Zendal, Pharma Mar, Zelnova, sicavs… El imperio en la sombra del gran farmacéutico gallego

Con permiso de José María Fernández de Sousa, Pedro Fernández Puentes se consolida como el gran empresario farmacéutico de Galicia, con negocios que van desde la vacuna contra el Covid hasta los geles hidroalcohólicos

Andrés Fernández Álvarez-Santullano, CEO de Zendal, junto al vicepresidente segundo Francisco Conde; el presidente de la Xunta, Alberto Núñez-Feijóo; y el presidente de Zendal, Pedro Fernández Puentes

Andrés Fernández Álvarez-Santullano, CEO de Zendal, junto al vicepresidente Francisco Conde; el ex presidente de la Xunta, Alberto Núñez-Feijóo; y el presidente de Zendal, Pedro Fernández Puentes

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Con permiso de su primo José María Fernández de Sousa, Pedro Fernández Puentes es el gran farmacéutico gallego. Presidente del grupo Zendal, que fabrica en sus instalaciones de O Porriño (Pontevedra) el antígeno de la vacuna contra el Covid de la americana Novavax, y vicepresidente de Pharma Mar, que cotiza en el IBEX35 desde el año pasado y está históricamente ligada a los antitumorales de origen marino, este empresario, nacido en el año 1939 y licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Santiago de Compostela, reúne muchas de las características presentes en el ADN de los grandes ejecutivos gallegos, de Amancio Ortega a los hermanos Freire Arteta. Marcado por una profunda discreción (los que lo conocen dicen que no le gusta aparecer en medios), procede de una histórica saga empresarial en donde se entrecruzan nombres como Transfesa o Corporación Noroeste.

Hijo de Antonio Fernández López, filántropo y empresario total lucense que participó en la creación de firmas como Titania, Zeltia, Frigsa, Pescanova o la Caja Provincia del Ahorros de Lugo, los negocios de Fernández Puentes cobraron especial relevancia durante el año de la pandemia. A excepción de Pharma Mar, que pasó de números rojos a beneficios millonarios, sus apuestas ya eran boyantes, si bien los de Fernández Puentes supieron sacar rédito a la lucha contra el Covid, que aumentó exponencialmente su presencia mediática.

Zelnova y los geles hidroalcohólicos

En el año 2019, José María Fernández de Sousa optó por desprenderse de la ultima de las filiales gallegas de Pharma Mar para centrarse exclusivamente en el negocio oncológico. Con esa operación vendió a su primo Zelnova, la filial química de la antigua Zeltia que, históricamente, comercializa productos tan conocidos como el insecticida Kill Paff o los barnices Xylazel. La biofarmacéutica vendió la filial por 33,4 millones de euros a las sociedades Allentia Invest y Safoles, las dos, vehículos de inversión de la familia de Fernández Puentes. Según los datos del Registro Mercantil, en la primera, su hijo, Andrés Fernández Álvarez-Santullano, figura como administrador solidario. En la segunda, él mismo es como administrador junto a su mujer, María Concepción Álvarez-Santullano.

Zelnova incrementó ingresos y beneficios el año del Covid. El resultado neto de la sociedad (con base de operaciones, cómo no, en el polígono de Torneiros, en O Porriño) ascendió a 4,2 millones de euros, frente al millón de euros contabilizado en 2019. La cifra de negocio, por su parte, se incrementó hasta los 45,6 millones de euros, 76 millones si se tienen en cuenta las ventas de su filial italiana, Copyr. La perspectiva de la compañía es llegar a la psicológica cifra de los 100 millones de euros en ingresos en cinco años, según revelan las cuentas presentadas ante el Registro Mercantil.

Pero, ¿por qué se disparó el negocio de Zelnova en plena pandemia? Entre otras cuestiones, por los geles hidroalcohólicos, producto que continúa con una gran demanda a pesar del levantamiento de las restricciones. Según destacaban los administradores de la compañía en la memoria que acompaña su balance de resultados, la sociedad fue capaz de ofrecer “una rápida respuesta, intensificando su capacidad y sus líneas de producción para fabricar productos desinfectantes como geles hidroalcohólicos y aerosoles virucidas para el hogar a través de la marca Cooper Protect”.

