El Parador de Jarandilla de la Vera reabre sus puertas: Raquel Sánchez destaca la inversión de 6 millones de euros

El Parador de Jarandilla de la Vera ha vuelto a estar operativo tras 10 meses, estrenando importantes reformas

Foto: Archivo

El Parador de Turismo de Jarandilla de la Vera ha reabierto sus puertas este jueves, 9 de octubre, tras casi diez meses cerrado por obras. Una apertura que ha tenido de por medio una intervención que ha supuesto una inversión total de seis millones de euros, que más allá de permitir su reapertura, marca una nueva etapa para este histórico edificio declarado Bien de Interés Cultural.

De la cifra total, cuatro millones han sido aportados por Turespaña, a través de fondos europeos, y dos millones por Paradores, con el objetivo de modernizar las instalaciones, mejorar la eficiencia energética y poner en valor su patrimonio histórico. Una ayuda colaborativa que ha permitido que, casi un año después de su cierre, Jarandilla de la Vera vuelva a tener su Parador operativo.

Una gran inversión que convierte lleva al Parador de Jarandilla de la Vera al siglo XXI

Es vital remarcar que las actuaciones ejecutadas por Turespaña han tenido como prioridad adaptar el parador a las necesidades del viajero del siglo XXI, centrando sus esfuerzos en la sostenibilidad, la accesibilidad y la eficiencia energética. El proyecto, más allá de lo meramente útil, también ha incluido una redecoración integral y la incorporación de una propuesta artística contemporánea inspirada en la esencia de Extremadura.

Durante la visita oficial a las nuevas instalaciones, la presidenta de Paradores, Raquel Sánchez, afirmó que “la espera ha merecido la pena”, destacando que las obras “han permitido modernizar el edificio, hacerlo más sostenible y accesible, lo que mejorará la experiencia de los clientes”. Sánchez estuvo acompañada por el delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana, y el alcalde de Jarandilla de la Vera, Fermín Encabo, quienes coincidieron en subrayar la relevancia cultural y turística de esta renovación.

Entrando en detalles respecto a la reforma, uno de los pilares de la inversión ha sido la reforma integral de la sala de calderas, una actuación clave que ha eliminado el uso del gasóleo para sustituirlo por una fuente de energía más limpia y eficiente. Este cambio permitirá reducir en un 49 % el consumo energético en climatización, lo que se traduce en un ahorro estimado superior a 30.000 euros anuales en la factura energética, además de una reducción de la huella de carbono de 115 toneladas de CO₂ al año.

Y es que, según los cálculos de Paradores, esta reducción de emisiones equivale a la capacidad de absorción de más de 13.000 árboles adultos, un dato que simboliza el compromiso medioambiental de la red pública de establecimientos turísticos, y que pone en valor aún más si cabe la actuación de Turespaña. La sostenibilidad, junto con la preservación del patrimonio histórico, se consolida así como uno de los ejes centrales del nuevo Parador de Jarandilla.

Una reforma que mejora significativamente la experiencia de los usuarios

Sin embargo, no todo se ha reducido a lo útil. intervención también ha alcanzado la denominada “zona noble” del edificio, donde se han reformado y ampliado 14 habitaciones. Los nuevos espacios son más amplios y accesibles, con baños completamente reacondicionados que sustituyen las bañeras por platos de ducha, una medida orientada a mejorar la accesibilidad universal sin renunciar al confort.

Una reforma que concretamente en esta zona concluirá en diciembre, el establecimiento ya ha retomado su actividad sin que las obras afecten a su funcionamiento, según ha confirmado Paradores en un comunicado, lo cual la convierte ya en una zona operativa para los visitantes a pesar de no estar aún terminada.

En el ámbito operativo, también se han modernizado las áreas de cocina y lavandería, que ahora cuentan con sistemas de climatización renovados y mejores condiciones de trabajo para el personal. Estas mejoras, aunque menos visibles para el visitante, inciden directamente en la calidad del servicio y en el bienestar de los empleados, fortaleciendo el compromiso de la empresa con su plantilla.

A mayores de esto, otro de los elementos más destacados de la reforma es el proyecto integral de decoración, que ha transformado el interior del parador dotándolo de una imagen más actual y moderna, pero sin perder la esencia histórica del edificio. Todo ello, de la mano de una nueva estética combina materiales tradicionales con un diseño contemporáneo que evoca los paisajes y la cultura de la comarca de La Vera.

Además, el establecimiento incorpora tres obras de arte contemporáneo que enriquecen su colección permanente. Se trata de piezas de Lin Calle, que celebra el paisaje del Valle del Jerte; de Sonia Navarro, autora de “Esparto”, un homenaje al trabajo textil tradicional y al papel de las mujeres en esta labor; y de Nacho Zubelzu, cuya obra visibiliza el mundo rural y la trashumancia, elementos profundamente arraigados en la identidad extremeña.

Una reapertura que va un paso más allá de la simple vuelta de este parador, y que forma parte del ambicioso plan de transformación de la red Paradores, que contempla la reforma de más del 50 % de sus establecimientos antes del centenario de la entidad en 2028, con una iniciativa que cuenta con una inversión global superior a los 250 millones de euros.

Una cantidad que casi en su totalidad está destinada a crear una red más moderna, sostenible y accesible, sin perder la conexión con la historia y el patrimonio que caracteriza a cada edificio, y que se ejemplifica con este Parador, ubicado en un castillo medieval cargado de historia y tradición, representa ahora la perfecta síntesis entre pasado y futuro: un edificio que conserva su valor patrimonial mientras se adapta a los nuevos estándares de sostenibilidad y confort.

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Diego Sánchez Aguado

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