La banca española se juega 2020 en solo un trimestre

La resolución europea sobre el IRPH, que se espera para los próximos tres meses, es una amenaza para los resultados en 2020 y los dividendos del sector

La hoy ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en una concentración en 2016 en Ferrol de apoyo a los afectados por el IRPH. EFE

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Si se hubiera cumplido el primer calendario previsto, la banca española se podría haber ido de vacaciones navideñas quitándose la incertidumbre sobre cuál será la decisión de Europa respecto al IRPH. Con un escenario menos negativo que hace meses para el euríbor, quitarse esta incertidumbre será una de sus claves para todo 2020, porque, dependiendo del posicionamiento del TJUE, las posibles provisiones a realizar serán muy diferentes. En consecuencia, también puede ser definitivo para su evolución en bolsa. JPMorgan, por ejemplo, consignaba hace pocos días la litigiosidad y el dictamen europeo sobre el indicador hipotecario, como alguno de los principales riesgos para el sector.

A la espera de la resolución europea -que en un principio está prevista para los tres primeros meses del año-, la banca española está cogiendo algo de brío gracias al giro en el euríbor en lo que a previsiones de beneficios se refiere. De acuerdo con Bloomberg, para el conjunto de los bancos del IBEX (Banco Santander, BBVA, Caixabank, Banco Sabadell, Bankinter y Bankia) se anticipan beneficios por 16.350 millones de euros en 2020.

El IRPH, de 44.000 a 3.100 millones de coste

Los indicios jurídicos que ha dado Europa hasta el momento haN servido para dejar atrás los peores augurios sobre el IRPH. El principal temor estaba en que el índice fuera declarado abusivo y, por tanto, nulo, pero esa no ha sido la interpretación del Abogado General de la Unión Europea. Maciej Szpunar no puso en duda el indicador hipotecario, sino el método de venta de la hipoteca. La opinión de Szpunar es que los tribunales españoles pueden estar habilitados para juzgar si el proceso de comercialización fue, o no, transparente.

Este posicionamiento —que el TJUE suele tomar de referencia, pero del que a vez difiere como sucedió en el caso de las cláusulas suelo— limitaría mucho el golpe a la banca española y, además, lo dividiría en el tiempo. JPMorgan calculaba que, en este sentido, y teniendo en cuenta que cada caso se tendría que juzgar de forma individual-, el coste para el sector en España sería de unos 3.100 millones (19% de los beneficios previstos para 2020), que se digerirían en varios años, vía provisiones.

Pero si el TJUE diera una visión distinta, Goldman Sachs había llegado a calcular en el peor escenario un impacto 40.000 millones superior (asumiendo la anulación del indicador y la devolución de todos los intereses cobrados y que salieran adelante todas las reclamaciones).

El factor de incertidumbre de Unidas Podemos en el Gobierno

El contexto político, no obstante, podría incrementar la presión sobre la banca si la decisión europea no es claramente favorable para el sector. Unidas-Podemos, y algunos de sus componentes, han sido muy activistas a la hora de denunciar al sector financiero en general y con el IRPH en particular. Con ellos en el Gobierno, el discurso del Ejecutivo podría voltearse -y Pedro Sánchez ya lo hizo con el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados-, hacia el cliente. 

La banca trabaja para recuperar reputación, algo a lo que un discurso duro desde el sector no ayuda, y los supervisores están resaltando el enorme impacto que los litigios están teniendo en los resultados. El Banco Central Europeo (BCE) calcula que en la última década, las multas y litigios han restado 350.000 millones al capital de la banca mundial. En el caso de las entidades europeas, el BCE señala que siete de los principales bancos de la zona euro tuvieron que asumir costes relacionados con malas prácticas en ese periodo y que esta situación afecta a su rentabilidad (lo que se conoce como ROE), a su valoración en bolsa, y a quitar puntos a su solvencia.

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, repasaba a finales de noviembre que los litigios por cláusulas suelo han tenido un coste superior a los 2.200 millones para la banca española. El gobernador, asimismo, se refirió a la reputación y la confianza de los clientes como dos elementos clave en el negocio bancario.

El dividendo bancario, pendiente del TJUE

Al cierre del primer semestre, la banca del IBEX contaba con una cartera viva de préstamos ligados al IRPH por unos 16.000 millones, que no se ha reducido significamente en los últimos meses, de acuerdo con las pistas que fueron dando los bancos durante la presentación de sus cifras del tercero. La mayoría de grandes bancos –Banco Santander, BBVA, CaixabankBanco Sabadell Bankia-, cuentan con hipotecas referenciadas al IRPH y algunos de sus compromisos estratégicos están ligados a que esta incógnita se despeje.

Bankia, por ejemplo, esperará al TJUE antes de tomar ninguna decisión sobre su dividendo extraordinario. Otras entidades, como Banco Sabadell, por ahora han cambiado el primer pago a cuenta con cargo al ejercicio 2019 por el reparto de acciones de autocartera. 

Caixabank, no obstante, sigue confirmando su compromiso de dividendo. Durante la presentación de resultados del tercer trimestre, Gonzalo Gortázar, consejero delegado del banco, insistió en que su politica de pago en efectivo y ligada al nivel del beneficio -se ha marcado devolver a los accionistas entre el 50 y eo 60% de sus beneficios- es la correcta. En principio, además, 2019 podría estar salvado teniendo en cuenta que cualquier provisión a realizar iría contra los resultados de este año.

El Banco Santander ya contempla abonar dividendos en scrip -modificó su política a comienzos de 2019-, mientras que BBVA mantiene los pagos en efectivo, si bien sus niveles de pay-out comprometidos son inferiores a los de Caixabank o el Santander.

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