Transición en Meirama: alianza entre Reganosa, Repsol y Naturgy para una planta de biometano

Las tres empresas proyectan una planta de generación de gas renovable en Meirama y otras cinco plantas de pretratamiento para transformar purines en fertilizantes y gas renovable

Reganosa, Repsol y Naturgy colaboran con Impulsa Galicia en la promoción de un proyecto para transformar excedentes de purín y otros Residuos en biometano y fertilizantes orgánicos

Reganosa, Repsol y Naturgy colaboran con Impulsa Galicia en la promoción de un proyecto para transformar excedentes de purín y otros Residuos en biometano y fertilizantes orgánicos

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Alianza entre Reganosa, Repsol y Naturgy para un nuevo proyecto que opta a los fondos europeos Next Generation. Las tres compañías colaboran con Impulsa Galicia para desarrollar un proyecto que transforme «a gran escala» excedentes de deyecciones ganaderas y otros residuos de biometano, fertilizantes orgánicos y CO2 neutro de origen biológico.

Según revelan a través de un comunicado, las tres energéticas planean construir una primera planta de digestión anaerobia que produzca gas renovable y cinco plantas de pretratamiento asociadas a esta para deshidratar el excedente de purín bovino. Estas instalaciones para la generación de gas renovable se emplazarían en Meirama (Cerceda), una inversión que iría acompañada de otras cinco plantas de pretratamiento repartidas, en una primera fase, por municipios de la provincia coruñesa y de Lugo.

Con esta iniciativa, explican en un comunicado, desarrollaría la economía circular y optimizaría la gestión de purines en Galicia, además de disminuir la dependencia energética del exterior, facilitar el cumplimiento de las nuevas normas europeas y ayudar a descarbonizar la industria, los hogares y la movilidad.

Una red de plantas junto a las explotaciones ganaderas

El objetivo del proyecto pasa, según sus promotores, en desplegar progresivamente por el territorio una red de plantas que valoricen los excedentes de purines bovinos, porcinos y avícolas mezclados con una cantidad menor de FORS (fracción orgánica de recogida separada) y RIO (residuos industriales orgánicos) del sector agroalimentario para producción de energía renovable. El reparto de la red de factorías se estipula de acuerdo a la una distribución fragmentada en el mapa gallego de explotaciones ganaderas, «optimizando así la logística entre ambos tipos de instalaciones».

El proyecto impulsado por Naturgy, Repsol y Reganosa lleva aparejado una inversión de 146 millones de euros y está previsto que en esta primera fase se traten 1,24 millones de toneladas de purines excedentarios cada año. Con ellos se producirían fertilizantes orgánicos, CO2 neutro y unos 300 gigavatios hora (GWh) de biometano que se inyectarían a la red de gas natural. Este gas renovable se utilizaría para descarbonizar distintos sectores, como el del transporte, el residencial y el industrial, que se podría emplear además para los procesos de la refinería de Repsol en A Coruña.

Tras esta primera fase, la intención de los promotores es ampliar el proyecto a toda Galicia con la implantación de una red centralizada de tratamiento de los excedentes de deyecciones ganaderas.

Los impulsores del proyecto detallan además que en este sistema se garantizará la disponibilidad para los ganaderos del purín necesario para abonar sus tierras de manera sostenible, así como la viabilidad económica de sus explotaciones. Los cálculos de los promotores determinan que podrían valorizarse alrededor de seis millones de toneladas de residuos cada año.

Un proyecto que cubre el 7% de las importaciones de gas en Galicia

En este sentido, insisten en que el biometano producido (1 TWh anual) equivaldría a un 7% del gas natural de importación que ahora se demanda en Galicia, «con lo que la comunidad avanzaría sustancialmente en su autonomía energética y en el consumo de renovables».

En total, argumentan que se evitaría también la emisión a la atmósfera de unas 500.000 toneladas anuales de CO2 y se crearía empleo de calidad en el marco de la transición ecológica y en lugares poco poblados -algo más de 600 puestos de trabajo directos y 1.900 indirectos, entre la explotación de las plantas como la logística de transporte-.

Por último, destacan que esta iniciativa contribuiría al cumplimiento de la nueva legislación medioambiental europea sobre protección del suelo agrícola y control de efluentes, así como de nutrición sostenible de suelo agrario, y daría solución a cuestiones recurrentes en la gestión y almacenamiento de purines.

El proyecto ha sido presentado a cuatro ministerios del Gobierno central (Economía, Transición Ecológica, Agricultura e Industria) con el objetivo de encajarlo en los fondos Next Generation, «tanto por su componente de circularidad como por el hecho de que proporciona una fuente de energía verde y autóctona a partir de los excedentes de las deyecciones ganaderas».

Economía Digital Galicia

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