El Juzgado concede a Duro Felguera una tercera prórroga del preconcurso de acreedores

La ingeniería asturiana gana tiempo hasta el 30 de septiembre para cerrar su plan de reestructuración, con ajustes laborales

Duro Felguera mejora su situación

La tercera prórroga podría ser la última para Duro Felguera

El Juzgado de lo Mercantil número 3 de Gijón ha autorizado a Duro Felguera una tercera prórroga del preconcurso de acreedores, que estará vigente hasta el próximo 30 de septiembre. Se trata de una decisión que el tribunal califica de “excepcional y condicionada”, ya que la compañía lleva meses tratando de concretar un plan de reestructuración que garantice su viabilidad y el futuro de su plantilla.

Una concesión bajo estrictas condiciones

El auto judicial señala que no habrá más prórrogas salvo en casos extraordinarios, y únicamente dentro del plazo máximo de doce meses que establece la normativa europea en materia de insolvencias (Directiva UE 2019/1023). El documento advierte, además, que la falta de avances sustanciales en la reestructuración —como la formalización del plan, su homologación judicial o la resolución de los procesos laborales en marcha— podría derivar en el rechazo de cualquier nueva solicitud de ampliación.

En este contexto, el juzgado marca un horizonte claro: Duro Felguera debe acelerar los pasos pendientes si quiere evitar la entrada en concurso de acreedores, un escenario que pondría en riesgo tanto la estabilidad empresarial como los compromisos con los acreedores.

Avances en el plan de viabilidad

La ingeniería asturiana sostiene que en las últimas semanas se han producido avances significativos en el diseño de su plan de reestructuración. Este contempla varios pilares fundamentales:

  • Aportación de capital por parte de los principales accionistas, entre ellos los grupos mexicanos Prodi y Mota-Engil, que han asumido un papel clave en el sostenimiento financiero.
  • Nuevos avales de la banca acreedora, imprescindibles para garantizar liquidez y dar continuidad a proyectos estratégicos.
  • Desinversiones en activos no esenciales, que permitirían generar recursos adicionales y centrar la actividad en áreas prioritarias.

Con este plan, la compañía espera asegurar su viabilidad a medio y largo plazo, ofreciendo garantías tanto a los inversores como a la plantilla.

Impacto laboral: un ERE que afecta a 180 empleados

Uno de los puntos más delicados de la reestructuración es el aspecto laboral. El pasado 11 de agosto, la empresa alcanzó un acuerdo con la mayoría sindical sobre el expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción, que supondrá la salida de 180 trabajadores de una plantilla cercana a 1.400 personas.

Las condiciones pactadas incluyen indemnizaciones de 25 días por año trabajado con un máximo de 14 mensualidades, y la aplicación de la medida se extenderá hasta junio de 2026.

El ajuste afecta a diferentes filiales y centros de trabajo:

  • DFSA (Asturias y Madrid).
  • DFOM (Asturias, Cartagena, Huelva, Tarragona, Las Palmas y Madrid).
  • DF Energy Storage (Asturias, Huelva y Madrid).
  • DF Intelligent Systems (Asturias).
  • DF Green Tech (Asturias).

Aunque dolorosa, la compañía defiende que la reducción de personal es un paso imprescindible para ajustar la estructura a la realidad del mercado y dar viabilidad al resto de puestos de trabajo.

Una empresa en busca de estabilidad

La trayectoria reciente de Duro Felguera ha estado marcada por años de incertidumbre económica y tensiones financieras. En este contexto, las prórrogas del preconcurso han actuado como un salvavidas temporal que evita la declaración inmediata de insolvencia, pero también ponen de manifiesto la urgencia de un plan sólido.

El sector energético e industrial en el que opera la compañía ha sufrido fuertes transformaciones en los últimos años, con mayor competencia internacional, dificultades de financiación y la necesidad de adaptarse a las exigencias de transición energética. En este marco, la capacidad de Duro Felguera para redefinir su modelo de negocio será determinante.

Tras conocerse la decisión judicial, las acciones de Duro Felguera registraron una subida del 2,38% en la Bolsa de Madrid, alcanzando un precio de 0,2395 euros por título. El movimiento refleja cierta confianza de los inversores en la continuidad de la compañía, aunque el margen de maniobra sigue siendo estrecho y dependerá de la efectividad del plan de reestructuración.

Un futuro aún incierto

La tercera prórroga del preconcurso supone una nueva oportunidad para evitar la liquidación, pero también coloca a la empresa bajo una presión añadida. El juzgado ha dejado claro que no habrá más margen salvo circunstancias excepcionales, lo que convierte el plazo hasta el 30 de septiembre en un periodo crucial.

En las próximas semanas, la atención estará puesta en:

  • La homologación del plan de reestructuración.
  • El cumplimiento de los acuerdos laborales.
  • La aportación efectiva de capital y los avales bancarios.

De su éxito dependerá no solo el futuro de la compañía, sino también el de más de un millar de familias vinculadas a su actividad en Asturias, Madrid y otras regiones.

Duro Felguera encara una etapa decisiva. El respaldo judicial le otorga un respiro, pero también fija un límite temporal inamovible. La empresa tiene por delante la responsabilidad de materializar un plan de viabilidad que combine estabilidad financiera, ajuste laboral y continuidad de proyectos estratégicos.

Si consigue cumplir estos objetivos, podrá reconstruir la confianza perdida y garantizar su papel en el sector industrial español. De lo contrario, el riesgo de un concurso de acreedores seguirá acechando.

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Alba Carbajal

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