Sánchez culmina el ‘dedazo’ a Illa al frente del PSC en un congreso sin ponencia política

Todo está preparado para que Illa asuma el liderazgo de facto del PSC con Iceta como presidente y 'mano derecha' y Nuria Marín como vicepresidenta

El presidente del Gobierno y secretario general del partido socialista, Pedro Sánchez, interviene durante el acto electoral en Tarragona del candidato a las elecciones regionales de Cataluña, Salvador Illa, en febrero de 2021 | EFE/Archivo

Sánchez culmina el ‘dedazo’ a Illa al frente del PSC en un congreso sin ponencia política. Foto: EFE/Archivo

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Pedro Sánchez culminará este fin de semana su ‘dedazo’ a Salvador Illa oficializando su candidatura al frente del PSC en un congreso de puro trámite en el por no haber no habrá ni ponencia política. El hecho de que se trata de un congreso extraordinario implica que no haya debate sobre una nueva ponencia política. Se dejan para el próximo cónclave ordinario, es decir, para dentro de dos años.

Esto significa que nadie conocerá el proyecto, a ciencia cierta, ni la línea política que piensa aplicar Illa al frente del PSC. El cónclave renovará la comisión ejecutiva de la formación catalana, con Iceta como presidente de los socialistas catalanes –un cargo sin poder orgánico real– y Núria Marín de número dos de la formación.  

El exministro de Sanidad, jefe de la oposición y ganador en votos y escaños el 14-F a pesar del Gobierno independentista, tomará este domingo las riendas del PSC oficialmente en el Centre de Convenciones Internacionals de Barcelona. Su amigo, el presidente del Gobierno estará ahí con su discurso para arroparle.

También, acudirá la mayoría de la plana mayor del partido con los barones a la cabeza. Destacan los presidentes autonómicos y líderes de territoriales del PSOE Ximo Puig (Comunidad Valenciana) y Francina Armengol (Islas Baleares). También acudirá la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, también del PSC y hasta hace unos meses alcaldesa de Gavà (Barcelona).

«El relevo será tranquilo y sin estridencias de ningún tipo», señalan desde el PSOE. Por primera vez en décadas, los capitanes del PSC no han tenido un papel determinante y el nuevo primer secretario designará en ese congreso una nueva ejecutiva a su medida. Todo está más que organizado y preparado. Así y bajo el lema: «Gobernar Cataluña, ¡vamos!», los socialistas quieren ejemplificar su ambición por ocupar la Generalitat.

La pérdida de poder municipal fuera de Barcelona: el único reproche

El cónclave empezará con el debate del Informe Político de Miquel Iceta. Un informe que por primera vez será debatido en abierto por los 900 delegados que participarán en el congreso y supondrá una demostración de la placidez del relevo, liderado desde primera fila por los propios Illa e Iceta.

Posteriormente, Illa tomará la palabra el domingo, el último día, y lo hará para desgranar los pilares de su mandato con el fin de erigirse en alternativa «a la política de bloques» que impera en Cataluña a raíz del procés y con el independentismo al frente del Govern.

El candidato a la presidencia de la Generalitat por el PSC, Salvador Illa (c), acompañado por Miquel Iceta y por la portavoz en el Parlament Eva Granados, tras conocer los resultados electorales hoy domingo en la sede del Partido Socialista en Barcelona. El PSC ha ganado, en votos, las elecciones en Cataluña. EFE/Toni Albir
Salvador Illa acompañado por Miquel Iceta y por la portavoz en el Parlament Eva Granados, tras conocer los resultados electorales. EFE/Toni Albir

El único reproche que habrá será por la pérdida de poder municipal en Cataluña. El PSC había llegado a gobernar las cuatro capitales catalanas, y en los últimos comicios perdió Lleida y Tarragona, tras la estela de Barcelona. De ahí que el cambio de caras y de modelo responda en parte a esta caída en su municipalismo, tal y como señala el ex diputado Joan Canongia en un reciente artículo.

