Sindicatos plantan cara a Correos de Pedro Saura: activan carros de reparto motorizados sin consultar a tráfico

Los sindicatos acusan a Correos de implantar carros de reparto motorizados sin formación, sin consenso y sin respetar la normativa de tráfico vigente

Los sindicatos acusan a Correos de implantar carros de reparto motorizados sin formación, sin consenso y sin respetar la normativa de tráfico vigente

Los sindicatos acusan a Correos de implantar carros de reparto motorizados sin formación, sin consenso y sin respetar la normativa de tráfico vigente

Correos se encuentra en el centro de la polémica laboral tras la aparición repentina de carros de reparto motorizados en varias ciudades españolas. Los sindicatos CSIF y UGT han convocado una reunión urgente con la dirección de la empresa postal para abordar lo que consideran una falta grave de comunicación y de seguridad en la implementación de estos nuevos vehículos.

Los dispositivos, catalogados como Vehículos de Movilidad Personal asistidos (VPM), ya están operativos en zonas como Valencia, Murcia, Cartagena y Barcelona. Sin embargo, los representantes sindicales denuncian que su puesta en marcha se ha realizado “sin comunicación previa, sin evaluación de riesgos, sin análisis ergonómico ni formación específica” destinada a los carteros. A ello añaden que no existe un criterio claro de asignación de los vehículos ni un “plus de motorización” que compense las nuevas responsabilidades.

Normativa de tráfico ignorada en el despliegue, alertan CSIF y UGT

Los sindicatos apuntan directamente a Correos por haber obviado la normativa vigente relacionada con los vehículos de movilidad personal. Recuerdan que disposiciones como la Resolución de 12 de enero de 2022 de la Dirección General de Tráfico (DGT), el Real Decreto 970/2020 que modifica el Reglamento General de Circulación, o el Reglamento General de Vehículos aprobado por el Real Decreto 2822/1998, establecen requisitos muy concretos para la circulación de estos medios. También mencionan las distintas ordenanzas municipales, que rigen el uso de VPM en cada ciudad.

Para los sindicatos, el incumplimiento de este marco normativo no solo vulnera la ley, sino que constituye una infracción evidente de las normas de prevención de riesgos laborales: falta de formación, falta de información y ausencia de medidas de seguridad adecuadas.

Un conflicto que coincide con el proceso de modernización de Correos

La controversia surge en un momento en el que Correos lleva meses reforzando su estrategia de movilidad sostenible. Solo en 2025, la empresa pública ha incorporado más de 1.000 vehículos eléctricos a su flota, con motos ciberseguras, furgonetas eléctricas y modelos híbridos enchufables. Con esta apuesta, la compañía aspira a que cerca del 25 % de su flota sea “verde” antes de finalizar el año.

Sin embargo, los nuevos carros motorizados no han sido presentados como parte de este plan sostenible, lo que agrava las dudas entre los trabajadores. Según UGT, “la aparición de estos carros sin garantías genera malestar inmediato en las carterías”, una sensación que se está extendiendo rápidamente entre los centros de reparto.

Los sindicatos acusan a Correos de implantar carros de reparto motorizados sin formación, sin consenso y sin respetar la normativa de tráfico vigente
Los sindicatos acusan a Correos de implantar carros de reparto motorizados sin formación, sin consenso y sin respetar la normativa de tráfico vigente

Por su parte, Comisiones Obreras (CC.OO.) se ha mostrado especialmente dura con la iniciativa. El sindicato asegura que Correos ha gastado más de un millón de euros en la compra de carros manuales con asistencia eléctrica y califica el proyecto de “idea de bombero”.

CC.OO. advierte de un riesgo adicional: estos vehículos deben circular necesariamente por la calzada al considerarse VPM, lo que expone a los carteros a un peligro mayor al interactuar con el tráfico urbano. Incluso mencionan que esta situación podría acarrear responsabilidades penales si los trabajadores sufrieran un accidente por falta de medidas de seguridad.

Un precedente: las pruebas piloto iniciadas en 2021

Aunque la implantación actual parece improvisada, no es la primera vez que Correos experimenta con carros asistidos. En 2021 se puso en marcha un proyecto piloto con 48 unidades en ciudades como Madrid, Valencia, Málaga y Bilbao. Aquellas pruebas se desarrollaron con tecnología de las startups MOOEVO y Scoobic, que ofrecían plataformas eléctricas de apoyo para facilitar el reparto a pie.

No obstante, los sindicatos remarcan que la situación actual es distinta: los carros ya no están en fase experimental, sino que han empezado a integrarse directamente en el reparto diario, sin evaluación técnica ni consenso laboral.

La caída del volumen postal fuerza cambios operativos

La caída en picado del correo tradicional obliga a Correos a buscar nuevas formas de reorganizar su modelo operativo. Para los sindicatos, la introducción de los carros motorizados podría ser una herramienta útil si se acompaña de una evaluación adecuada, un proceso de formación y una negociación transparente con los trabajadores.

Sin embargo, la forma en que se ha realizado la implantación ha encendido todas las alarmas. Los representantes de CSIF, UGT y CC.OO. coinciden en que se trata de una “modificación sustancial” de las condiciones laborales y exigen compensaciones económicas, además de un plan de seguridad detallado.

A la espera de una respuesta oficial de Correos

Hasta el momento, Correos no ha emitido una declaración pública en relación con estas acusaciones. La reunión solicitada por los sindicatos será clave para esclarecer los motivos del despliegue, regular su uso y negociar medidas de protección para los trabajadores.

La controversia alrededor de los nuevos carros motorizados vuelve a poner sobre la mesa la dificultad de compatibilizar la innovación tecnológica con la protección de los trabajadores. Mientras Correos insiste en modernizar su modelo de reparto, los sindicatos piden que esta transformación no se haga a costa de la seguridad y los derechos laborales. El desenlace de esta negociación podría marcar el futuro inmediato de cómo se reparte el correo en España.

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