Un abogado insta a los trabajadores a no dimitir en su trabajo: la ley permite autodespedirse en estos casos
Un abogado laboralista advierte que dimitir implica perder derechos que la ley reconoce en casos de cambios sustanciales en las condiciones de trabajo
Una administradora gestionando documentos en su ordenador
Cada vez más empleados se encuentran en situaciones complicadas en sus puestos de trabajo: cambios inesperados de horario, recortes salariales o modificaciones en sus funciones que rompen por completo las condiciones en las que fueron contratados. Ante este panorama, la primera reacción suele ser presentar la dimisión y abandonar la empresa, pero un abogado laboralista ha recordado que, en muchas ocasiones, hacerlo supone perder derechos importantes.
Dimisión o autodespido: dos caminos con consecuencias muy distintas
El abogado Andrés Millán, conocido en redes sociales como LawTips, ha lanzado un mensaje claro: “No dimitas. Haz esto”. Con estas palabras se refiere a la posibilidad del autodespido, una figura legal reconocida en el Estatuto de los Trabajadores que permite al empleado extinguir su contrato cuando el empresario modifica de forma sustancial las condiciones laborales.
Dimitir implica renunciar voluntariamente al trabajo, lo que conlleva perder el derecho al desempleo y a cualquier indemnización. En cambio, el autodespido abre la puerta a cobrar el paro y a recibir una compensación económica, como si se tratara de un despido improcedente.
¿Cuándo se puede recurrir al autodespido?
El Estatuto de los Trabajadores, en su artículo 41, define las llamadas modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo. Según la norma, un trabajador puede reclamar la extinción de su contrato en casos como:
- Reducción drástica de jornada o cambios de horario sin acuerdo previo, que impliquen pérdida de salario.
- Cambios en el régimen de trabajo a turnos, por ejemplo, pasar de jornada continua a un sistema rotativo.
- Modificaciones en la remuneración o en la cuantía salarial, aunque se mantenga el puesto.
- Alteraciones en el sistema de rendimiento o en las funciones asignadas, si estas superan los límites de la movilidad funcional.
Ninguna de estas medidas puede imponerse unilateralmente por la empresa. Si el empleador las ejecuta sin acuerdo, el trabajador tiene la opción legal de solicitar su autodespido.
El artículo 50: el respaldo legal del trabajador
El artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores refuerza este derecho al establecer que dichas modificaciones constituyen causas justas para que el trabajador pida la extinción del contrato. Y lo más relevante: en estos casos, el trabajador tiene derecho a percibir las indemnizaciones previstas para el despido improcedente.
Esto significa que, si un empleado decide autodespedirse, no solo podrá cobrar el paro, sino que también recibirá una compensación económica proporcional a su antigüedad en la empresa.
En términos prácticos, la diferencia económica entre dimitir y autodespedirse puede ser muy significativa.
- En la dimisión voluntaria, el trabajador se marcha sin derecho a indemnización y sin prestación por desempleo.
- En el autodespido, el empleado recibe hasta 33 días de salario por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades, o incluso 45 días por año con un tope de 42 mensualidades en contratos firmados antes del 12 de febrero de 2012.
Además, en algunos supuestos específicos de modificación de jornada o salario, la indemnización puede ser de 20 días por año trabajado, con un límite de 9 meses.
El SEPE reconoce este derecho y considera que, en caso de autodespido, el trabajador se encuentra en situación legal de desempleo. Por lo tanto, puede acceder a la prestación contributiva siempre que cumpla los requisitos de cotización.
El error más frecuente: dimitir sin asesorarse
Según Millán, muchos empleados desconocen esta herramienta legal y optan por dimitir ante el malestar laboral. El resultado es que pierden la oportunidad de recibir una compensación económica y quedan desprotegidos frente al desempleo.
El abogado insiste en que antes de tomar una decisión, es fundamental consultar con un especialista en derecho laboral, ya que cada caso debe evaluarse en función de las pruebas disponibles y del contexto específico.
Aunque el autodespido no es tan conocido como otras fórmulas de extinción de contrato, cada vez más tribunales reconocen el derecho de los trabajadores a recurrir a él cuando las empresas alteran sus condiciones de forma unilateral.
El procedimiento suele iniciarse con una demanda en los Juzgados de lo Social, en la que el empleado demuestra los cambios sustanciales sufridos. Si el juez le da la razón, la empresa está obligada a pagar la indemnización correspondiente y el trabajador puede inscribirse como demandante de empleo.
El papel de la información laboral en redes sociales
El mensaje de Millán ha tenido gran repercusión porque muchos trabajadores encuentran en redes sociales información que no siempre les llega por otros canales. La labor de divulgación de abogados y expertos en plataformas digitales está contribuyendo a que los empleados conozcan mejor sus derechos y actúen con mayor seguridad jurídica.
“No dimitas, autodespídete” no es solo un consejo, sino un recordatorio de que la ley protege al trabajador frente a decisiones arbitrarias de las empresas.
En definitiva, la figura del autodespido ofrece una salida más justa para quienes sufren cambios sustanciales en sus contratos. La diferencia entre abandonar un empleo sin más o hacerlo de forma legalmente reconocida puede marcar el futuro económico del trabajador.
Por ello, los expertos recomiendan no precipitarse, informarse y buscar asesoramiento antes de tomar una decisión tan importante.