El fútbol español sube el precio de las entradas menos que la inflación en pleno cambio de modelo de negocio
Javier Tebas asegura que los equipos españoles han subido el precio de las entradas a un menor ritmo que la inflación y que el modelo de negocio del fútbol profesional está cambiando para depender menos del valor de los traspasos de jugadores.
Vinicius Junior y Jules Kounde durante un clásico. Foto: Europa Press
Los equipos de fútbol españoles han subido el precio de las entradas en los últimos años a un menor ritmo que el de la inflación, en pleno cambio de modelo de negocio de la industria del fútbol profesional, menos sometida al valor del traspaso de jugadores.
El ingreso medio por asiento y partido de la competición profesional española ascendió en la temporada pasada a 32,8 euros, frente a los 30,4 euros que se ingresaban de media en la temporada 2018-2019.
Posiblemente para los aficionados de equipos como el Real Madrid, en el que una entrada en lo más alto del estadio no baja de los 60 euros como mínimo, el dato no sea realista, pero LaLiga afirma que la facturación media ha aumentado a «un nivel mucho menor que el de la inflación anual efectiva, que desde 2019 ha evolucionado a un ritmo acumulativo anual del 3,6%«.
«Estamos transitando hacia un modelo de crecimiento del negocio marcadamente diferente al que ha caracterizado nuestra actividad en épocas recientes», dice Tebas
La compañía presidida por Javier Tebas sostiene en su último Informe Económico Financiero que es evidente «que los clubes no han repercutido la inflación soportada a los aficionados».
LaLiga incide en que los equipos han hecho lo contrario de subir los precios de las entradas a los estadios «generando una suerte de movimiento simbiótico de incremento de ingresos, gracias a la mayor asistencia y consumo de aficionados en los días de partido».
Javier Tebas defiende en ese mismo informe que se está produciendo un cambio en el modelo de negocio del fútbol internacional, menos centrado en el valor del traspaso de los jugadores.
«Tanto el número como el importe medio de las transacciones se ha reducido considerablemente» en España, destaca.
«Y esta es una pauta compartida con el resto de las grandes competiciones europeas, en la que adicionalmente tiene mucho que ver la sujeción de LALIGA a los principios de sostenibilidad financiera y las normas económicas del fair play«, añade.
Tebas insiste en que se percibe «la intención de un cambio de rumbo en el resto de grandes ligas -muchas veces no autoimpuesto, sino forzado- que las instituciones internacionales (UEFA y FIFA fundamentalmente) deberían tratar de consolidar de forma permanente».
«Es ahora o nunca», advierte el presidente de LaLiga. «No estamos ante una amenaza, sino ante una oportunidad», dice.
Tebas aplaude en este sentido la iniciativa del Gobierno de Reino Unido «de tomar cartas en el asunto, provocando una intervención para mejorar la sostenibilidad financiera del sistema».
«Por primera vez en más de una década, el ritmo de actividad se ha frenado en la competición inglesa«, señala, pero indica que los registros «siguen siendo aún desaforados e introduciendo graves distorsiones».
También celebra «el surgimiento de diversos procesos sancionadores, inexistentes hasta la fecha, a determinados clubes que sistemáticamente venían menoscabando las reglas de la competencia y acelerando inestabilidades para el conjunto».
«Estamos transitando hacia un modelo de crecimiento del negocio marcadamente diferente al que ha caracterizado nuestra actividad en épocas recientes», reitera.
«El que ha sido un vector de rentabilidad y solvencia hasta la irrupción del Covid, el mercado de traspasos de jugadores, parece que discurrirá estructuralmente por unos niveles ostensiblemente inferiores a lo que estamos acostumbrados«, pronostica.
Se trata de una oportunidad para que la «fisionomía de los resultados de LaLiga» dependa más de factores orgánicos (facturación ordinaria y control de gastos), «que de cuestiones más elásticas al ciclo, volátiles y en buena medida incontrolables, como son determinadas dinámicas (de “calentamiento” y “enfriamiento”) que se generan periódicamente en el mercado de jugadores».
Este cambio de modelo negocio previsible «o al menos deseable» de inversión en jugadores «se alinea con la tesis defendida desde hace muchas temporadas» en España, asegura Tebas.
La inversión en jugadores «de manera desaforada», insiste, «provocan un efecto multiplicador y una espiral inflacionista sobre todo el ecosistema de fútbol europeo».
Corregir estos excesos comportaría «un efecto positivo a largo plazo, reduciendo la presión al alza de los costes, la volatilidad de la actividad, y mejorando la sostenibilidad financiera de las entidades», concluye.