Aunque bien es cierto que el PSC conserva un gran poder municipal en Barcelona y su área metropolitana. El socialismo catalán mantiene bajo control grandes municipios como L’Hospitalet de Llobregat, Cornellà de Llobregat, Badalona, Sabadell, Sant Joan Despí, Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besòs o Sant Just Desvern, entre otros. Además, está presente como socio menor en el gobierno de la capital catalana, que lidera Ada Colau.

Una hegemonía que también se materializa con el control de la Diputación de Barcelona, en manos socialistas gracias a un pacto con Junts duramente criticado por ERC. El PSC recuperó uno de sus bastiones de poder en Cataluña, donde históricamente habían hecho de contrapoder a la hegemonía nacionalista de Jordi Pujol, que perdieron en 2011 a favor de la extinta Convergència i Unió.

Los socialistas catalanes sí que han mermado drásticamente su poder desde los dos tripartitos y el inicio del procés fuera de Barcelona y sus alrededores. Es el caso de Girona, controlada por el PSC desde 1979 a 2011, que dejó de ser un feudo socialista para entregarse al independentismo. El expresidente Carles Puigdemont consiguió terminar con treinta años de hegemonía, y el ayuntamiento sigue hoy en manos de Junts, con Marta Madrenas al frente.

Lejos quedan aquellas municipales donde el PSC ganaba en votos y CiU en concejales. También, como consecuencia de las fugas que dañaron enormemente al partido, tanto de altos cargos hacia formaciones independentistas –como el portavoz de ERC en el ayuntamiento, Ernest Maragall; o el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena– , como a otras del espectro constitucionalista, –exalcalde de L’Hospitalet y exministro de Trabajo con Zapatero, Celestino Corbacho, ahora concejal de Cs en Barcelona–.

Un PSC más ‘caudillista’ y menos territorial

En cuanto al cambio de lógicas de poder en el partido, Canongia señala que la fuerza territorial que asumieron los «capitanes» en el Congreso de Sitges de 1994 ha pasado a mejor vida. El empuje de las federaciones, traducido en las largas negociaciones por el reparto de cargos que se escenificaban a las puertas del despacho ocupado por José Montilla en los congresos sucesivos muta ahora en un modelo presidencialista, en el que Illa asume todo el poder o «como cargarse el PSC», sueltan algunas voces críticas.

Illa quiere que su predecesor como primer secretario del PSC, Miquel Iceta, sea a partir de ahora el nuevo presidente de los socialistas catalanes. Así lo propondrá en el Congreso Extraordinario que, de esta forma, sustituirá a la alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, que dejará de ser presidenta para ser vicepresidenta del partido. Todo está preparado.

El líder de los socialistas catalanes ha dado a conocer parte de los nombres de su Ejecutiva. La alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet y rival de Miquel Iceta en las primarias de 2016, Núria Parlón, continuará en el órgano del partido como secretaria de Seguridad. La portavoz del partido será la exsenadora y actual teniente de alcaldía de Sant Joan de Vilatorrada, Elia Tortolero. Francesc Trillas será el secretario de Economía y Hacienda, y Raúl Blanco el de Industria, Energía y Transición Digital.

Se trata de una constatación: el nuevo primer secretario del PSC difícilmente dejará de ejercer el control sobre el partido que ha ejercido como secretario de Organización desde que Iceta lo aupó a jefe de máquinas del partido.

Eliminados los ‘popes’ que protagonizaron la reunificación del socialismo catalán, parece que ha llegado ahora el momento de embridar a los capitanes. Algo similar al proceso emprendido por Pedro Sánchez con los barones y el partido en su manos. De la ‘Sanchización’ del PSOE a la ‘Salvillación’ del PSC. Como decían unas chapas de merchandising que se popularizaron dentro de la formación: «El que digui el Salvador».

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