La segunda vacuna china inactivada avanza con éxito

Los resultados de la fase I de la segunda vacuna inactivada china superan las pruebas de tolerabilidad y seguridad.

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China se ha convertido en el país líder en el desarrollo de vacunas contra el coronavirus. El gigante asiático desarrolla cinco vacunas que se encuentran en las etapas finales de los ensayos clínicos, e incluso planea la distribución de una de cara a noviembre. Se trata de la más avanzada, la de la farmacéutica estatal Sinopharm, que se caracterizada por estar inactivada. A partir de esta semana una segunda vacuna con esta característica se suma a la carrera: la elaborada por la Academia china de Ciencias Médicas.

Las vacunas inactivadas, o también conocidas como vacunas muertas, ofrecen una ventaja. Frente a los antídotos basados en tecnologías ARNm, como la de Moderna o Astrazeneca, que fueron las primeras en desarrollarse, este tipo de inyecciones podrían resultar, en última instancia, más seguros y efectivos que los enfoques novedosos, según apunta la página especializada en biotecnología Fierce Biotech.

De momento, los resultados de fase 1 presentados por la Academia china de Ciencias Médicas han superado las pruebas de tolerabilidad y seguridad. Las conclusiones de este estudio realizado en 192 personas indican que la vacuna es segura y desencadena en una respuesta inmune. “La seguridad e inmunogenicidad de la vacuna se evaluaron en 28 días”, indica el documento, que explica que cada uno de los participantes recibió tres dosis.

No obstante, preocupa un aspecto: se produce una caída en los títulos de anticuerpos neutralizantes desde el día14 hasta el día 28. El documento no explica el porqué de esta caída para la caída y no especifica si la tendencia a la baja continuó.

El porcentaje de reacciones adversas de las vacunas inactivadas es menor

El 23% de los participantes experimentó una reacción adversa como dolor leve en el lugar de la inyección y enrojecimiento o fatiga ligera. Este porcentaje es poco mayor que el de la vacuna de Sinopharm, que se sitúa en un 15%, pero menor que los porcentajes informados en ensayos por desarrolladores de ARNm. Y es que las vacunas de Moderna y Pfizer provocan fiebre, dolor de cabeza y cansancio.

“Hubo 44 reacciones adversas en los 28 días, más comúnmente dolor leve y enrojecimiento en el lugar de la inyección o fatiga leve, y no se observaron variaciones anormales en 48 citocinas en las muestras de suero de sujetos inmunizados”, señala el estudio. Y agrega que la posible vacuna «era segura e inmunogénica para una población de 18 a 59 años».

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Noelia Tabanera

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