Esta histórica empresa se marcha de España y deja un ERE de 11 empleados

La histórica Airtex cierra su planta en Zaragoza tras más de dos décadas de actividad y despide a los 11 últimos empleados como parte de su traslado a Rumanía

Una nave de la empresa Airtex

Una nave de la empresa Airtex. Foto: Airtex

La histórica empresa Airtex, dedicada a la fabricación de bombas de agua y gasolina para el sector de la automoción, ha anunciado el cierre definitivo de su planta ubicada en Zaragoza. Este movimiento conlleva la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a los 11 trabajadores que aún permanecían en plantilla, poniendo así punto final a más de dos décadas de actividad en la capital aragonesa.

El cierre se enmarca dentro de un proceso de deslocalización productiva hacia Rumanía, donde el grupo estadounidense Trico, propietario de Airtex, ha decidido centralizar sus operaciones para abaratar costes y mejorar su competitividad internacional.

Indemnizaciones superiores a lo habitual

Según fuentes sindicales, la compañía ha ofrecido a los empleados una indemnización de 53 días por año trabajado con un máximo de 25 mensualidades, las mismas condiciones que se pactaron en el ERE firmado en diciembre de 2023, cuando comenzó el proceso de desmantelamiento de la factoría.

Este acuerdo, que supera notablemente las indemnizaciones mínimas fijadas por la legislación española, pretende suavizar el impacto del despido en la plantilla, compuesta en su mayoría por trabajadores con una larga trayectoria en la empresa. Muchos de ellos llevaban más de 20 años vinculados a Airtex, formando parte de un proyecto industrial que durante años fue referente en el sector auxiliar del automóvil en Aragón.

El cierre no ha sido una sorpresa para los trabajadores ni para las administraciones locales. Desde hace meses, se conocía que Airtex había trasladado buena parte de su producción a Rumanía, donde los costes laborales son considerablemente inferiores.

La empresa justificó la medida en la necesidad de mantener su competitividad en un mercado global cada vez más exigente, con fuertes presiones sobre los precios y una creciente automatización de los procesos industriales. No obstante, los sindicatos han criticado duramente esta decisión, al considerar que la planta zaragozana era rentable y contaba con personal altamente cualificado.

Un duro golpe para el tejido industrial de Zaragoza

El cierre de Airtex supone un nuevo revés para el tejido industrial de Zaragoza, una ciudad que en los últimos años ha visto cómo varias empresas del sector auxiliar de la automoción reducían su actividad o echaban el cierre.

Aunque en este caso el número de empleados afectados es relativamente reducido —solo 11 trabajadores—, el impacto simbólico es significativo, ya que la empresa llegó a contar con más de un centenar de empleados en sus mejores tiempos y había sido considerada durante años un motor de empleo estable en la región.

Desde el comité de empresa han lamentado que no se haya podido evitar el cierre pese a los intentos de negociación y han denunciado que el proceso de deslocalización responde únicamente a intereses económicos del grupo Trico, sin tener en cuenta el arraigo social de la planta en Zaragoza.

Por su parte, desde el Gobierno de Aragón se ha mostrado preocupación por la pérdida de actividad industrial y se ha instado a reforzar los mecanismos de apoyo a las empresas locales para evitar nuevas fugas de producción. También han anunciado que facilitarán la recolocación de los trabajadores afectados a través del INAEM (Instituto Aragonés de Empleo).

La sombra de la deslocalización industrial

El caso de Airtex no es aislado, sino que forma parte de una tendencia más amplia de deslocalizaciones en la industria automotriz europea hacia países del Este, donde los costes de producción son más bajos y la regulación laboral menos estricta.

Según los expertos, esta estrategia permite a los grupos multinacionales mejorar sus márgenes a corto plazo, pero debilita el tejido productivo en países como España, que ven cómo pierden empleos cualificados y capacidad industrial.

En este sentido, los sindicatos han advertido de que sin políticas industriales más firmes y sin incentivos a la producción local, otras empresas podrían seguir el mismo camino que Airtex, agravando la pérdida de empleo en un sector clave para la economía española.

Un final amargo para una historia de más de dos décadas

Con el cierre de la planta y el despido de los últimos 11 empleados, Airtex pone fin a más de veinte años de historia en Zaragoza, donde llegó a consolidarse como uno de los principales fabricantes de bombas de agua y gasolina para vehículos en el mercado europeo.

Lo que fue una historia de éxito industrial se cierra ahora con un ERE y la sensación de abandono, tanto entre los trabajadores como entre la sociedad aragonesa. Una muestra más de cómo las decisiones empresariales globales pueden borrar en cuestión de meses décadas de trabajo y esfuerzo local.

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Alba Carbajal

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