Carrefour planta cara a Shein y Temu: «deben poner una tasa a los paquetes de China»
La cadena francesa Carrefour critica la falta de equilibrio competitivo y reclama protección para el comercio europeo
Carrefour ha lanzado un mensaje directo a las autoridades europeas: si no se actúa pronto frente al auge imparable de plataformas asiáticas como Shein y Temu, el comercio minorista europeo estará en serio peligro. Así lo ha defendido Elodie Perthuisot, consejera delegada de Carrefour España, durante su intervención en los Encuentros Empresariales CEOE-Cepyme, donde ha reclamado “medidas urgentes” para frenar lo que considera una competencia desleal.
«No se trata solo de comercio, sino de modelo económico»
Perthuisot ha puesto sobre la mesa una preocupación creciente entre los grandes distribuidores europeos: la llegada masiva de productos desde China, sin control ni fiscalidad equivalente, está alterando las reglas del juego en el sector del comercio. “En momentos de crisis como el actual, hay compañías que aprovechan las fisuras del sistema para imponerse a costa de la precariedad, el dumping y el vacío normativo”, ha advertido.
Plataformas como Shein o Temu, con precios muy bajos y estructuras extremadamente ligeras, logran colocar millones de paquetes directamente en los buzones de los consumidores europeos sin asumir los mismos costes regulatorios, fiscales ni medioambientales que las empresas con base en Europa.
La directiva de Carrefour ha reclamado que tanto la Comisión Europea como los gobiernos nacionales, incluido el francés y el español, establezcan una tasa específica a los paquetes provenientes de China. Esta medida permitiría corregir el desequilibrio que existe actualmente, donde los minoristas tradicionales deben cumplir con estrictas normativas, pagar impuestos y asumir costes laborales que las plataformas extranjeras consiguen esquivar gracias a su modelo digital y deslocalizado.
“Estamos pidiendo una competencia justa, nada más. No queremos privilegios, solo las mismas reglas para todos”, ha afirmado Perthuisot. Ha señalado que Europa ha sido pionera en legislación medioambiental y social, pero aún está “muy atrás” en la regulación de las plataformas digitales globales.
¿Por qué Shein y Temu preocupan tanto al retail tradicional?
Shein y Temu representan una nueva generación de comercio electrónico de origen asiático, caracterizada por precios ultra bajos, logística directa desde fábrica y campañas de marketing masivo en redes sociales. Su modelo ha calado especialmente entre los consumidores jóvenes, que priorizan precio y variedad sobre otros factores como la trazabilidad o la sostenibilidad.
Mientras las grandes cadenas como Carrefour deben cumplir con normas estrictas sobre producción, seguridad, contratación y sostenibilidad, estas plataformas operan desde países con estándares muy diferentes, exportando productos a través de millones de microenvíos que, por su bajo valor, muchas veces quedan exentos de aranceles o controles aduaneros.
Perthuisot ha advertido que esta asimetría amenaza directamente el empleo y la viabilidad de miles de comercios en Europa, desde grandes cadenas hasta pequeñas tiendas. “No es una cuestión de mercado libre, es una cuestión de sostenibilidad económica y social”, ha remarcado. A su juicio, permitir que empresas extranjeras inunden el mercado europeo sin aportar a sus sistemas fiscales ni respetar las mismas reglas laborales es un error estratégico.
“Si permitimos que plataformas sin responsabilidad social, sin compromiso medioambiental y sin fiscalidad efectiva dominen el mercado, estaremos debilitando nuestra propia economía desde dentro”, ha enfatizado la directora de Carrefour.
¿Qué implicaría una tasa a los paquetes de China?
La propuesta de Carrefour no es nueva, pero cobra fuerza en un contexto de creciente presión sobre el comercio minorista europeo. Una tasa a los paquetes enviados desde terceros países, especialmente aquellos de bajo valor unitario, permitiría equilibrar la competencia y, al mismo tiempo, generar ingresos públicos que podrían destinarse a políticas de reindustrialización o transición digital del comercio local.
Este tipo de tasa también desincentivaría el consumo desmesurado y poco sostenible basado en el fast fashion y en productos de vida útil muy corta. A largo plazo, explican fuentes del sector, podría fomentar modelos de compra más responsables y sostenibles, en línea con las estrategias del Pacto Verde Europeo.
Carrefour no está sola en esta batalla. Otras grandes cadenas del continente, especialmente en Francia, Alemania y España, han comenzado a reclamar públicamente la intervención de Bruselas para proteger al sector comercial europeo de la «tormenta perfecta» que suponen inflación, costes laborales crecientes y competencia digital asiática.
Perthuisot ha insistido en que no se trata de frenar la innovación o bloquear el comercio internacional, sino de establecer condiciones de equidad: “Nosotros respetamos las reglas. Pedimos que todos lo hagan”.
El debate sobre la fiscalidad digital se intensifica
La exigencia de una tasa específica a los paquetes chinos se suma al debate más amplio sobre la fiscalidad de las grandes plataformas digitales. En este punto, Carrefour respalda también las iniciativas para crear un marco fiscal europeo común para gigantes como Amazon o Alibaba, que hoy pueden beneficiarse de estructuras fiscales fragmentadas y de vacíos legales.
Para Elodie Perthuisot, este tipo de medidas no son una opción, sino una necesidad urgente: “Tenemos que decidir si queremos un modelo económico que proteja el empleo, la sostenibilidad y los valores europeos, o si vamos a dejar que el futuro del comercio lo dicten algoritmos alojados en servidores fuera de nuestro continente”.
El mensaje de Carrefour es claro: sin reglas justas, no hay competencia real. Y si Europa no actúa ahora, será demasiado tarde para salvar su tejido comercial.