El vintage es el nuevo lujo

Vinted, Hurr, Hand Over… ¿conoces ya las app para comprar y vender moda de forma más sostenible?

Más divertido y más sostenible. Foto: Hand Over.

Comprar y vender artículos de segunda mano se ha vuelto un hábito progresivamente popular en los últimos años. En concreto, el consumo del prendas de lujo se ha acelerado en nuestro país gracias a algunas de las apps que garantizan tanto unos estándares de calidad, como seguridad en el pago y seguimiento del envío.

Desde ropa heredada hasta colecciones cápsula de culto (a base de prendas save-clothed), pasando por el alquiler de outfits de lujo ya no necesariamente para ocasiones en particular, estos son algunos de los nombres que operan en España y que están revolucionando la industria del vintage de calidad.

Vinted

Con 4 millones de miembros en España, la app Vinted es líder internacional en el mercado europeo (50 millones de usuarios en 15 países) en cuanto a ropa y complementos se refiere.

“Cada vez más gente se da cuenta de que comprar artículos de segunda mano no solamente es algo fácil de llevar a cabo sino que la variedad de estilos disponibles lo convierten en una forma muy inteligente de comprar y, al mismo tiempo, supone una manera más responsable de consumir”, afirman desde la marca, que tiene su sede en Vilna (Lituania).

Los objetos de segunda mano son también una buena opción para regalar. Foto: Vinted.

El gran interrogante, sin embargo, sigue siendo el de por qué se compran artículos de segunda mano para consumo personal pero aun falta conciencia colectiva y cultura de regalarlos. “Segunda mano no significa ‘lo segundo mejor’ o viejo, y es importante recordar que esto también se aplica para los regalos”, explican.

“Hay muchas ideas de regalos preferidos y artículos valiosos que están esperando a un nuevo propietario. Además, optar por un artículo de segunda mano no disminuye el espíritu de regalar; de hecho, si se hace bien, en realidad puede ser incluso más significativo”.

Desde reciclar prendas propias con dedicatoria a encontrar esas gafas de edición limitada para un amigo o familiar, un regalo vintage “demuestra una inversión de tiempo en algo personal y único”, puntúan desde la popular app, que ha lanzado una campaña para optar por la segunda mano como primera iniciativa de regalos o para localizar los tradicionales looks de nochevieja.

Para ello, animan a sus compradores a bucear entre los “más de 1,1 millones de relojes o 1,9 millones de bufandas dentro de la categoría de accesorios para hombre y mujer” que se encuentran en la plataforma.

Hand Over

Por su parte, Hand Over, una joven marca lanzada hace solo un par de meses, se define con un estilo casual, personal y sobre todo, pensado para no tener que abandonar “el chic” que define la esencia de cada individuo.

En su biografía se define como un bazar “sin estaciones en sus colecciones”, algo cada vez más común en cuanto al mercado de segunda mano más selecto se refiere.

De segunda mano, pero con todo el glamour. Foto: Hand Over.

Esta empresa vende dos tipos de producto: por un lado prendas save-clothed; es decir, “seleccionadas a través de diferentes vías con apps de compra-venta o tiendas físicas de diferentes ciudades donde son prendas únicas y exclusivas”, según nos explican desde la marca.

Por otro lado, prendas de edición limitada “de productos rescatados de stocks, antiguas mercerías que cierran o stock sobrante en apps de reventa con cantidades limitadas”.

Hand Over se define como un bazar sin estaciones en sus colecciones

Otra diferencia sustancial de esta nueva empresa frente a otras ya existentes es el (cada vez más popular) concepto de un club para sus clientes, algo que también se repesca de los 90, cuando la interacción con el cliente era física.

Foto: Hand Over.

La principal de las razones para crearlo, según cuenta la fundadora y CEO del proyecto Ariadna Díaz, ha sido el hecho de que “la ropa de segunda mano ha venido teniendo connotaciones no del todo positivas y, sin embargo, ahora se está considerando como un acto de libertad y un ejercicio divertido que permite decidir a la vez que construir como quieres proyectarte al mundo”.

“Creemos que esta forma de pensar está muy ligada a la forma de consumir, en definitiva. Nos sentimos muy identificados con perfiles como @kvrpv o @camillecharriere, quienes defienden un uso de la moda muy personal e intransferible.”

Compra menos, compra mejor

Precisamente esta última (la prescriptora francesa Camille Chàrriere) es embajadora de la marca Sézane, un universo que surgió en Instagram y que llega a acumular hasta de 30.000 compradoras en espera por artículos como sus famosos cardigans.

