Los bancos acumulan un colchón de 65.000M para mitigar el impuesto de sociedades 

Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Unicaja y Bankinter suman 64.992M de euros a cierre de 2022 en DTA, un 0,7% menos que el ejercicio anterior

Una persona saca dinero de un cajero de una entidad bancaria en Madrid. EFE/Emilio Naranjo

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Las empresas acumulan millones de euros para suavizar el golpe de los impuestos. En el caso de la banca, las grandes entidades recogen casi 65.000 millones de euros en créditos fiscales a cierre de 2022 en sus memorias, que pueden acabar usando para mitigar el impacto del impuesto de sociedades. La crisis financiera y el estallido de la burbuja del ladrillo se saldó con un deterioro de activos que llevó a que las entidades acumularan en sus cuentas millones de euros en concepto de estos créditos fiscales, que no podían desgravarse en ese momento por tener bases imponibles negativas. En muchos casos, esto ocurrió en las cajas de ahorros que acabaron en problemas y tras el sucesivo baile de compras y fusiones terminaron dentro de los balances en las grandes entidades del sector.  

La suma de los activos por impuestos diferidos, que en la jerga del sector se conoce como DTA — las siglas en inglés de deferred tax assets— de Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Unicaja y Bankinter se sitúan en los 64.992 millones de euros a cierre de 2022, según se recoge en los informes financieros anuales de las entidades. Aunque hay que tener en cuenta que la cifra de los dos grandes bancos tiene un carácter de grupo y, por tanto, no toda la cuantía podría ser usada para amortizar el golpe fiscal en España.  

Esta cifra se mantiene prácticamente en línea con la del año previo, cuando las 6 entidades registraron un total de 65.461 millones de euros. Así, el pasado ejercicio el colchón solo se ha reducido en un 0,7%.  

Los créditos fiscales son un pequeño saco donde se van guardando aquellas pérdidas que en su momento no se pudieron compensar por tener resultados negativos u otros gastos deducibles pero que tienen que seguir un patrón temporal. Así, cuando la empresa, en este caso el banco, tiene una base imponible positiva (la cifra sobre la que se pagan los impuestos) puede ir sacando los créditos que guarda en este bolsillo para ir amortiguando el pago de impuestos.  

Eso sí, con una serie de condiciones que se establecen en la normativa. “En el caso de las grandes empresas, la compensación solo puede ser un de un 25% de la base imponible”, según recuerda Luis del Amo, secretario técnico del REAF del Consejo General de Economistas. Una restricción que estableció para evitar un desplome recaudatorio, sobre todo, tras la Gran Recesión cuando las grandes empresas, y en especial los bancos, acumularon más DTA.  

Los créditos fiscales, por entidades

Si se observan los créditos fiscales por entidades, Santander recoge 20.787 millones de euros en 2022, frente a los 19.440 millones de euros del año anterior. Aunque hay que tener en cuenta que la entidad desglosa sus cifras de grupo. En el caso del grupo presidido por Ana Botín, sus datos de créditos fiscales aumentaron tras la compra de Popular, que tenía en su balance 4.907 millones de euros en activos fiscales diferidos en 2017, cuando se produjo la adquisición tras la quiebra de Popular.

Por cuantía, Caixabank le sigue con 18.297 millones de euros en créditos fiscales frente a los 19.440 millones de euros de 2021. Parte de esta cifra proviene de Bankia, que a su vez era el resultado de una fusión de 7 de las antiguas cajas de ahorro (Caja Madrid, Bancaja, La Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia, y Caja Rioja) que también habían visto complicarse sus cuentas durante el estallido de la burbuja del ladrillo.  

En el caso de BBVA, el grupo cuenta con 14.494 millones de euros en DTA en 2021, frente a los 14.917 millones de un año antes. La entidad presidida por Carlos Torres participó también en varias compras de cajas catalanas (Catalunya Caixa y Unimm) que habían sufrido por la crisis financiera y que ampliaron su colchón de créditos fiscales en aquellos ejercicios.

En las cuentas de Sabadell de 2022 se recogen 6.417 millones de euros frente a los 6.461 millones de un año antes. Por su parte, Bankinter es la entidad con menores créditos fiscales de entre los grandes grupos bancarios con 382 millones de euros.  

El estallido de la burbuja del ladrillo

Mientras que Unicaja registra 4.615 millones de euros en 2022, con 4.767 millones de euros de un año antes. La entidad, que se ha convertido en el quinto banco español tras su fusión con Liberbank, ha ido sumando en su estructura una larga lista de cajas de ahorro, que fueron acumulando sus activos más golpeados.

Unicaja es el resultado de la unión en 2011 del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda, Cádiz, Almería, Málaga, Antequera y Jaén. Mientras que Liberbank es el fruto de lo que se conoció en su momento como fusión fría (o por sus siglas como SIP, sistema institucional de protección) de Cajastur, Caja de Extremadura, Caja Castilla-La Mancha y Caja Cantabria. 

En los últimos ejercicios, los créditos fiscales de los bancos no se han visto fuertemente reducidos. Las limitaciones establecidas son una de las razones, pero además, la pandemia del COVID-19 que borró parte de las ganancias de los bancos también hizo que aumentaran los DTA.  

La normativa fiscal incluye, además, una nueva particularidad que limita de manera excepcional el uso de los créditos fiscales para este ejercicio 2023, según explica del Amo. En este caso, para aquellas empresas que tributen por grupos, una forma de tributación en la que pueden compensar las bases imponibles positivas con las negativas, este ejercicio la compensación solo podrá ser de un 50% de la cuantía de las bases imponibles negativas.  

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