El grupo familiar Royer entra en concurso de acreedores ante dificultades financieras tras casi 100 años de actividad

El futuro de Royer se juega ahora bajo la tutela del tribunal francés que supervisa su proceso concursal

empresa Royer

Nuevo concurso de acreedores en el sector de la moda

El sector de la moda y el calzado sigue atravesando un momento muy complicado. Ahora ha sido una histórica empresa la que ha entrado en concurso de acreedores. Hablamos del grupo familiar Royer, conocida compañía de calzado francés que cuenta con enormes dificultades financieras, encontrándose desde 2020 en una situación muy crítica.

El Groupe Royer es un actor histórico en el sector del calzado en Francia, de carácter familiar. Fue fundada en 1945 por Louis Royer y el grupo tiene su sede en Bretaña, más concretamente en Javené, Ille‐et‐Vilaine, y continúa bajo control mayoritario de la familia Royer.

Una de las decisiones estratégicas clave del grupo fue la adquisición, en 2007, de la marca Kickers. Con esta operación el grupo dejó de depender únicamente de licencias y distribución para reforzar su portafolio con marcas propias. Kickers nació en 1970 bajo la inspiración de su fundador Daniel Raufast, quien quiso crear una zapatilla ligada al espíritu «jeans y libertad» de la época.

Bajo el paraguas del grupo Royer, la marca Kickers se ha orientado hacia el estilo de vida ‘lifestyle’ y la expansión internacional. De hecho, llegaron a lanzar una línea textil eco‐construida y un nuevo concepto de tienda para rejuvenecer su imagen urbana.

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La compañía entra en concurso de acreedores

La familia Royer ha gestionado su grupo con la ambición de combinar creación con marcas propias, licencias y distribución. Además de Kickers, a través del grupo se controlan marcas como Mod8 o Aster en el universo infantil, lo que ha permitido al grupo cubrir diversos segmentos.

Sin embargo, no todo ha sido un camino de crecimiento sin obstáculos. Desde el año 2020, el grupo ha tenido que afrontar planes de reestructuración, despidos y cierres de tiendas ante la evolución del mercado del calzado, la presión sobre el comercio al por menor y la subida de los productos del ‘fast fashion’. Ahora tendrán que salir de concurso de acreedores.

El grupo Royer se acoge al concurso de acreedores

Como hemos mencionado anteriormente, el grupo francés Royer atraviesa una de las etapas más difíciles de su historia. La compañía, con sede en Fougères se ha puesto bajo la protección del Tribunal de Comercio de Rennes entrando en concurso de acreedores tras no lograr revertir su delicada situación financiera, según ha confirmado la propia empresa al medio de comunicación FashionNetwork.

La firma ha explicado que, desde 2022, ha tenido que hacer frente a una sucesión de crisis y a una competencia internacional cada vez más feroz, factores que han debilitado su rentabilidad y generado un endeudamiento insostenible.

Con la entrada en concurso de acreedores, Royer busca reestructurar su deuda y diseñar un nuevo plan estratégico con el apoyo de sus asesores y del administrador judicial. Actualmente, el grupo emplea a unas 260 personas a través de una veintena de sociedades repartidas por todo el mundo, siete de ellas en Francia.

New Balance, clave en la caída de la compañía

En 2019, el grupo familiar contaba con 500 empleados en Francia, una facturación de 300 millones de euros y más de 20 millones de pares vendidos, el 45 % destinados a la exportación. Sin embargo, tras perder la licencia de distribución de la marca estadounidense New Balance, la empresa se vio obligada a realizar grandes recortes: cerró su centro de Malevile en Aveyron, vendió parte de sus instalaciones en Cholet y eliminó alrededor de 150 empleos en el país.

En los últimos años, Royer también ha vendido la marca Von Dutch, suspendido varias líneas de alta gama y abandonado la actividad de marca blanca en Alemania, centrándose en relanzar Kickers, su enseña más reconocida. Pero la recuperación no ha llegado.

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La compañía espera salir victoriosa del concurso de acreedores

Según fuentes internas, la empresa prevé para 2024 una facturación muy por debajo de los 132 millones de euros alcanzados en 2023, de los cuales la mitad provenían de la exportación.

Actualmente, el grupo mantiene licencias como Umbro, Freegun y Dim, además de las marcas infantiles Aster y Mod8. Con el concurso de acreedores, Royer aspira a reencontrar una nueva dinámica que le permita aliviar su tesorería y redefinir su perímetro de actividad. Entre las opciones sobre la mesa figuran la aprobación de un nuevo plan estratégico, la venta de activos o la entrada de nuevos inversores.

La reestructuración llega además con un cambio en la cúpula. Marc Le Roux, que había sido fichado en 2024 para revitalizar el grupo, ha abandonado la compañía para asumir la dirección general de Reebok en Europa.

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