La banca pide al BCE que no retire los estímulos por miedo a otro viernes negro

El sector recuerda el susto del viernes pasado en los mercados para poner de relieve que todavía hay mucha incertidumbre y sería un error retirar la política de estímulos antes de tiempo

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La banca española pide al Banco Central Europeo (BCE) que no retire los estímulos monetarios puestos en marcha por la crisis sanitaria, más si cabe, después del descalabro de las bolsas del pasado viernes tras conocerse la llegada de una nueva variante de coronavirus en el Sur de África. Solo el Ibex 35 cayó un 5% en su peor sesión desde junio de 2020. 

Algunas economías, entre ellas la estadounidense, ya han anunciado que van reducir su programa de compras de bonos para ir retirando los estímulos iniciados el año pasado, así que el sector ha aprovechado para mandar un mensaje a la institución que preside Christine Lagarde. 

El consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, lo hacía este lunes en un encuentro organizado por KPMG y Expansión. “El viernes pasado tuvimos de nuevo un susto en los mercados”, comentaba. “Todavía hay mucha incertidumbre y sería un error retirar la política de estímulos antes de tiempo”.  

En su opinión, el momento llegará “cuando desparezcan los miedos” y “no se debe alterar la política acomodaticia hasta que la recuperación sea evidente”. Gortázar cree que el BCE debe tener en cuenta la subida de precios de la energía, la escasez de suministros y la inflación, que esperan que caiga a mitad del año que viene. Cuando todo acabe, “se acabará el programa de compras de la pandemia”. 

El consejero delegado de Banc Sabadell, César González-Bueno, comparte que el suceso del pasado viernes “nos lleva a pensar en gran volatilidad”. Pero en conjunto, estamos en fase de crecimiento económico, se aprecia una subida de tipos y además, todo el sector ha hecho reducciones de estructuras. 

“Ahora tenemos un 30% menos de personal y un 50% menos de oficinas menos que en 2008. Estamos saliendo de la tormenta perfecta y aunque haya una pequeña reducción de expectativas de crecimiento, no me preocupa”.  

El número dos del Sabadell ve luz al final del túnel, “el propio Banco Central anticipa que en 2023 habrá subida de tipos, al igual que los mercados, entonces démoslo por valido”. En la misma línea, el consejero delegado de ING, Ignacio Juliá, aseguraba que las perspectivas de su entidad “son similares a las del BCE” y calculan que los tipos no van a subir en 2022. 

La consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, no lo ve tan claro. En su opinión, Christine Lagarde es más imprecisa con la actuación del BCE que Jerome Powell con la de la Reserva Federal. “Creo que su enfoque es más político que monetario y no sé si subirán los tipos el año que viene, pero Bankinter no lo contempla”. 

Asimismo, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ve preferible que el Banco Central Europeo sea prudente y adopte un enfoque paciente a la hora de ajustar su política monetaria. En este mismo encuentro, recordaba que será en su reunión de diciembre cuando  decida si se dan las condiciones para finalizar las compras netas del programa. 

El consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez, ve «muy improbable» que el BCE suba los tipos de interés el año que viene porque su escenario contempla que la inflación no vuelva a un nivel cercano al 2% hasta el segundo semestre de 2022. Por lo que descarta que siga los paso de los bancos centrales de Chile, Brasil, México y Polonia.  

En otro encuentro financiero, organizado por El Economista, también se pronunciaba sobre la retirada de estímulos y advertía que las previsiones de los expertos y analistas es que la compra de bonos que ha mantenido hasta ahora (de unos 100.000 millones de euros al mes) podrían reducirse entre un 80% o 50%. 

El sector espera un repunte de morosidad en primavera 

Los principales bancos del país preven que la morosidad repunte en el segundo trimestre de 2022, coincidiendo con el fin de los ERTE (que están ayudando a evitar despidos) y el vencimiento de los créditos avalados por el ICO que las empresas solicitaron en el inicio de la pandemia. 

Pero, en cualquier caso, ningún banco contempla que el repunte de la mora sea muy elevado. De hecho, consideran que las provisiones que se hicieron en las cuentas de 2020 deben ser suficiente para hacer frente a los impagos de empresas y familias.  

Al respecto, Gortázar explica que la política de Caixabank es “temer por todo” y ser prudentes por si cambia el escenario económico, pero de momento cuentan con cifras bajas de morosidad y las provisiones récord que hicieron el año pasado les permite estar “tranquilos” desde el punto de vista prudencial y patrimonial.  

El 40% de lo que pidieron un ICO no han solicitado prórroga

El consejero delegado de Banc Sabadell prevé que el repunte de morosidad llegue en primavera. “Todos los bancos tenemos la expectativa de que eso se va a producir, pero creemos que el impacto será moderado”. Según los datos que manejan, el 40% de los que han solicitado un crédito ICO no se han acogido a las prórrogas y eso “es buena señal” pues quiere decir que estas empresas están en condiciones cómodas.  

Además, recuerda que los que empiecen a pagar en primavera no tienen que hacerlo de golpe. El plazo es de 10 años y precisamente se diseñó así, con un horizonte largo de devolución para que el repunte de morosidad no sea preocupante.  

Dancausa, de Bankinter, considera que la morosidad “está yendo bien”. Las moratorias han cumplido su función y habrá que esperar a marzo del 2022 a ver qué ocurre cuando venzan los prestamos ICO y si los ERTE se convierten en ERE, “cosa que esperamos que no suceda”, porque subirá la mora de las familias.  

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