Secuoya mueve ficha: negocia la compra de Mediapro a precio de derribo por su grave crisis financiera
La caída del histórico gigante audiovisual español se acelera tras perder la producción de LaLiga y encadenar pérdidas millonarias
La productora atraviesa su mayor crisis tras quedar fuera de LaLiga, activar un ERE masivo y despertar el interés de posibles compradores
La productora española Mediapro vive uno de sus momentos más convulsos. En apenas unos meses, según venían advirtiendo medios como El Confidencial, una sucesión de golpes a su negocio han precipitado una reestructuración drástica y han puesto en el aire su viabilidad como actor dominante en el sector.
El pasado 14 de abril de 2025, LaLiga anunció que, tras un proceso de licitación iniciado en septiembre de 2024, repartiría su producción audiovisual entre HBS y Telefónica Servicios Audiovisuales, poniendo fin a una relación casi ininterrumpida con Mediapro que se prolongaba ya más de una década.
Mediapro reaccionó con dureza. En declaraciones a Europa Press, calificó la decisión de no contar con “base objetiva” y anunció que evaluaba impugnar la adjudicación. Aseguró haber presentado una oferta “económica y técnica” superior, lo que agrava el descontento ante lo que considera una decisión arbitraria. Esta decisión no fue un mero revés contractual. Marcó el inicio de una crisis financiera y operativa cuya magnitud aún sorprende al sector.
Pérdidas, recortes y ERE: la radiografía de la crisis de Mediapro
En su balance de 2024, según CatalunyaPress, Mediapro registró unas pérdidas que rondaron los 72 millones de euros, según han confirmado fuentes internas. Ante un escenario de ingresos cada vez más frágiles la productora ha optado por un ajuste radical. La implementación de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a más de 1.000 trabajadores, aproximadamente un 14 % de su plantilla.
El golpe no es sólo laboral. Mediapro planea vender parte de su flota de unidades móviles, una de las mayores de Europa, y cerrar o reorientar negocios menos rentables. Según El Confidencial, se trata de una maniobra desesperada, pero también dolorosa, que busca reducir costes ante un mercado que ha dejado de garantizar contratos estables. Para muchos empleados, el futuro es incierto. Los sindicatos mayoritarios del sector audiovisual, CCOO y UGT, han denunciado la situación y llegaron incluso a convocar huelgas tras conocerse la pérdida del contrato con LaLiga tal y como desveló El Triangle.
El interés de Secuoya Content Group en Mediapro
La debacle de Mediapro ha despertado el interés de competidores. Tal es el caso de Secuoya Content Group, que ya ha iniciado conversaciones para adquirir la productora catalana. Según CatalunyaPress, la propuesta rondaría los 700 millones de euros. Una cifra considerada “precio de derribo” dada la magnitud del pasivo y la pérdida de ingresos recurrentes.
El contexto lo hace todo aún más dramático. Europa Press avanzaba que Mediapro, controlada ahora por fondos chinos, a través de Southwind Media Capital), ve cómo su deuda ronda los 500-600 millones de euros, con su calificación rebajada y un riesgo creciente de impago. Aunque aún no hay una oferta formal vinculante, la posibilidad de una venta convierte este momento en un punto de inflexión para el ecosistema audiovisual en España. Si la operación fructifica, representará el relevo real de la antigua hegemonía de Mediapro.

Una década de hegemonía rota: claves del declive
Para comprender lo que ha ocurrido conviene mirar atrás. Durante años, Mediapro fue la piedra angular de la producción audiovisual del fútbol español. No solo como proveedor de emisión, sino también como responsable de cámaras, unidades móviles, realización, sonido, narración y todo el engranaje técnico. Esa posición le permitía obtener ingresos estables y apostar por la expansión internacional.
Sin embargo, varias decisiones estratégicas resultaron erróneas. CatalunyaPress se hacía eco de algunas de ellas así como la pérdida progresiva de derechos de campeonatos internacionales, una apuesta fuerte por los eSports que no rindió los frutos esperados, y una estructura de costes que dependía de flotas físicas y un amplio personal técnico.
La decisión de LaLiga de abrir la producción a licitación terminó por desencadenar la crisis según El Confidencial. Para muchos analistas, aquello fue el detonante lógico. Sin LaLiga, sin contrato estable, Mediapro quedaba expuesta al colapso.
El futuro que le espera a Mediapro
Mediapro se encuentra hoy en un limbo. Según Europa Press, con una plantilla reducida, activos en venta, sin su principal cliente en el fútbol español y con la posibilidad real de desaparecer como actor dominante si finalmente se materializa su compra por parte de Secuoya. Esta crisis, según El Español, también supone una oportunidad para el sector: una reconfiguración profunda en la producción audiovisual con nuevos actores, nuevos modelos de negocio y posiblemente, una apuesta acelerada por tecnologías más ligeras y rentables.
Para Mediapro, todo depende ahora de si logra reinventarse, salir del pozo financiero y recuperar relevancia. Unos hitos que destapaba el rotativo de CatalunyaPress. Si fracasa, será también una advertencia para otras grandes productoras. En un mercado de derechos cada vez más competitivo y fragmentado, la hegemonía puede durar menos de lo que se imagina. Este giro en la historia de Mediapro no sólo marca el final de un ciclo, sino que puede ser también el inicio de una nueva era en el audiovisual deportivo en España.