José Sevilla regresa a la primera plana de la banca española con la misión de tapar la crisis de Unicaja 

Unicaja celebra mañana la Junta General de Accionistas en la que someterá a votación el nombramiento de José Sevilla como consejero independiente, paso previo para designarle presidente no ejecutivo  

José Sevilla, ex-CEO de Bankia. EFE

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José Sevilla está de vuelta a la primera plana de la banca española. Tres años después desde que saliera de Bankia por la fusión con Caixabank, el directivo regresa a las altas esferas del sector, y lo hace como presidente no ejecutivo de Unicaja.  

La entidad malagueña celebra mañana su Junta General de Accionistas en la que el nombramiento del ex-CEO de Bankia como nuevo consejero independiente forma uno de los puntos del día. Se trata del paso previo para la designación de Sevilla como presidente no ejecutivo de la firma andaluza.  

El ejecutivo, quien llega para sustituir a Manuel Azuaga en la presidencia de Unicaja, entra además para dilapidar de una vez por todas la crisis de gobernanza que ha vivido el banco cotizado en el Ibex desde finales de 2021.  

El aterrizaje de Isidro Rubiales como CEO en sustitución de Manuel Menéndez se antojó como un paso de gigantes para frenar los problemas internos en el banco. El nombramiento del consejero delegado ha valido para que Unicaja avance en varias cuestiones corporativas.  

No obstante, el anuncio prematuro de la salida de Azuaga puso en guardia a la entidad, que desde el pasado 28 de noviembre ha hecho un barrido exprés para encontrar al sustituto adecuado.  

Sevilla, un perfil del gusto de Unicaja (y del BCE) 

Sevilla, quien ya estuvo entre los favoritos para ocupar el asiento de CEO de Unicaja, es la persona llamada a acompañar a Rubiales. El ex consejero delegado de Bankia llega para ocuparse de las funciones estrictamente institucionales.  

El directivo no tendrá ninguna función ejecutiva, cumpliendo así con los deseos del Banco Central Europeo, que prefiere a un presidente independiente antes que a uno interno. Además, el documento de fusión entre Unicaja y Liberbank incluye que, a los dos años de la operación, el presidente de turno pierde las funciones ejecutivas que tuviera.  

El nuevo ‘número uno’ de la entidad tiene buenos lazos con el BCE, conoce el sector y tiene prestigio en el entorno financiero europeo. Se trata de un perfil del gusto del supervisor continental, lo que facilitará la idoneidad de éste.  

Pudo acabar en Caixabank  

Sevilla regresa a las altas esferas del sector bancario español después de tres años desde que salió de Bankia. El que fuera consejero delegado de la entidad extinta decidió salir de ésta por cuenta propia al sentir que había cumplido con su labor en la firma absorbida.  

José Sevilla iba a tener un puesto de «gran responsabilidad» en Caixabank, como indicó José Ignacio Goirigolzarri ante el Consejo de Bankia en febrero de 2021. En ningún caso iba a figurar entre los primeros directivos de la entidad hoy conformada por el expresidente de Bankia y por Gonzalo Gortázar, CEO de Caixabank. 

Sevilla decidió desligarse de la entidad y, desde entonces, no ha ocupado ningún puesto de responsabilidad en otro gran banco español. 

José Sevilla, nuevo presidente no ejecutivo de Unicaja Banco y exCEO de Bankia. EFE
José Sevilla, nuevo presidente no ejecutivo de Unicaja Banco y exCEO de Bankia. EFE

El ejecutivo venía siendo consejero independiente de Renta4, puesto al que ha renunciado para ocuparse de sus labores como presidente no ejecutivo de Unicaja. Sevilla no podía compaginar ambos cargos al tratarse de dos entidades que comparten mercado y nichos de negocio.  

Sin embargo, el banquero madrileño mantendrá su asiento en el Consejo de la entidad alemana Aareal, como informó este medio. 

La crisis de Unicaja comenzó en 2021  

El mismo año en que Sevilla decide desligarse de la nueva Caixabank, Unicaja y Liberbank ya operan al unísono y comienza la guerra interna que ha arrastrado hasta hace unos meses.  

A finales de 2021, Grupo Mayoral elevó su posición en el accionariado del banco desde el 5% hasta el 7,6%, convirtiéndose en el segundo máximo accionista de Unicaja. El incremento accionarial daba la posibilidad a Mayoral de reclamar su asiento en el Consejo de Administración, lo que obligó a la cúpula a sacrificar a uno de los consejeros para dar entrada a uno de la familia Domínguez.  

Este movimiento abrió la veda de una batalla interna en la que se crearon dos bancos. El bloque andaluz, que estaba a favor de Azuaga, y el bloque asturiano, que daba su ‘ok’ a Menéndez. 

Los accionistas institucionales comenzaron a posicionarse, lo que generó un baile de consejeros, un sinfín de reproches y, a última hora, la salida de directivos históricos, como Braulio Medel, quien en aquel entonces era el presidente de la Fundación Bancaria Unicaja, máximo accionista del banco.  

La guerra interna se saldó con la salida de Menéndez como CEO y, posteriormente, con la llegada de Rubiales. Este movimiento valió para calmar las aguas y dar los primeros pasos hacia la resolución de una crisis de gobernanza que levantó la preocupación del Gobierno, Banco de España y Banco Central Europeo. 

Nadia Calviño, exministra de Economía, explicó que los reguladores estaban «muy preocupados por la deriva de gobernanza» de la entidad malagueña. 

Primero Rubiales, y ahora José Sevilla, son las dos nuevas caras visibles en Unicaja llamadas a restablecer el orden corporativo y a solapar una crisis de gobernanza de la que casi no queda rastro.

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Alejandro Montoro

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