las «carencias» en su diseño que reducen su utilidad.

«El PFEMP desaprovecha la oportunidad para realizar una planificación rigurosa, con un horizonte de medio plazo, de las cuentas públicas que se beneficie, además, del patrón de crecimiento robusto que la economía española presenta en la actualidad», dice el informe elaborado por la Dirección General de Economía y Estadística de la entidad.

Esto es así, señala el Banco de España, en tanto que el Plan remitido a Bruselas «no incluye un detalle suficiente de las medidas presupuestarias que se han de adoptar para conseguir los objetivos establecidos, ni es posible deducir del mismo una previsión granular de ingresos y gastos con un horizonte de medio plazo».

El supervisor hace suyas las críticas de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), organismo que presidió Escrivá antes de que Pedro Sánchez lo nombrara ministro de Seguridad Social, y señala que las «carencias» en este detalle «reducen su utilidad como instrumento de planificación fiscal a medio plazo».

El Banco de España no solo critica las formas, sino también cómo se ha diseñado el ajuste fiscal. La nueva variable de las reglas fiscales es el aumento del gasto primario (sin incluir intereses) neto de medidas de ingresos y el Gobierno ha estructurado gran parte de la contención en las cuentas a finales del periodo de ajuste.

Esto, dice la entidad, «implica desaprovechar las oportunidades que brinda el actual patrón de crecimiento robusto que muestra la economía española para mitigar los posibles efectos negativos derivados de dicho proceso de consolidación».

Es decir, el Ejecutivo debería aprovechar un momento cíclico de crecimiento para hacer buena parte del ajuste de las cuentas públicas, lo que «reduciría la incertidumbre asociada al riesgo de tener que implementar eventualmente un ajuste fiscal de carácter procíclico más adelante».

El Informe Anual hace un prolijo análisis de la economía española e internacional tanto del año 2024, cuando España sorprendió por el buen comportamiento de su actividad, como de principios de este ejercicio, en un entorno marcado por la guerra arancelaria y por el incremento del gasto en Defensa en multitud de Estados vecinos, entre ellos el nuestro.

«A diferencia de crisis anteriores, el entorno actual se distingue por una incertidumbre especialmente difusa y persistente, que dificulta tanto la identificación de escenarios adversos plausibles como la asignación de probabilidades a dichos escenarios. Además, los desarrollos recientes no están siendo captados de forma inmediata ni nítida por los principales indicadores convencionales de actividad, lo que añade complejidad a la interpretación del momento del ciclo y a la valoración de las perspectivas económicas y de inflación», destaca el propio gobernador Escrivá en su introducción al documento.

Sobre la guerra arancelaria desatada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el evento geopolítico que permea a lo largo de todo el informe, el Banco de España calcula un impacto limitado en la economía española, al menos a través del canal comercial. La caída del PIB sería mayor si el conflicto deriva en tensiones financieras y a través de la incertidumbre.

Con todo, si en 2023, antes del cambio de tono de la política comercial estadounidense, el arancel medio de las exportaciones españolas a Estados Unidos era del 3%, en el escenario actual -con un arancel fijo del 10% y del 25% a los vehículos, el acero y el aluminio- este se amplía al 12%. De llegar a imponerse los denominados «aranceles recíprocos», lineales del 20%, el tipo medio ascendería al 18%.

En cuanto a los retos de la economía española, el mercado laboral -España sigue siendo el líder europeo en paro- es uno de ellos, marcado por dos variables muy importantes, más allá del desempleo: la escasez de mano de obra y el aumento de las bajas por incapacidad temporal.

«Desde finales de 2022 se ha producido un incremento significativo del porcentaje de empresas que declaran dificultades para encontrar mano de obra —especialmente de sectores vinculados a la hostelería y la construcción—, si bien existe una notable incertidumbre sobre si este aumento es un reflejo de la situación cíclica de la economía o de un desacople de naturaleza más estructural entre las habilidades requeridas y las disponibles»m señala el documento.

En relación con el aumento de las personas en incapacidad temporal, el Banco lo achaca a varios factores: «el deterioro de la salud tras la pandemia, el envejecimiento de la población y el propio ciclo económico —ya que históricamente se ha observado que la incidencia de la incapacidad transitoria ha sido mayor durante los períodos de expansión—».

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