Los aranceles de Trump hunden a esta conocida marca de ropa deportiva

El beneficio por acción ajustado quedó en apenas 0,02 dólares, por debajo de la estimación de 0,03 dólares, y la facturación menguó un 4,2%, alcanzando 973 millones de euros.

Archivo – El presidente de EEUU, Donald Trump.

El gigante estadounidense de ropa deportiva Under Armour, hizo saltar las alarmas el viernes 8 de agosto en la Bolsa de Nueva York, cuando sus acciones llegaron a hundirse hasta un 22,7% tras la publicación de unos resultados trimestrales con pérdidas y una previsión de costes adicionales derivada de los nuevos aranceles estadounidenses

El desplome acentúa la incertidumbre que rodea a la compañía fundada en Baltimore en 1996, que lucha actualmente por mantener su posición en un mercado cada vez más competitivo y afectado por la volatilidad geopolítica.

Under Armour cerró el primer trimestre de su presente ejercicio fiscal, correspondiente a los meses de abril a junio de 2025, con unas pérdidas netas de 2,6 millones de dólares (2,2 millones de euros). 

Aunque supone una mejora considerable respecto al mismo periodo del año anterior, cuando los números rojos superaron los 305 millones de dólares (262 millones de euros), los analistas del mercado recibieron la noticia como insuficiente y decepcionante.

El beneficio por acción ajustado quedó en apenas 0,02 dólares, por debajo de la estimación de 0,03 dólares, y la facturación menguó un 4,2%, alcanzando 973 millones de euros.

Esta caída generalizada en los ingresos fue especialmente pronunciada en Norteamérica, donde la actividad retrocedió un 5,5%, hasta los 670 millones de dólares (575 millones de euros). 

En la región de Asia Pacífico, la cifra de negocio decreció un 10%, hasta los 163 millones de dólares (140 millones de euros), y en Latinoamérica el descenso alcanzó el 15%, hasta los 54 millones de dólares (46 millones de euros). 

Europa, Oriente Próximo y África (EMEA) se erigieron como el único mercado en positivo, con un crecimiento del 9,6% y unos ingresos de 249 millones de dólares (213 millones de euros), demostrando la capacidad de la marca para reposicionarse en entornos más favorables.

Por segmentos de producto, la venta de accesorios fue la única que logró mantenerse en terreno positivo, mientras que las divisiones de ropa y calzado experimentaron retrocesos del 1,5% y del 14,3%, respectivamente. 

A nivel de canales, las ventas directas al consumidor cayeron menos que el negocio mayorista, lo que muestra cierta resiliencia en el vínculo directo con el cliente final.

Trump: aranceles que amenazan la rentabilidad

El factor más preocupante para los inversores y la dirección de Under Armour ha sido el fuerte golpe de los aranceles comerciales impuestos por el gobierno de Estados Unidos a las importaciones desde Asia, especialmente desde Vietnam e Indonesia, dos mercados cruciales en la cadena de suministro de la firma.

Kevin Plank, fundador y actual CEO de Under Armour, fue rotundo durante la conferencia con analistas: la empresa anticipa un impacto adverso adicional de 100 millones de dólares en costes relacionados directamente con estos aranceles, lo que supondrá que la rentabilidad de este año fiscal sea la mitad que la del ejercicio anterior. “Nada de esto es ideal. No nos gusta, pero tampoco va a definir nuestro año”, reconoció Plank, mostrándose realista pero confiado en la capacidad de resistencia de la empresa.

El golpe de los aranceles se suma al entorno macroeconómico incierto, la inflación y las dificultades en la cadena de suministro están dificultando la competitividad de Under Armour frente a rivales como Nike o Adidas

La marca de Baltimore ha tenido que reaccionar subiendo precios en productos emblemáticos, como la camiseta técnica que ahora cuesta 25 dólares, y explorando vías alternativas de aprovisionamiento.

A pesar de estos ajustes –parte de un plan más amplio para “hacer ver más premium” el portfolio de productos y reducir el número de artículos en catálogo–, la propia empresa advierte que la mayor parte de los beneficios por estas medidas no se materializarán antes de 2027, por lo que prevén un margen bruto aún presionado y una caída de entre 340 y 360 puntos básicos en los próximos trimestres.

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