Récord histórico de personas de baja: roza el millón de empleados en 2025

Mientras se ultima la reducción de la jornada, el problema del absentismo se dispara: en el primer trimestre faltaron dos millones de personas a su puesto de trabajo

Trabajadores de un bar a oscuras durante el apagón eléctrico generalizado. Álex Zea / Europa Press

El tejido productivo de nuestro país arrancó el año 2025 con más personas de baja que nunca. Así lo arrojan los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados por el INE esta semana, que registran casi un millón de ocupados que no trabajaron en la semana de referencia con la que se arma la estadística por encontrarse o enfermos o en una situación de incapacidad temporal.

Con el mercado laboral rozando ligeramente los 21,8 millones de trabajadores en el primer trimestre, el de menor dinamismo en la economía española, el número de personas en incapacidad temporal se sitúa muy cerca del millón: 988.000 millones, concretamente. Se trata del máximo de la serie histórica, una cifra que se ha casi duplicado desde 2019 y que supera los picos alcanzados durante la pandemia, cuando un positivo de COVID-19 suponía una baja automática.

Sin pandemia de por medio, en el inicio de 2025 se superó el máximo registrado entre enero y marzo de 2022, cuando fueron 985.800 los trabajadores que no acudieron a su puesto de trabajo debido a una enfermedad.

En apenas seis años, el número de personas de baja ha pasado de rondar los 500.000 a colocarse en el entorno del millón de trabajadores. Son varias las causas que lo explican: desde el crecimiento del mercado (a mayor número de ocupados, mayor número de bajas), a la mayor edad media de la fuerza laboral o el aumento de las listas de espera, lo que lastra los procesos de recuperación e incorporación al trabajo.

Abordar absentismo es una de las exigencias de las patronales en cada una de las mesas de negociación que se han abierto por el Gobierno en los últimos años, ante el lastre que supone para la economía y para las empresas el hecho de no poder contar con los empleados, en muchas ocasiones por causas ajenas a su actividad.

De hecho, el Ministerio de Seguridad Social que lidera Elma Saiz anunció la apertura de una mesa de diálogo social para abordar la reforma de la incapacidad temporal, un asunto polémico porque puso encima la posibilidad de poner en marcha «bajas flexibles» (o «altas graduales») para permitir la reincorporación parcial de las personas enfermas a sus puestos de trabajo. Una petición por parte de asociaciones de pacientes con cáncer que el Ejecutivo erró a la hora de plantear.

Y este asunto cada vez tensiona más las cuentas de la Seguridad Social. El organismo abonó hasta marzo 4.057 millones de euros en prestaciones por incapacidad temporal, lo que supone un 12% más que en 2024 (3.586 millones) y más de un tercio del presupuesto total para todo el año (el 34%, en apenas un trimestre).

Estos datos llegan a pocos días de que el Consejo de Ministros apruebe en segunda vuelta la reducción de la jornada laboral legal de 40 horas a 37,5 horas semanales, lo que entre el empresariado (sobre todo entre las compañías pequeñas y medianas) se ve como una presión más para sus cuentas.

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