Así se ha impuesto Sabadell a BBVA en la batalla de la comunicación contra la opa
De I a D: Presidente de BBVA, Carlos Torres, y el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu.
Serán los accionistas del Sabadell los que, sobre la opa lanzada por BBVA, tendrán la última palabra.
Pero en la batalla de la comunicación, sea cual sea el resultado final de la operación, ha sido el banco presidido por Josep Oliu el que ha salido victorioso.
La estrategia del banco catalán, cargada de victimismo y de apoyo político, también con movimientos audaces, ha sorprendido al banco presidido por Carlos Torres, que ha cometido algunos traspiés desde que, hace más de un año, presentara su oferta.
El primer error de BBVA consistió en permitir que sus intenciones sobre Sabadell se conocieran pocos días antes de la celebración de las elecciones en Cataluña, el 12 de mayo de 2024, lo que inevitablemente crisparía el debate.
El presidente del BBVA asegura que contactó con el presidente de Sabadell por vez primera a mediados de abril del pasado año para plantear la operación, de forma amistosa.
Carlos Torres y Onur Genç, presidente y consejero delegado de BBVA.
Sin embargo, el medio británico Sky News publicó en exclusiva el interés de BBVA por adquirir Sabadell el 30 de abril de 2024, antes de que el segundo mayor banco español hiciera públicas sus intenciones, posiblemente previstas para después de las elecciones catalanas.
La revelación de los planes del BBVA -aparentemente una filtración interesada, el medio británico no ha vuelto a publicar sobre la opa- provocaron las primeras declaraciones sobre la operación en el terreno político catalán.
Tanto PSC como ERC alertaron sobre las pérdidas de empleos que ocasionaría la absorción, pero también destacaron principios como el de la libertad de mercado y el de la decisión de las empresas.
Sin embargo, cuando la opa se convirtió en hostil, la oposición política se recrudeció.
El 6 de mayo Sabadell comunicó su decisión de oponerse a la propuesta de fusión, y el lunes 8 de mayo desveló al mercado el correo electrónico que Torres había enviado a Oliu tres días antes.
En su correo, Carlos Torres aseguraba a Oliu que BBVA no tenía margen para mejorar la propuesta, dando una imagen de debilidad inesperada.
El 9 de mayo BBVA informó que trasladaba la oferta anterior directamente a los accionistas del Sabadell, convirtiendo así la opa en hostil, al no requerir el visto bueno del consejo de administración del banco catalán.
El presidente de BBVA cometió ese mismo día otro error, en su comparecencia -más de dos horas- ante analistas, inversores y medios de prensa para explicar la operación. Torres deslizó entonces que ya había accionistas relevantes de Sabadell interesados en la oferta.
La regulación de opas establece que, desde que se produce el anuncio por parte del oferente hasta la presentación formal de la oferta (incluyendo folleto explicativo), este ha de abstenerse de «difundir o publicar por cualquier medio cualquier dato o información que no conste en el anuncio previo de la oferta«.
Sabadell no dio tiempo a que terminara el día y a las 22.25 horas denunció ante la CNMV que la documentación aportada por BBVA en esos encuentros con analistas y prensa vulneraba el régimen de opas.
A todo ello se suma el juicio que BBVA, imputado como persona jurídica, afronta por el caso Villarejo.
El juez Manuel García Castellón, de la Audiencia Nacional, dictó auto en junio de 2024 proponiendo juzgar al banco por delitos de cohecho y revelación de secretos, pero todavía no hay fecha prevista de juicio.
Victimismo
La estrategia de Sabadell para oponerse a la opa de BBVA ha estado cargada de victimismo.
El banco catalán se ha presentado como la entidad de las pymes, y ha insistido en que la operación supondría menor competencia financiera, miles de despidos y cierre de oficinas.
También ha deslizado que, en realidad, BBVA es un banco mexicano -logra sus mayores beneficios e ingresos en México- lo que en la actualidad, con las amenazas arancelarias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, supone un elevado riesgo.
Sin embargo, los ejecutivos del Sabadell han añadido en sus declaraciones públicas sobre el precio de la oferta que este es insuficiente. ¿A partir de qué precio sería aceptable una oferta?; la independencia del Sabadell ¿tiene un precio?
El banco dirigido por César González-Bueno ha exprimido el argumento de que la opa, de triunfar, supondría una reducción de oficinas, una menor competencia en el sector bancario, además de miles de despidos.
