Cientos de viajeros se quedan ‘tirados’ por el cese de actividad de una aerolínea que fracasa en su plan de reestructuración
Competidores directos como Wizz Air y Ryanair han mostrado más fortaleza reconfigurando sus rutas y modelos operativos

Fly PLAY, la aerolínea islandesa ‘low cost’, anunció el cese inmediato de sus operaciones y la cancelación total de sus vuelos, dejando a miles de pasajeros y a 400 empleados en situación incierta.
Las bajas ventas de billetes y el fracaso de su plan de reestructuración, tras una serie de cambios estratégicos que no lograron revertir los problemas estructurales de la compañía han llevado a su cierre.
Fundada en 2021, Fly PLAY apostó por conectar Norteamérica y Europa a través de Islandia como ‘hub’, contando con una flota de 10 Airbus A320 y A321neo y operando en unos 30 destinos, principalmente europeos y vacacionales.
Entre las ciudades españolas atendidas por PLAY figuraban Alicante, Barcelona, Fuerteventura, Gran Canaria, Madrid, Málaga y Tenerife, con presencia también en Palma de Mallorca y Valencia.
A pesar de que en 2024 la aerolínea registró un factor de ocupación del 85,3% y transportó a 1,6 millones de pasajeros, las dificultades del mercado transatlántico y la sobrecapacidad en el Atlántico Norte derivaron en pérdidas significativas, cifradas en 20 millones de dólares por rutas ‘hub-and-spoke’. Solo los vuelos de ocio punto a punto generaron una contribución positiva de 24 millones de dólares.
En junio de 2025, la empresa lanzó una reestructuración radical: decidió abandonar totalmente las rutas con Estados Unidos y Canadá para centrarse en dos pilares: vuelos de ocio desde Islandia, operando como aerolínea virtual, y el arrendamiento ACMI (avión, tripulación, mantenimiento y seguro) de su flota desde una nueva base en Malta, buscando aprovechar las ventajas fiscales y contractuales del país.
El objetivo era revertir una pérdida antes de impuestos de 51,6 millones de dólares en 2024 y alcanzar ganancias de 3,1 millones para 2026.
Aerolínea de bajo coste
El cierre de PLAY ha supuesto la pérdida de empleo para cerca de 400 trabajadores y ha dejado a socios y proveedores afectados por el colapso. Para los pasajeros, el golpe ha sido inmediato: la aerolínea no ofrece vuelos alternativos y recomienda gestionar la reorganización directamente con otras compañías, algunas de las cuales pueden ofrecer tarifas de rescate especiales en consideración a la situación.
PLAY indica como procedimiento para reembolsos que, en caso de haber pagado con tarjeta de crédito, se contacte a la entidad emisora; en caso de viajar en paquetes combinados gestionados por agencias de viajes europeas, se debe reclamar ante la agencia.
Además, recuerda que los derechos de los pasajeros podrían estar amparados por la normativa europea, pero en caso de quiebra, corresponde gestionar las reclamaciones por medio del administrador concursal.
Su comunicado lamenta los inconvenientes y ofrece instrucciones para solicitar la devolución del importe de los billetes, aunque la gestión recae íntegramente en los clientes.
La reacción en España no ha sido tán airada, el cierre de PLAY coincide con temporada baja y existen alternativas robustas en la mayoría de rutas afectadas, minimizando el impacto inmediato, aunque el precedente de la salida de Ryanair preocupa por el aumento de aerolíneas que abandonan el mercado.
Razones del fracaso
La directiva de PLAY achaca la decisión a un desempeño más débil de lo previsto, caída en las ventas de billetes y efectos negativos derivados de la cobertura mediática y los cambios estratégicos tardíos.
El fracaso del modelo transatlántico, la sobrecapacidad y el rápido agotamiento del efectivo, junto al insuficiente financiamiento —23 millones de dólares para afrontar la transición— precipitaron la quiebra de la compañía, a pesar de perspectivas optimistas iniciales.
Competidores como Wizz Air y Ryanair han mostrado más fortaleza reconfigurando sus rutas y modelos operativos, mientras que el segmento ‘low cost’ europeo enfrenta una presión creciente por el encarecimiento de costes operativos y la volatilidad de la demanda. La crisis de PLAY refleja el desafío que implica mantener un ‘hub’ intercontinental en un entorno cambiante y altamente competitivo.
Las autoridades advierten a los afectados que consulten los portales oficiales de Keflavik y de regulación islandesa para obtener información precisa y asesoría sobre sus derechos.