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La Plaza | Iglesias, ¿próximo secretario general del PSOE?

La imputación por financiación ilegal de Podemos da pie a teorías sobre la relación con el PSOE: incluso a las más provocativas

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En episodios anteriores de La Plaza debatimos sobre la ejemplaridad. En este episodio, de coherencia.

Cita. Pablo Iglesias: “Solo un incompetente desconoce qué pasa en su partido”. 

Para ser exactos, dijo “lo que”. Y se lo dijo a un bolso: el de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que ocupaba el escaño de Mariano Rajoy. Su bolso, no ella. Pero, en cualquier caso, Iglesias lo dijo. Fue durante el debate de la moción de censura que llevó hasta la Moncloa a Pedro Sánchez.

Escribamos sobre coherencia: si el vicepresidente segundo del Gobierno no es un «incompetente», sabe qué pasa en su partido. Por tanto, debe dimitir. Y si no sabe cómo se financia Podemos, también debe dimitir. Debería hacerlo por “incompetente”, según la master class impartida por Iglesias a un bolso en sede parlamentaria.

La ‘caja B’ de Podemos

La diferencia entre la presunta ‘caja B’ de Podemos y la del PP es que, efectivamente, hay una sentencia contra el partido de la calle Génova. Por ahora, la formación de Iglesias está imputada, no condenada. Por tanto, puede pasar que Podemos se financie legalmente y que Iglesias lo sepa. No procedería la dimisión.

Cita. Sánchez: “Esas informaciones son inquietantes”. 

El presidente del Gobierno respondió así a las preguntas sobre las noticias relativas a Juan Carlos I y las investigaciones del fiscal suizo sobre presuntas comisiones. Mientras decía eso, la vicepresidenta Carmen Calvo negociaba con la Zarzuela cómo y cuándo saldría el rey emérito de España. 

Sin una condena… es más, sin ni siquiera una imputación, el Gobierno presionó al jefe del Estado para que echara a su padre del país. También es verdad que Felipe VI se rindió en busca de la ejemplaridad. ¿A quién o a qué teme el rey? 

Una provocación

Quizá el presidente del Gobierno coincida esta vez conmigo. Más “inquietante” que una noticia es una “imputación”. Por tanto, si mantiene Sánchez el mismo criterio que hace tres semanas, debería enviar a Calvo a Galapagar para negociar con Irene Montero cómo y cuándo echar a Iglesias del país. 

Y si, además, Sánchez fuera coherente con su propia moción de censura aplicaría el rodillo para garantizar esa ejemplaridad que él mismo nos garantizó entonces. ¡Qué gran tarde! Algunos creyeron que, tras defenestrar al PP de la Moncloa, los políticos españoles, empezando por Sánchez, se comportarían como los alemanes; país donde el ministro de defensa dimite al sospecharse que plagió por citar mal a un autor en su tesis… durante tres líneas.

Lo sé: es una pérdida de tiempo pedir algo de coherencia a Sánchez. Pero yo, de Iglesias, no me relajaría. Sánchez, precisamente por ser Sánchez, puede estarle haciendo ya la cama. Con perdón por la expresión. 

Cita. Sánchez: “Pido respeto por la justicia”. 

Le habían preguntado si apoyaba al vicepresidente segundo tras la imputación de Podemos. El episodio de esta semana cuenta con el análisis de Cristina Triana, Xavier Bru de Sala y John Müller. Suya es la provocación sobre Iglesias compitiendo por la secretaría general del PSOE contra Sánchez.

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Ismael García Villarejo

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