Fin de la escasez de chips, menos para la automoción 

La consultora Roland Berger anuncia la vuelta a la normalidad en el mercado de semiconductores para teléfonos y televisores mientras asegura que el incremento de las fábricas de chips no aliviará las necesidades de las factorías de coches

Un microchip.

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Esta Navidad habrá teléfonos, móviles y televisores y se mantendrán los problemas de suministro de chips para la automoción. La consultora Roland Berger asegura que el mercado de chips tendrá «escasez, exceso de oferta y exceso de inventario al mismo tiempo”.  La distribución será desigual y las factorías de coches mantendrán su cadena de suministro con problemas.

El origen de la escasez de chips está en la pandemia. La mayoría de fabricantes (americanos y europeos pero no asiáticos) de coches cancelaron sus pedidos de chips en 2020 con el confinamiento, lo que a su vez provocó un boom de compras de ordenadores, televisiones y videoconsolas ligadas al aumento del tiempo pasado en el hogar. Desde entonces la cadena de suministro ha fallado creando desde subidas de precios en algunos productos electrónicos a una larga lista de interrupciones en las fábricas de la automoción.  

 La consultora advierte: “A medida que se debilita la demanda de los consumidores, los fabricantes de chips están reconstruyendo sus inventarios desde mínimos históricos. Esto ha terminado efectivamente con la escasez de chips a corto plazo en los segmentos de consumidores, computadoras y comunicaciones. En consecuencia, se espera que el crecimiento de los ingresos globales de semiconductores disminuya en 2022 y 2023”. 

Roland Berger asegura que la parte positiva de esta situación es la mejora de la oferta de semiconductores “de vanguardia y de nodo avanzado” aunque “no mejorará la baja oferta de chips heredados (basados en obleas de 6 y 8 pulgadas), que son los más relevantes para las empresas automotrices e industriales”.  

De hecho, sentencia: “Esperamos una escasez continua de chips de nodos heredados y maduros que son utilizados principalmente por empresas automotrices e industriales”. Y aporta datos. El 62% del mercado industrial dependen de chips de señales analógicas, unidades de microcontroladores o componentes tipo MEMS. Roland Berger avisa que estos tipos de chips “corren un mayor riesgo de ser escasos” ya que los inversores buscan, cada vez más, chips avanzados.

El foco de los inversores no está en los chips más necesarios sino en los más rentables. El principal fabricante del mundo de chips, TSMC, reconoció en agosto que se habían dejado de producir coches de 50.000 dólares porque ellos habían decidido no fabricar unos chips que vendían por medio dólar, tal y como recogió Bloomberg.

Las ingentes inversiones mundiales no atacan el problema de la automoción 

Las políticas para mejorar el suministro de chips en el mundo son más eficientes en Japón, Corea del Sur y Taiwán que en Europa o Estados Unidos, según la consultora Roland Berger, pero, en ninguno de los casos, tendrán un impacto relevante para la producción de los chips que necesita la automoción y cuya ausencia paraliza la producción en las fábricas.  

La consultora advierte que el resultado de las inversiones es muy diferente según el área geografica. Mientras en Asia están logrando «mejorar su posicionamiento global y proteger las cadenas de suministro», la ley de chips de Estados Unidos se ha focalizado en los chips más avanzados que, como pronto, tendrán un impacto en 2025. Roland Berger es todavía más duro con Europa. «Se espera que las inversiones anunciadas por la Unión Europea no tenga un impacto en la mejora del suministro de semiconductores de la UE».

Lejos de considerar la escasez de chips como un problema coyuntural, la consultora asegura que la disminución de la electrónica de consumo no va a frenar la escasez que sufre la automoción y plantea que se va a producir la paradoja de que las fábricas de automóviles seguirán parando por falta de chips mientras los fabricantes de semiconductores destruyen chips porque no tienen clientes que los consuman. Una solución que plantea Roland Berguer es cambiar el tipo de chips que se utiliza en los automóviles.

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