Puigdemont firma cien días de auténtica nada

Los únicos anuncios concretos del presidente de la Generalitat son las promesas de crear una Dirección General de Política de Montaña y de mejorar la C-14

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Se cumplen cien días de la toma de posesión de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat. Cien días de auténtica nada. La gestión del sustituto de Artur Mas ha estado marcada por muchas inauguraciones, unas cuantas promesas vacías de contenido, seis entrevistas en medios de comunicación extranjeros y la presencia en varios funerales.

En más de tres meses, Puigdemont sólo ha hecho dos anuncios más o menos concretos, aunque de muy poca enjundia. El 5 de marzo, en una visita al Pallars Subirà prometió la creación de una Dirección General de Políticas de Montaña que «auscultará de una manera muy sensible los problemas y demandas del Pirineo».

Y un día antes, el 4 de marzo, en la Seu d’Urgell aseguró que el presupuesto de la Generalitat para este año contendrá una dotación para mejorar la carretera C-14 que pasa por esta localidad. El president ha hecho algunas promesas más, pero vacías de contenido.

Promesas vacías de contenido

El 11 de abril, por ejemplo, coincidiendo con la celebración del Día de las Escuadras, se comprometió a «luchar para que los Mossos estén presentes en organismos internacionales que combaten el terrorismo». Y el 8 de marzo, con motivo del Día de la Mujer Trabajadora, afirmó que en la futura Cataluña independiente «la igualdad de género será una de las líneas maestras».

La actividad parlamentaria de Puigdemont tampoco ha sido para tirar cohetes. El president ha acudido en seis ocasiones al Parlament, una para participar en el pleno extraordinario de la pobreza, que se saldó con un catálogo de buenas intenciones, y las otras cinco, con ocasión de los plenos ordinarios en los que fue protagonista de la sesiones de control.

Apuros en las sesiones de control

Puigdemont se preparó las respuestas para las preguntas relativas al proceso independentista, pero todas las cuestiones formuladas por la oposición respecto a otros temas le pillaron por sorpresa y se vio obligado a salir del mal paso con generalidades y lugares comunes.

La agenda presidencial sí ha estado repleta de visitas a las comarcas, de presentaciones y de inauguraciones. Puigdemont ha inaugurado la exposición del club Súper 3, ha participado en el aniversario del programa Polònia de TV3, ha asistido al 850 aniversario de Vila d’Albi, ha visitado una residencia de la tercera edad, ha respaldado el mercado ganadero de Vic, ha estrenado un párking en Puigcerdà y ha presidido la noche de los cámpings gerundenses.

Prensa internacional

En cien días no ha dado no una sola rueda de prensa en Cataluña. La que tiene agendada para este martes será la primera, pero sí ha tenido una intensa actividad con los medios internacionales. Se estrenó el 5 de febrero con una entrevista para la agencia Bloomberg. A principios de marzo, publicó un artículo en The Guardian y el día 18, cinco diarios extranjeros publicaron una entrevista conjunta con el president que no ha estado exenta de polémica.

El grupo parlamentario de Ciudadanos presentó una pregunta en la Cámara en la que planteaba su sospecha de que los periodistas de esas publicaciones internacionales habían cobrado por realizar la entrevista. Los redactores han aclarado este lunes que la Generalitat no les pagó ni el billete de tren.

Varios funerales

Además, Puigdemont se ha visto obligado a asistir a varios funerales, ya que durante su mandato han fallecido Muriel Casals, mossèn Ballarin y Johan Cruyff a quien el president dedicó un artículo periodístico. Puigdemont acudió también al aniversario de las víctimas del accidente de Germanwings, donde coincidió con Mariano Rajoy, aunque no hablaron de política.

Precisamente, otro funeral, el de las víctimas del accidente de autocar de Freginals el que desencadenó la mayor polémica en que hasta ahora se ha visto envuelto el president. El primer ministro italiano, Matteo Renzi, hizo una visita relámpago a Reus para dar el pésame a las familias de las estudiantes fallecidas y pidió discreción y privacidad. Pero Puigdemont no escuchó ese ruego y acompañó a Renzi durante toda se estancia en Cataluña, hizo nota de prensa de su encuentro con el italiano y colgó varias fotos en Twitter.

Espíritu de diálogo

De momento, ese ha sido todo el contacto de Puigdemont con mandatarios extranjeros, pues todavía no ha realizado ningún viaje al exterior, aunque prevé ir a Bruselas entre el 30 de abril y el 2 de mayo. En eso, se diferencia de su antecesor, Artur Mas, que salió en muchas ocasiones de Cataluña para tratar de «internacionalizar el proceso» reuniéndose con autoridades de otros países.

Hay otra diferencia. En el trascurso de su mandato, Mas se volvió reacio a tratar con el Gobierno español e incluso con los líderes de la oposición en Cataluña. En cambio, Puigdemont se muestra abierto al diálogo. Se ha entrevistado con Inés Arrimadas (Ciudadanos), Miquel Iceta (PSC), Lluís Rabell (Catalunya sí que es pot), Xavier García Albiol (PP) y con líderes de la CUP.

Reuniones con los líderes españoles

Además, se ha visto con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez; el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. Para el miércoles tiene una cita con Mariano Rajoy en la Moncloa. Por contra y pese a su voluntad de diálogo, Puigdemont no ha podido evitar molestarse con el segundo de su Govern, Oriol Junqueras, después de que trascendiese que éste se había reunido con Pedro Sánchez a escondidas.

Así han pasado esos cien días de Puigdemont al frente de la Generalitat. Cien días en los que, quizá, lo más productivo que ha hecho el president ha sido reeditar su libro Cata… què? Una obra escrita en los años 90, que ahora, con la nueva fama de su autor podría convertirse en el gran hit de un Sant Jordi que está a la vuelta de la esquina.

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