Aunque en este caso se trata de género de primera mano, la marca gala se ha comprometido desde su nacimiento a una producción sostenible (in crescendo), anunciando recientemente un lanzamiento de zapatos 100% sostenibles próximamente.

También son muchas las marcas que, bajo este paraguas de sostenibilidad, no solo ya no funcionan por temporadas, sino que se desmarcan de rebajas y descuentos como el Black Friday: Lagaam, AmLul y otro gran montón de nuevas plataformas también operativas en España, que hacen lo propio produciendo tan solo el stock necesario o, lo que es lo mismo: operando bajo demanda.

La clara diferenciación entre estas webs, apps especializadas en segunda mano y, en este caso, Hand Over, es que esta última también consigue crear su propia pasarela y provocar la demanda en base a lo que ellos llaman ‘estilo de vida’, pero desde un género de segunda mano.

Algo así como LateCheckout (la marca esponsorizada por C. Tangana), donde los drops se convierten en colecciones y la demanda se crea en cuanto alguien de su entorno lleva una sudadera en Instagram, solo que aquí las prendas se agotan y no se reponen; en su lugar, se lanzan otras cápsulas.

Alquilar para no contaminar

¿Cuántas veces hemos comprado una prenda o look completo para una ocasión en particular y nunca lo hemos vuelto a usar? Al igual que en los muebles (IKEA ya permite alquilar mobiliario) y otros segmentos de la industria, la ropa siempre ha estado estigmatizada para alquilarse fuera de un acontecimiento central como puede ser una boda, comunión o evento de etiqueta (y tradicionalmente, con un uso más extendido en el universo masculino).

Empresas de reciente creación como Hurr se han propuesto cambiar el juego posicionándose a la altura de outlets de lujo como Net-A-Porter o Vestiaire Collective (la alternativa vintage para artículos de lujo líder en Europa), solo que ofreciendo la posibilidad de alquilar parte o la totalidad de un outfit.

“La moda es una de las industrias más contaminantes del planeta. Por eso alquilamos”, dicen desde la compañía británica, que ya supera los 113.000 seguidores en Instagram.

Aunque Hurr Collective opera principalmente desde una app, su modelo híbrido de negocio también cuenta con representación física; en los almacenes londinenses Selfridges y, desde pasado mes de noviembre, en una concept store (en la popular ubicación de Kings Road) junto a otro par de nombres especializados en customización de prendas y regalos sostenibles, además de maquillaje como evento especial de la temporada.

Para su fundadora y CEO Victoria Prew el hecho de ser millennial es un rasgo determinante a la hora de apreciar el compartir y donar. “Hemos presenciado lanzamientos exitosos de negocios disruptivos en cuanto al alquiler de casas o los transportes, así que, si podemos alquilar nuestras casas unos días o nuestros coches, ¿por qué no nuestros armarios?”, razonaba.

Lo ves, lo quieres, lo alquilas

“Más de un millón y medio de prendas con lentejuelas se tiran después de las Navidades, pero la mayoría de estas prendas no son biodegradables”, decía la marca en sus redes sociales, como parte de su última campaña con Oxfam.

Gracias a la asociación con celebrities como Kate Moss, Carey Mulligan o Ellie Goulding, algunos de sus outfit más fotografiados podrán alquilarse durante una noche y Hurr donará el 100% de los beneficios a la ONG durante este periodo.

Prew y su equipo quieren generalizar el lema de “Gracias, es alquilado” como respuesta a la mayoría de comentarios sobre un look, pero también estandarizar el hecho de que, además de vestidos de fiesta, abrigos, pantalones y accesorios como bolsos (el mini de Jacquemus o el Jitney 2.8 de Off-White) se puedan alquilar.

Los millennials tienen menos prejuicios sobre la ropa vintage. Foto: Hand Over.

Aunque Díaz (fundadora de Hand Over) defiende que “nada puede sustituir al lujo”, también observa que el “sentimiento de diferenciación y libertad social” está creando nuevas corrientes de consumismo que devalúan a este mismo sector, al igual que a los grandes imperios de la moda mainstream.

“Es necesario que todas las opciones convivan para que existan las otras. En plataformas como Instagram, están cobrando protagonismo marcas emergentes con nuevas propuestas on demand o de producción limitada… Es un concepto muy bien pensado más allá de la sostenibilidad por el formato marketing que pueden ofrecer”. Y añade: “Ya solo queremos cosas que nos diviertan”.

a.
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