Carlyle pone en orden la deuda de Codorníu

Carlyle refinancia una deuda de 90 millones de Codorníu con banca extranjera y olvidándose de Caixabank, el Sabadell y Bankia

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Carlyle ha entrado fuerte en Codorníu. Nada más aterrizar en la segunda mayor empresa de cava, el fondo de capital riesgo ha encauzado uno de los temas calientes en la compañía de Sant Sadurní d’Anoia: la deuda. Con urgencias a corto plazo, ha refinanciado su deuda y, a diferencia de lo que era habitual, ha echado mano de bancos extranjeros.

Según ha podido saber Economía Digital, Codorníu ha cerrado recientemente un acuerdo para refinanciar unos 90 millones de euros de deuda a corto y largo plazo. Hasta ahora, los principales tenedores del pasivo de la compañía eran el Santander, BBVA, Bankia, Caixabank y el Sabadell, pero solo dos de ellos repiten. Se trata de Santander y BBVA, que esta vez tienen de socios bancos internacionales.

Con este acuerdo, el grupo que dirige Ramón Raventós ha logrado alejar el horizonte de vencimientos y abaratar el coste de los intereses, si bien las fuentes financieras consultadas no han precisado dichos detalles. Las entidades han evitado hacer comentarios al respecto.

Codorníu tenía a cierre de su ejercicio 2017 una deuda bancaria de 82 millones de euros, contando a corto (29 millones) y largo plazo (53 millones). Un tercio de toda la deuda vencía en junio, por lo que Carlyle iba a contrarreloj. Además, otros 11,8 millones pedidos por otras sociedades, concretamente las estadounidenses, vencían en febrero del próximo año.

Con la refinanciación, Codorníu despejó estas urgencias y además reestructuró el resto de la deuda aprovechando los bajos tipos de interés. Y es que la tendencia alcista del euríbor hace presagiar que la oportunidad de refinanciarse rebajando costes tiene fecha de caducidad.

Las primeras decisiones de Carlyle al frente de Codorníu

Carlyle tardó pocos días en sellar la refinanciación con la banca para sanear el balance de la cavista, pero no fue su primera medida al frente de la empresa. A las pocas semanas de tomar el mando, el fondo estadounidense culminó el relevo en la cúpula que ya estaba abierto antes de su llegada y nombró consejero delegado a Ramón Raventós en detrimento de Javier Pagés, que presidirá la DO Cava.

La empresa con sede en La Rioja aprobó la semana pasada en una reunión del comité de dirección el nombramiento del ejecutivo, uno de los principales impulsores de la venta entre los miembros de la saga catalana. Desde un primer momento, Raventós Basagoiti se posicionó a favor de la oferta del vehículo americano, que terminó por valorar en 300 millones de euros la compañía española –más 90 millones de euros de deuda–.

Además, Codorníu también acordó la integración de Gleva Cellars (Parxet) en su entramado de bodegas, que se completará antes de final de año e incluirá a la totalidad de bodegas y trabajadores.

Antes, el vehículo norteamericano ya anunció su intención de sacar de bolsa a la filial Bodegas Bilbaínas, controlada al 93,9% por la firma catalana y especializada en la producción de vinos riojanos. Para ello, tiene en marcha una OPA con la que pretende convencer al 6,1% con el que comparte capital.

Según explicó la empresa en un comunicado enviado a la CNMV, Carlyle pagará 7,18 euros por acción, “el equivalente al precio medio de cierre de Bodegas Bilbaínas desde el 31 de octubre de 2017 hasta el 28 de septiembre de 2018”. La operación valorará la compañía en unos 20 millones de euros.

Carles Huguet

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