Vía libre a la planta de Enagás en Gijón pese a la oposición de Xunta y Reganosa

Enagás logra luz verde a la declaración de impacto ambiental de su planta en El Musel pese a las alegaciones presentadas por la Xunta, Reganosa y otras siete asociaciones

Collantes, Conde y Llardén

El presidente de Reganosa, Carlos Collantes, junto al vicepresidente segundo de la Xunta, Francisco Conde, y el presidente de Enagás, Antonio Llardén

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La Xunta de Galicia emerge en la guerra abierta entre Reganosa y Enagás. La cotizada española acaba de recibir la aprobación de su declaración de impacto ambiental para la planta de regasificación que proyecta en la localidad asturiana de El Musel pese a que tanto la Dirección Xeral de Enerxía e Minas como la compañía gallega intentaron tumbarla.

Según consta en el Boletín Oficial del Estado (BOE), un total de nueve organismos y asociaciones (además de diferentes particulares) presentaron alegaciones contra este proyecto. Reganosa y la Xunta de Galicia forman parte de una lista que integran cinco asociaciones de vecinos, Colectivo de Vega en defensa del medio rural y Asociación Green, así como la formación política Equo, que concurrió a los últimos comicios generales bajo la alianza electoral de Unidas Podemos.

Enagás quiso tumbar la planta de Reganosa

Reganosa (participada al 28,6% por la Xunta de Galicia) ha contraatacado así a Enagás, que realizó una ofensiva similar contra la regasificadora mugardesa. Y es que esta última presentó alegaciones contra el trámite administrativo de evaluación ambiental que Reganosa tuvo que reactivar en 2019. Fue en el verano de ese año cuando una sentencia del Tribunal Supremo anuló un acuerdo del Consejo del Ministros de mayo del año 2016 que eximía a la planta mugardesa del trámite de evaluación de impacto ambiental, una decisión que el Alto Tribunal rectificó tres años después.

La maniobra de Enagás de presentar alegaciones contra la regasificadora mugardesa se topó con las críticas del comité de empresa de Reganosa, que acusó a Enagás de pretender el monopolio en el sector. En concreto, según denunciaron sus representantes, Enagás operaba seis de las siete plantas de gas natural licuado de España, con la excepción de Reganosa, motivo por el cual entendían que, «de lograr su control o su desaparición, controlaría absolutamente todas la infraestructuras».

Además, los sindicatos advertían que Enagás trataba de «legalizar y desinvernar la planta construida en Gijón, que nunca llegó a funcionar y en torno a la que quiere construir un hub de gas natural licuado», un proyecto que ahora ve allanado con la luz verde que el Ministerio para la Transición Ecológica a su declaración de impacto ambiental.

Enagás da un giro a su regasificadora de El Musel

Esta planta de regasificación en Asturias se construyó en 2012, pero nunca llegó a entrar en operación por problemas legales. Ahora, nueve años más tarde, ve la luz, pero con un cambio de piel. Y es que las instalaciones pierden ahora la denominación de regasificadora para tener un uso logístico. De este modo, se cae la posibilidad de que la factoría procese el gas natural licuado procedente de buques metaneros para pasarlo a estado gaseoso e inyectarlo en la red española de gasoductos.

Tras este giro, la planta estará focalizada en tareas de almacenamiento y en la movilidad tanto marítima como ferroviaria, aunque el propio consejero de Industria asturiano, Enrique Fernández, abrió la puerta este mismo martes a que esta planta entre de lleno en la revolución del hidrógeno. Según el representante del Gobierno del Principado, el objetivo es que la planta sirva de «puente» para «entrar con la readaptación adecuada al mundo del hidrógeno renovable».

El consejero de Industria realizó estas declaraciones en una visita a la planta junto al consejero delegado de Enagás, Marcelino Oreja. Este último aseguró que, previsiblemente, no se lograrán todas las autorizaciones hasta, como mínimo, el año que viene, por lo que queda descartada la opción de que las instalaciones entren en funcionamiento este mismo año.

En paralelo, Oreja ha expresado su convicción de que «Asturias va a ser un polo muy importante de generación y producción de hidrógeno, incluso de exportación». Y es que tanto la propia Enagás como Naturgy proyectan construir una planta para producir hidrógeno mediante electrolisis en El Musel. El plan de ambas compañías pasa por alimentar estas instalaciones con la energía generada desde un parque eólico marino flotante de 250 megavatios y otro terrestre de 100 megavatios. Su hoja de ruta contempla la inversión de 400 millones de euros en este proyecto con el que se buscaría producir hidrógeno para volcarlo en la red y, posteriormente, distribuirlo por Europa.

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