Accionista destacado de Pharma Mar

Pero no acaban ahí, ni mucho menos, los negocios de Fernández Puentes. Vicepresidente de Pharma Mar, la compañía de su primo, ostenta una participación de casi un 4,5% de la compañía que, a día de hoy, tiene un valor en bolsa de más de 55 millones de euros. Además, comparte asiento en el consejo de administración de la biofarmacéutica con la mujer más rica de España, Sandra Ortega, así como con los exministros Ana Palacio, Carlos Solchaga y Eduardo Serra.

Formado por 11 consejeros, el pasado 2020, y según los datos remitidos a la CNMV, los emolumentos percibidos por el consejo de administración de Pharma Mar habrían pasado de los 3,07 millones a los 5,26 millones de euros.

Si bien Pharma Mar no atraviesa un momento fácil en bolsa (cerró la sesión este viernes con una caída de un 3,89%), tras los resultados históricos cosechados en 2020, sigue en positivo.

Esta misma semana, la compañía presentó los resultados correspondientes a los nueve primeros meses del año. Los números de la biofarmacéutica no han gustado a los inversores: los beneficios y los ingresos han experimentado un retroceso notable aunque hay truco, ya que en 2020 recibió pagos extraordinarios de Jazz Pharma, su socio en la comercialización en EEUU de su fármaco estrella, un antitumoral contra el cáncer de pulmón denominado Zepzelca. No obstante, el negocio recurrente del grupo se ha disparado.

La biofarmacéutica ganó 54,7 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 58% menos que el año pasado. Los ingresos totales también descendieron un 35%, hasta los 143,9 millones. Sin embargo, los ingresos recurrentes de la compañía, que incluyen ventas más royalties, aumentaron un 31%, alcanzando los 119,4 millones de euros. Las ventas netas del grupo alcanzaron los 92,2 millones de euros, un 10% más. De esta cantidad, 88,7 millones corresponden al segmento de oncología.

Zendal prepara para su gran salto

Sin duda, la joya de la corona de Fernández Puentes es Zendal, grupo farmacéutico que toma su nombre de la enfermera gallega que llevó la vacuna de la viruela a los territorios de ultramar a través de la expedición Balmis. Las cuentas consolidadas del grupo farmacéutico arrojaron el pasado año unos beneficios de 2,9 millones de euros. En el caso de la farmacéutica, lo más importante, no obstante, aún está por llegar.

Explican los propios administradores de la compañía en su informe de gestión que Zendal adquirió “una gran dimensión mediática” el pasado año “al ser la única compañía española con capacidad para fabricar un antígeno para vacunas en territorio nacional, destacando el contrato con Novavax y el contrato de reserva de capacidad para el envasado de vacunas con la Coalición for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI)«.

Con activos de 135 millones de euros, los de Fernández Puentes explican que frenaron su tendencia alcista, con un retroceso de ingresos de un 4,6%, principalmente por dos efectos: el propio de la pandemia y que tuvo que acometer renuncias en cuanto a fabricación “para poder atender a la peticiones de vacunas que ayuden a erradicar el Covid”. También aceleró su plan estratégico, impulsando su plan de inversiones “para atender la creciente demanda de vacunas humanas y para tener capacidad para los proyectos de I+D de salud animal que ya están en la recta final de salida al mercado”. Acaba de adquirir, de hecho, el histórico laboratorio leonés de Ovejero con este motivo.

Además de acometer una reestructuración societaria en el grupo, que convirtió a Zendal Health en la cabecera de su holding, sentó las bases de millonarias inversiones en Galicia y Portugal para ampliar sus instalaciones.

Ingercover

Al margen de las empresas, el ejecutivo gallego también pilota parte de sus inversiones a través de la sicav Ingercover.

Según los datos remitidos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) es el presidente de esta sociedad de inversión de capital variable que, con Bankinter como gestora, cerró el tercer trimestre del año con un patrimonio de casi 18 millones de euros y una rentabilidad del 1,88%. El año pasado lo acabó con unos beneficios por encima de los 360.000 euros, frente a las ganancias de 1,3 millones del ejercicio precedente.

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