Elon Musk no levanta cabeza: las acciones de Tesla vuelven a desplomarse
En la apertura del lunes, las acciones de Tesla llegaron a perder hasta un 7,6% en preapertura
La cotización de Tesla ha sufrido uno de sus mayores varapalos bursátiles del año tras la última escalada en la guerra pública entre su CEO, Elon Musk, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El lunes 7 de julio, las acciones de la compañía cayeron un 6,8%, arrastrando al S&P 500 y generando inquietud entre inversores y analistas sobre el futuro de la empresa y el impacto de la creciente exposición política de Musk en el negocio.
El detonante inmediato de la caída bursátil fue el anuncio de Elon Musk de su intención de fundar un nuevo partido político en Estados Unidos, la llamada “America Party”.
Musk, que en los últimos años había sido un aliado clave de Trump y un importante donante de su campaña, rompió públicamente con el presidente tras criticar duramente el último gran paquete legislativo aprobado por la Casa Blanca, al que calificó de “abominación” por su impacto en el déficit y la deuda pública.
La reacción de Trump no se hizo esperar, a través de su red Truth Social, tachó a Musk de “descarrilado” y “train wreck”, y sugirió que su antiguo aliado estaba creando confusión y debilitando el frente conservador.
El enfrentamiento se trasladó a las redes sociales y a los medios, con un cruce de insultos y acusaciones que rápidamente se tradujo en volatilidad bursátil y preocupación entre los grandes inversores institucionales.
Elon Musk: caída de más de 6% y volatilidad récord
La reacción de los mercados fue contundente. En la apertura del lunes, las acciones de Tesla llegaron a perder hasta un 7,6% en preapertura, y cerraron la jornada con una caída del 6,8%, la mayor desde el 5 de junio, cuando otra disputa pública entre Musk y Trump ya había provocado fuertes oscilaciones en la cotización.
Los analistas calculan que los inversores de Tesla han perdido más de 100.000 millones de dólares en capitalización desde el inicio de la crisis política entre Musk y Trump, mientras que el propio Musk ha visto disminuir su fortuna personal en cerca de 20.000 millones de dólares en apenas un mes.
Los vendedores en corto, por su parte, obtuvieron beneficios de unos 1.600 millones de dólares solo en la jornada del lunes, según datos de la firma ORTEX.
El desplome bursátil no puede explicarse solo por el ruido político. Tesla atraviesa un momento delicado en términos de negocio, la compañía reportó la semana pasada una caída del 14% en sus entregas globales del segundo trimestre, el segundo descenso trimestral consecutivo y por debajo de las expectativas del mercado.
En total, Tesla entregó 384.122 vehículos entre abril y junio, frente a los 394.000-395.000 que esperaban los analistas.
La competencia en el mercado de vehículos eléctricos se ha intensificado, especialmente en China y Europa, donde fabricantes locales y tradicionales están ganando cuota de mercado.
Además, la relación de Musk con el gobierno chino se ha enfriado, y el gigante asiático ya no ve en el empresario el activo estratégico que representaba hace unos años.
A ello se suma la preocupación de los inversores por la “distracción” de Musk. Analistas como Neil Wilson (Saxo Markets) y Dan Ives (Wedbush Securities) han advertido que la creciente implicación política del CEO puede restar foco a la gestión de Tesla en un momento crítico para el sector.
El temor a que Musk se “desenganche” del día a día de la empresa o que las disputas con Trump terminen afectando a los subsidios y contratos públicos es real y se traduce en presión vendedora sobre el valor.
El presidente ha amenazado públicamente con revisar los subsidios federales a la movilidad eléctrica y los contratos públicos con las empresas de Musk, lo que podría tener un impacto directo en la cuenta de resultados de Tesla y SpaceX.
La incertidumbre regulatoria y el riesgo de perder apoyo institucional se han convertido en un factor de primer orden para los inversores.
El propio Musk, consciente del daño reputacional y financiero, intentó rebajar la tensión días después, llegando a expresar su “arrepentimiento” por algunos de sus comentarios más duros hacia Trump y eliminando varios mensajes polémicos en la red X. Sin embargo, el daño ya estaba hecho y la volatilidad persiste.