Recta final para que los minoristas sepan el alcance de su sangría en Realia

Los accionistas tienen de plazo hasta el 24 de julio para acudir a las opas lanzadas por Slim y Soros por todo el capital de la inmobiliaria

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Se inicia el final de la cuenta atrás para que los accionistas minoritarios de Realia –los que quedan de los que entraron hace siete años en la oferta pública de acciones con la que la inmobiliaria salió a bolsa– conozcan el alcance de la ruina caracolera de la inversión realizada en la promotora.

El próximo 24 de julio es la fecha fijada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para que los accionistas acudan a las opas lanzadas por los magnates Carlos Slim y Georges Soros, a través de sociedades bajo su control.

De los 38 millones de títulos comprados en aquel tramo minorista de la opv, apenas quedarían 10 millones. Los restantes 28 millones se han ido vendiendo durante todos estos años.

Casi 10 millones de acciones que, tras ser compradas por 90 millones, acabarán teniendo un valor inferior a 6 millones. Un auténtico estropicio que podría paliarse en parte con las presumibles mejoras en el precio de las ofertas que, tanto Slim como Soros, pudieran plantear.

Inversión nefasta desde el principio

La cosa, ya entonces cuando se lanzó la opv, no pintaba muy bien. Tras comprar sus títulos a 8,8 euros, vieron cómo, unos días después, ya se rebajaban a 6,5 euros –el precio con el que empezó a cotizar en bolsa– para que los inversores acudieran al tramo institucional. De no haberse procedido a esa rebaja, no lo hubieran hecho.

De esa manera, los cerca de 340 millones de euros desembolsados por los minoristas para adquirir esos 38 millones quedaban devaluados un 26% antes de iniciar su tránsito por el parqué. Una ruina caracolera que no había hecho nada más que empezar, porque la sangría no se ha detenido desde entonces.

Caída en picado

Metidos de lleno en la crisis económica, especialmente intensa para las empresas inmobiliarias, Realia logró esquivar la quiebra pero no fue capaz de sustentar el valor de su acción. Bajó al entorno de los 4 euros en 2008, a 1,7 euros entre 2009 y 2010, ligeramente por encima de 1 euro en 2011 y ya claramente por debajo de la unidad durante los años 2012 y 2013.

El pasado ejercicio, con los anuncios de posibles compradores, Realia volvió a subir hasta el 1,5% y ya en los últimos meses, tras conocerse las ofertas encabezadas por Georges Soros y Carlos Slim, el umbral de 0,7 euros parece imposible de superar.

Para hacerse una idea del agujero de lo que va a suponer la aceptación de una de las dos opas –la de Slim parte claramente como favorita, tanto por el precio (58 céntimos, 9 más que la presentada por la socimi Hispania) como por ese casi 25% del capital de Realia comprado a Bankia– lo primero que habría que ver es cuántos de aquellos accionistas, que entraron en la promotora en 2007, continúan hoy.

No resulta fácil, pero los casi 10 millones de títulos representados en la pasada junta de accionistas, que votaron en contra de algunas de las cuestiones claves del orden del día –como la ratificación como consejero de Gerardo Kuri, el hombre de Slim– dan una idea muy aproximada de los accionistas que, a pesar de la que ha caído, se han mantenido en Realia confiando no se sabe muy bien en qué.

Acreedores esperan sentados para negociar con la deuda

Aunque Slim y Soros figuran como los dos protagonistas de todo este culebrón accionarial en torno a la toma de control de Realia, existe un tercero –el trío formado por los fondos Fortress, King Street y Goldman Sachs– que esperan plácidamente para  cómo se sustancia esta guerra de opas. En su momento ya movieron ficha comprando, por apenas 450 millones, un nominal de 790 millones de euros de deuda de la promotora, y solo les queda saber el alcance de los beneficios a obtener.

En ese juego, el umbral del 30% será clave. Si Slim lo supera –lo más lógico, dado que ya controla casi el 25%– lo fondos acreedores tendrían el camino expedito para proceder al vencimiento anticipado de la deuda, de acuerdo con lo pactado en el contrato de financiación.

Alternativas

De superar ese 30%, el magnate mexicano contempla negociar con los fondos acreedores la reestructuración del pasivo o ampliar el capital de Realia para ofrecer a los acreedores canjear su deuda por acciones.

Otra maniobra no descartada pasaría por vender el excedente de capital, por encima del 30%, o ampliar capital para no acudir y forzar la dilución de su participación. Si el tema se complica y los fondos se empeñan en ejecutar garantías, cabría la posibilidad de que, antes, Slim procediera a vender activos de Realia para pagar a los acreedores

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