Pero Sabadell, según ha publicado este mismo mes el diario Expansión, habría tratado de convencer a Abanca de llevar a cabo una fusión, descartada por la entidad gallega; también se ha publicado que exploraría una integración con Unicaja. ¿No conllevarían igualmente estas operaciones una menor competencia financiera en España, despidos y reducción de sucursales?
El consejero delegado del Sabadell, González-Bueno, aseguró ya en septiembre de 2024 que la opa había «descarrilado«, incidiendo sobre la dependencia de BBVA del mercado mexicano.
El pasado mes de marzo Oliu, en un encuentro con medios de comunicación previo a la Junta de Accionistas, afirmó que el accionista del Sabadell había entrado en el banco «pensando que entraba en un banco español«. La operación, llegó a decir González-Bueno en ese mismo encuentro, «pone en peligro el bienestar de España«.
No obstante, Sabadell también tiene negocio en México, y las medidas de Trump son negativas para sus intereses.
Fuera de España, el principal mercado del Sabadell es Reino Unido, donde cuenta con su filial TSB. Pero el otro mercado extranjero en el que está presente, en menor medida, es México, donde inició su actividad como banco en 2016.
En 2024 Sabadell logró ingresos de 730,8 millones de euros en México (717,7 millones un año antes) y un beneficio de 62,5 millones, cerca de diez millones más que en 2023. Al cierre del ejercicio pasado, el 2,7% de los empleados del Sabadell eran mexicanos (el 2,1% un año antes).
Apoyo político y patronal
Los mensajes del Sabadell sobre los efectos negativos que conllevaría el triunfo de la opa del BBVA ha calado entre representantes políticos y patronales empresariales.
Una vez la opa se tornó en hostil, la mayoría de los partidos políticos, también dirigentes del PP, se manifestaron en contra.
«Es una operación que destruye valor, es una operación que destruye trabajo, es una operación que destruye territorio, es una operación que destruye competencia», afirmó el presidente valenciano Carlos Mazón.
Igualmente se han opuesto patronales empresariales, en particular las situadas en las comunidades autónomas donde Sabadell tiene mayor presencia, Cataluña y Comunidad Valenciana.
El mayor apoyo político al Sabadell ha procedido del Gobierno de Pedro Sánchez, que desde un principio ha advertido que se opondría a una fusión de las dos entidades -la última operación con la que culminaría la opa-.
El Ejecutivo ha ideado una consulta popular, inédita, sobre la operación, con la aparente intención de justificar su oposición a la fusión, que ha decidido elevar a Consejo de Ministros.
Movimientos audaces
Los buenos resultados logrados por Sabadell, su oposición a la opa de BBVA y los dividendos anunciados han elevado el valor del precio de la acción de la entidad, empobreciendo la oferta lanzada por la entidad presidida por Carlos Torres.
El segundo mayor banco español ha ajustado su oferta en respuesta a los dividendos anunciados por la entidad catalana, ofreciendo una acción de nueva emisión y 0,70 euros en efectivo por cada 5,3456 acciones del Sabadell.
Pero cada vez son más los analistas que advierten que si BBVA no mejora su oferta, esta no logrará el apoyo necesario de los accionistas del Sabadell.
En un reciente foro, González-Bueno aseguró que la oferta de BBVA «no tiene precio y no tiene dividendo», y advirtió que cerca de la mitad de los accionistas del Sabadell son particulares, y que estos se oponen a la venta.
Más allá de los dividendos, Sabadell ha protagonizado movimientos audaces de oposición a la opa.
El más significativo, posiblemente, la decisión de volver a instalar su sede en Cataluña, que había cambiado por Alicante tras el pulso independentista de 2017.
De acuerdo al último informe financiero anual de BBVA, en 2024 el banco incrementó el gasto en publicidad hasta los 441 millones de euros (349 millones en 2023, 266 millones en 2022). En el primer trimestre de este año, los gastos de explotación de la entidad se han incrementado un 5,3% respecto a los del mismo periodo del año anterior, hasta los 3.562 millones.
Sabadell elevó el pasado año sus gastos en publicidad hasta los 104,8 millones (96,6 millones en 2023). Los gastos de explotación aumentaron hasta los 2.583 millones, frente a los 2.496 millones del año anterior.