El futuro de Celsa, entre la siderúrgica que quiso comprar Alcoa y un socio de Amancio Ortega

Los fondos acreedores de la siderúrgica de los Rubiralta, con planta en A Laracha, piden el aval del Gobierno para tomar el control del grupo y prometen buscar un socio industrial español. Suenan con fuerza dos viejos conocidos de la gran empresa gallega

Protesta de los trabajadores de Celsa en A Coruña / EFE

Protesta de los trabajadores de Celsa en A Coruña / EFE

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Los fondos acreedores mueven ficha para hacerse con Celsa, el grupo siderúrgico de la familia Rubiralta con planta en A Laracha (A Coruña). Quieren obtener el aval del Gobierno para hacerse con la compañía y han empezado por prometer tanto que mantendrán la plantilla en las condiciones actuales como las capacidades productivas en España. Además, aseguran que buscarán un socio industrial español.

Es en este punto en el que desde hace varios días se especula con dos nombres. La vasca Sidenor y el grupo extremeño CL. Ninguno ha hecho declaraciones al respecto de la información adelantada, en este caso, por La Vanguardia. Lo que sí es cierto es que ambas compañías, por uno y otro motivo, no son desconocidas para el gran empresariado gallego. La primera quiso comprar, o al menos mostró su interés, por la factoría de Alcoa en San Cibrao cuando esta abrió un proceso de puja hace dos años que, finalmente, no salió adelante. La segunda arrebató, nada más y nada menos que a Megasa, el gigante de los Freire Arteta con sede en Narón, una siderúrgica por la que ambos pujaban en 2020. Además, su dueño y fundador, Ricardo Leal, acompaña a Amancio Ortega en sus negocios verdes.

El fundador de Inditex retiene un 5% de Enagás Renovables con Pontegadea, su brazo inversor. Esta filial de los de Antonio Llardén se alió el pasado año con Alter Enersun, filial energética del imperio de Leal, para crear Alter Enersum, un vehículo cuyo objeto es el de generar electricidad renovable e hidrógeno en Extremadura.

Un socio, del sector y de España

Este jueves, los acreedores de Celsa emitieron un comunicado en el que informaban del nuevo paso dado para hacerse con el control de la compañía después de que en septiembre el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Barcelona validase el plan de reestructuración presentado por los fondos, entre los que se encuentra Deutsche Bank, SPV Global, Sculptor Investment o Anchorage Capital.

El Gobierno, entre otras cuestiones, habría requerido que se estableciese un consejo independiente – los fondos ya anunciaron que nombrarán a Rafael Vilaseca, exconsejero delegado de Gas Natural Fenosa como presidente–, y que se incorpore “un socio industrial que fortalezca la gestión de la compañía”. Es decir, alguien que conozca el sector.

Al fin y al cabo, se trata de un grupo de grandes dimensiones que, además, funciona, más allá de su problema con los acreedores. El pasado año, Barna Steel, el holding bajo el que se agrupan las distintas sociedades de la compañía en España y Francia cuadruplicó su beneficio neto hasta los 292 millones de euros y facturó cerca de 3.500 millones de euros. En su conjunto, el ejercicio de la inflación, Celsa ingresó más de 6.000 millones.

También el pasado ejercicio fue récord para Celsa Atlantic, la sociedad del grupo de la que penden su negocio en Galicia y País Vasco. Según su última memoria anual, cosechó un beneficio histórico de 116 millones de euros, una cantidad en la que influyó tanto la facturación como, sobre todo, una reversión de deterioros de 68 millones. La cifra de negocio se situó en 364,7 millones de euros.

Supuestos pretendientes con apetito

Según Efe, fuentes conocedoras de la marcha de los contactos aseguran que el hecho de que los fondos se hayan decidido a solicitar formalmente el aval del Gobierno pone de manifiesto que se ha allanado el terreno con el Ejecutivo para llevar a cabo esta toma de control. Son estas mismas voces las que aseguran que los acreedores habrían recibido muestras de interés por parte de varios grupos industriales y apuntan hacia Sidenor y CL Grupo.

Sidenor está presidida por José Antonio Jainaga, también presidente de Aege, la patronal de los grandes consumidores electrointensivos. Fue en el verano de 2021 cuando la siderúrgica puso las cartas sobre la mesa y anunció que había presentado una oferta no vinculante por la planta de aluminio primario de Alcoa en San Cibrao, con más de medio millar de trabajadores (en aquel momento, la intención de los americanos era cerrar la factoría aunque, tras tumbar los juzgados el ERE en marcha, acabó por pactar una parada ordenada de las cubas hasta 2024).

Aunque la propuesta de Sidenor nunca llegó adelante (ni la suya ni la de ningún otro), la compañía aseguró que buscaba “implicación a largo plazo, alejada de cualquier planteamiento especulativo y centrada en el mantenimiento y desarrollo de la actividad y, por lo tanto, el empleo”.

Según la documentación consultada por Economía Digital Galicia, el pasado año Sidenor facturó más de 1.067 millones de euros frente a los 744 millones de 2021. Las cuentas consolidadas del grupo arrojaron un resultado que prácticamente duplicó al del año anterior: 48,3 millones de euros frente a los 25,2 millones del año precedente. El resultado antes de impuestos se fue a los 62 millones de euros.

Se trata de un grupo con claro apetito ya que, al margen de pujar por Alcoa, el pasado año adquirió el 100% de le Mecanizado Cremalleras de Dirección por un montante de siete millones de euros así como la valenciana Aguilar Metal Recycling.

Por su parte, el Grupo Industrial CL es propiedad de Ricardo Leal, la primera fortuna de Andalucía que en la década de los ochenta fundó el grupo Cristian Lay en Jerez de los Caballeros (Badajoz). Nació como una empresa de venta por catálogo, pero acabó siendo un conglomerado industrial con distintas secciones de negocio: acero, energía, productos para animales, packaging, química y consumo.

A falta de conocer sus ganancias relativas al pasado ejercicio, en 2022 se anotó una facturación de 2.300 millones de euros. El gran salto en cuanto a cifras lo dio en plena pandemia al hacerse en el verano de 2020 con el grupo siderometalúrgico Gallardo Balboa, en manos del fondo KKR, que aceptó su oferta frente a la de los hermanos Freire Arteta, los propietarios de la gallega Megasa, otro gran grupo siderúrgico español, con base de operaciones en Narón, que el pasado año alcanzó los 2.200 millones de euros de facturación.

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