1.330 millones y 21.000 empleos: mapa de la contribución socioeconómica de la D.O. Ribera del Duero
La actividad vinícola de la D.O. Ribera del Duero deja, además, 459 millones de euros en impuestos en la economía española
A la actividad productora de vino se suma el enoturismo como fuente de ingresos. Foto: Bodegas Pradorey.
Por cada euro que genera la actividad vinícola en el ecosistema de la Ribera del Duero se generan 4,3 euros en el total de la economía. Es solo un ejemplo del poder multiplicador de una actividad, el vino, consolidada como motor de Castilla León y de España.
Así lo demuestra el primer estudio integral sobre el impacto socioeconómico y fiscal de la D.O. Ribera del Duero elaborado por PwC y presentado esta semana en Madrid.
El informe cifra en más de 1.330 millones de euros la contribución anual al PIB español de la actividad vinícola solo en la D.O. Ribera del Duero, una magnitud que integra tanto la actividad productiva de las bodegas como todo el ecosistema que gira en torno al vino: proveedores, logística, distribución, comercio, hostelería y enoturismo.
De ese impacto total, 1.254 millones proceden directamente de la producción y elaboración del vino, mientras que otros 79 millones se generan a través del enoturismo vinculado a la Ruta del Vino Ribera del Duero.
Impacto en el territorio
Entre los datos más relevantes del estudio destaca el arraigo territorial: el 72% del impacto económico de la producción vinícola se queda en Castilla y León, lo que equivale a unos 897 millones de euros. Una característica que convierte a Ribera del Duero en un factor tractor clave para el desarrollo regional, especialmente en zonas rurales afectadas por la despoblación.
Segunda denominación de origen con más bodegas en España -316 bodegas registradas y 359 instalaciones (el 90% embotelladoras)-, la Ribera del Duero comercializó en 2024 más de 68 millones de litros por un valor de 808 millones de euros, combinando ventas nacionales e internacionales.

Del total de ventas en 2024, 12,4 millones de litros se destinaron a exportación, generando 173 millones de euros, lo que supone más de un quinto del valor total de las ventas reafirmando así la relevancia de la orientación exterior.
El precio medio de exportación de los vinos de Ribera del Duero se sitúa en 13,9 €/litro, multiplicando por 3,9 el precio medio de la exportación española de vinos con denominación de origen en 2024 (3,6 €/litro). Una cifra que refleja, según los responsables del informe, el «posicionamiento premium» de Ribera del Duero en el mercado global.
En cuanto a los mercados internacionales prioritarios, el estudio señala Suiza, México, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Puerto Rico, China, Países Bajos y República Dominicana, destinos que concentran 122 millones de euros en exportaciones.
Enoturismo: la experiencia como valor añadido
Más allá de la producción, el informe pone en valor el papel creciente del enoturismo como herramienta de diversificación económica y revitalización rural.
En 2024, la Ruta del Vino Ribera del Duero recibió 381.083 visitas a bodegas y museos.
El gasto medio diario por visitante se sitúa en 179 euros (tres veces más que el gasto de un turista habitual en Castilla y León), repartidos fundamentalmente entre restauración, alojamiento, compra de vino y visitas culturales. Este flujo se traduce en 68 millones de euros de gasto directo, que ascienden hasta 79 millones de euros de impacto total en PIB considerando los efectos indirectos e inducidos.
Así, cada enoturista en la Ribera del Duero genera, de media, 585 euros de impacto económico con un impacto que va más allá de las bodegas: impulsa sectores intensivos en empleo como la hostelería, el comercio y la industria alimentaria, reforzando una economía local conectada con el patrimonio, la cultura y la identidad del territorio.
21.000 empleos
El informe pone también el foco en el empleo que genera el sector del vino en Ribera del Duero, que cifra en 20.916 puestos de trabajo, lo que engloba tanto la producción vinícola (19.552 empleos) como el enoturismo (1.364). De ellos, más del 70% se concentran en Castilla y León.
Si bien el sector genera 5.040 empleos directos en viticultura y bodegas, según se desprende del informe, su efecto se amplifica a través de proveedores, distribución, comercio y turismo. De este modo, por cada trabajador directo se crean 3,9 empleos adicionales en la economía, y que en el caso del enoturismo, cada empleo directo sostiene 11,9 puestos en el conjunto del sistema económico.
Además, la Ribera del Duero ha experimentado un aumento del 80% en la productividad por viticultor entre 2018/19 y 2022/23, según el informe, alcanzando los 93.564 euros por viticultor, más del doble que la media del resto de denominaciones.
La dimensión del impacto se completa con la vertiente fiscal. El estudio sostiene que el ecosistema Ribera del Duero genera 459 millones de euros anuales en recaudación fiscal, sumando impuestos y cotizaciones sociales derivados de su actividad directa, indirecta e inducida. El grueso de la cifra procede de la producción vinícola (431 millones), frente a los 28 millones atribuibles al enoturismo. Según PwC, por cada euro de impuestos pagados directamente por el sector, se generan 6,2 euros adicionales en el conjunto de la economía gracias a su efecto arrastre. En términos comparativos, esta cifra equivaldría a financiar más del 3% del gasto público autonómico de Castilla y León