| 23J: Elecciones generales

La paradoja del PNV: su mayor cota de poder en democracia, amenazada por Bildu

Politólogos y analistas consultados por ECONOMÍA DIGITAL señalan que los jeltzales "ya no son un partido de derecha ni conservador en lo moral", sino "socialdemócrata"

El presidente del PNV Andoni Ortuzar (c) junto al portavoz en el congreso y candidato de esta formación Aitor Esteban (i) el lehendakari Iñigo Urkullu, (d) y candidatos junto a afiliados realizan un balance de las elecciones generales. EFE/Luis Tejido

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Los resultados electorales del 23J dejaron una serie de imágenes a analizar, y más allá de la victoria -todo apunta a que no suficiente- del Partido Popular o la resistencia de los escaños del PSOE, el escenario que se vive en el País Vasco da la sensación de cambio de ciclo. En una autonomía tradicionalmente liderada por el Partido Nacionalista Vasco (PNV), Bildu ha conseguido un hito para ellos: quedar por delante de los jeltzales y tener un escaño más -6- en el Congreso.

¿Cómo se explica este movimiento? Politólogos y analistas consultados por ECONOMÍA DIGITAL señalan que los jeltzales «ya no son un partido de derecha ni conservador en lo moral», sino «socialdemócrata», como afirma Óscar Rodríguez Vaz, doctor en Ciencia Política por la Universidad del País Vasco. De hecho, incide en que, aunque su heráldica diga Ley vieja y Dios, que es su claim, «es lo único que conservan del origen, porque ha ido mutando, porque en los últimos 40 años ha ido ocupando todas las parcelas de poder».

De hecho, tras las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo se ha dado una paradoja: si en el Congreso retroceden, a nivel autonómico, en democracia, el PNV nunca había tenido tanto poder, porque no sólo gobierna en las capitales de las tres provincias del País Vasco, sino que lo hace también en las ciudades principales, las tres diputaciones y en el propio Gobierno vasco. «Cuidado con darlos por muertos», asegura Rodríguez Vaz.

El ‘no’ a Feijóo

Sin embargo, no pasan los mejores tiempos para los jeltzales. La sensación de ser un partido que ya no entiende, al menos tan bien, a la sociedad vasca y esa pugna que vive con EH Bildu son dos de las claves que explican el no rotundo y rápido que el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, le comunicó al presidente del PP y candidato de la primera fuerza tras las elecciones, Alberto Núñez Feijóo, de siquiera sentarse a negociar un posible apoyo.

Porque, explica el politólogo Eduardo Bayón, el PNV no quiere ser partícipe de esa intentona de tener la iniciativa de Feijóo, al hacerlo sin opciones y mucho menos aún si Vox está en la ecuación, «porque sería antinatura y no se entendería», pero no sólo. También apunta Bayón a la campaña y los acuerdos que ha habido entre PP y Vox a nivel autonómico y municipal.

Así, si el cordón sanitario a la ultraderecha es total por la recentralización que puede suponer darle poder a un partido abiertamente nacionalista español frente al sentimiento vasco, en el País Vasco «se valora mucho la capacidad de influencia en la gobernabilidad del Estado, y ahí también ha entrado a jugar Bildu, y en esos logros y esa influencia se valoran, por lo que el apoyo natural ahora es Sánchez», ahonda Eduardo Bayón.

Pérdida de hegemonía en el País Vasco

Además, precisamente ese poder que mantiene a todos los niveles en la autonomía y la hegemonía que ha ostentado durante los últimos tiempos le está erosionando. Es la gestión, especialmente en lo que toca a servicios públicos: educación y sanidad. Y ahí aparece el auge de Bildu. Es algo que aprecia Rodríguez Vaz: «La alternativa está muy fortalecida porque están inmaculados en cuanto a gestión. Hace mucho que no gobiernan y este fenómeno es algo que pasó con Podemos, cuando no llegó al sorpasso al PSOE porque ya llevaba un año gestionando alcaldías y autonomías».

«Esa gestión puede tocar tu credibilidad. A la izquierda abertzale, como va a llegar a las autonómicas sin mancharse, porque ganaron en Vitoria, en la diputación de Guipúzcoa, pero no va a gobernar, el PNV le va a hacer ese favor», insiste Rodríguez Vaz, que recuerda que Bildu ganó en 2011 en San Sebastián y en Guipúzcoa, «todo el poder principal lo tenía Bildu».

En aquel entonces, si hubiera habido acuerdo entre el PNV y PSE, no habrían gobernado los abertzales, pero PNV no quiso. ¿Y qué pasó? «Que efectivamente gobernaron y se hundieron en las siguientes. Ahora Bildu sólo la pueden cagar ellos mismos, poniendo un perfil de candidato tipo Otegui«, rememora Vaz.

Ortuzar aboga por la autocrítica

Todas estas tesis, de alguna manera, han sido asumidas por el propio partido. El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, abogó este sábado por hacer en su partido la «autocrítica necesaria desde la humildad» para «corregir errores, superar inercias e innovar» su forma de gestionar y relacionarse con la sociedad, tras el descenso electoral que ha sufrido en las últimas citas electorales.

Ortuzar, en el acto político con el que su partido celebró en Bilbao el 128 el aniversario de su fundación el 31 de julio de 1895, reconoció que en medio de un clima político «complejo y enrarecido», en el PNV están «sufriendo», aunque también están «fuertes y con ganas». Ante militantes y una nutrida representación de cargos políticos e institucionales del PNV, entre ellos, el lehendakari, Iñigo Urkullu, defendió que «los cambios sociales deben venir acompañados de cambios en los discursos y en las políticas públicas».

Eso sí, reconoció que «no va a ser fácil» hacer convivir el proceso «de reenganche, de reconexión con esa parte de la sociedad vasca que nos ha dado su toque de atención, con la toma de decisiones diarias aquí, en Madrid o Bruselas sobre temas candentes».

Marta Espartero

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