Costa Quebrada, recorriendo las playas más salvajes (y hermosas) de Cantabria

Entre la Bahía de Santander y el Puerto Calderón, en Santillana del Mar, una franja costera de belleza agreste y playas salvajes permite entrever el origen geológico del planeta

Playa en la Costa Quebrada (Cantabria)

Playa de La Arnía en la Costa Quebrada. Foto: Turismo de Cantabria.

Cada lugar tiene una historia que merece ser contada. La tiene la fajana de la isla de La Palma, uno de los territorios más jóvenes del mundo, aparecido como consecuencia de la erupción del volcán en septiembre de 2021. Y la tiene la Costa Quebrada, que no solo cuenta con más de 120 millones de años, sino que, además de un paisaje sobrecogedor, es uno de los lugares geológicos más relevantes del mundo.

Y lo es no por sus preciosas calas, playas salvajes e impresionantes acantilados, que también. Pero es que además este paisaje de apenas 20 km entre Santander y Santillana del Mar es uno de los pocos en el mundo donde se puede presenciar la geología en acción o, lo que es lo mismo, descubrir sobre el terreno el origen y evolución del planeta.

20 km de geología en directo

No pudo ser. Costa Quebrada no será, al menos este 2023, Geoparque Mundial de la UNESCO, entrando así en el selecto club de 195 territorios de 48 países destacados por atesorar un patrimonio geológico de importancia internacional y que el año pasado incorporó otro español, el gallego Cabo Ortegal, como uno de los testimonios más completos de Europa de la colisión que originó Pangea.

Playa de Cerrias, Costa Quebrada.
Playa de Cerrias, Costa Quebrada. Foto: Turismo de Cantabria.

El cántabro, con su proyecto ya mejorado, volverá a presentar su candidatura en 2024, para sumar este galardón a los ya posee, desde la integración en la red Global Geosite a los títulos de Parque Natural, Parque Geológico, Punto de Interés Geológico o Lugar de Importancia Comunitaria.

Y es que el Parque Geológico de Costa Quebrada está considerado por los expertos como uno de los mejores lugares para observar los cambios de la línea de costa a lo largo de cientos de millones de años y debido a todo tipo de factores: tectónicos, climáticos o debidos a la actividad humana.

Durante todo ese tiempo, la continua confrontación entre capas de roca y el azote del mar ha tenido como resultado un enorme y diverso conjunto de formas y estructuras diseminadas por todo el litoral: acantilados, arcos, islotes, ensenadas, playas, tómbolos, dunas, flechas litorales y estuarios que integran esta joya natural que se ubica entre la Bahía de Santander y el Puerto Calderón, en Santillana del Mar.

Un total de 20 km de costa que abarca ocho municipios: Santander, Camargo, Santa Cruz de Bezana, Piélagos, Miengo, Polanco, Suances y Santillana del Mar y en los que la mirada más atenta permite descubrir, bajo las playas y entre los acantilados vestigios de antiguos arrecifes tropicales, enormes playas y bosques y ecosistemas marinos congelados en el tiempo. También los eventos que los destruyeron.

Los Urros de Liencres, Cantabria
Los Urros de Liencres. Foto: Turismo de Cantabria.

El pasado que se ve y se toca

Esta suerte de aula natural sobre el pasado geológico de Cantabria y la Península Ibérica que se abre en la ensenada natural próxima a Santillana del Mar (que fue puerto romano y medieval, además de embarcadero minero y fondeadero de submarinos en la Guerra Mundial) y se cierra en el cabo Mayor santanderino –o al revés- no es solo costera.

Costa Quebrada cuenta también con espacios interiores donde se han formado cavidades como la cueva de El Pendo o la de Altamira que también ilustran la historia del planeta.

En cualquier caso, un territorio que, como un libro abierto, permite conocer el desarrollo y la evolución de la plataforma continental.

Playa de Covachos
Playa de Covachos, Costa Quebrada. Foto: Turismo de Cantabria.

Las playas más salvajes de Cantabria

Basta caminar por los senderos junto a los agrestes acantilados que lame sin descanso el Cantábrico, algunos de ellos emergiendo del suelo como hojas afiladas de cuchillas, para quedar impresionado por cómo el mar ha sido capaz de esculpir la costa a lo largo de millones de años.

También de crear, entre ellos, algunas de las playas más bellas de Cantabria (y seguramente de las más salvajes).

Playa de la Arnía, Toro.
Playa de La Arnía. Foto: Turismo de Cantabria.

Empezando por el oeste, la ruta comienza en el parque natural de las dunas de Liencres. No hay que perderse las vistas desde la cima del monte La Picota para luego, ya sí, atravesar las dunas y alcanzar las playas (amplias, cómodas y familiares) de Valdearenas y Canallave.

Tomando un sendero que permite recorrer todo el litoral de la Costa Quebrada encontramos a continuación la playa El Madero, y más allá Somocuevas, un tranquilo arenal nudista, al que siguen Cerrías, Portio, de arena dorada y encajada entre acantilados, y La Arnía, absolutamente espectacular frente a los Urros de Liencres, con un paisaje conformado por los pequeños islotes (vestigios de la antigua costa) y una gran plataforma de abrasión que se encuentra a unos 3 km de la localidad de Soto de la Marina.

Las playas de Covachos y la de San Juan de la Canal, muy conocida por las celebraciones en la noche más larga del año, son otras de las paradas de la ruta.

Playa de Valdearenas
Playa de Valdearenas, Liencres. Foto: Turismo de Cantabria.

Rumbo a Santander

Aproximadamente en el centro de la Costa Quebrada encontramos la isla de la Virgen del Mar. Conectada a tierra firme por un puente peatonal, cuenta con una ermita, la de la Virgen del Mar, patrona de la ciudad, y también una playa de unos 380 metros y arena dorada.

Pasando Punta Pinquel, otra playa, la de La Maruca, nos acerca ya a la capital cántabra por el norte. Actualmente, se encuentra cerrado el Centro de Interpretación del Litoral (CIL) ubicado en la antigua batería de defensa de San Pedro del Mar, un centro de educación ambiental del Ayuntamiento de Santander.

Isla Virgen del Mar
Isla Virgen del Mar. Foto: La Pájara Azul | Unsplash.

El final de la ruta lo marca la Bahía de Santander, el mayor estuario de la costa norte de España, con 9 km de largo y 5 de ancho precedido por el faro de Cabo Mayor, un privilegiado balcón al mar y a la ciudad y hoy un centro de arte con tres salas de exposiciones con obras de arte, objetos y curiosidades relacionadas con el mar y los faros, entre ellas piezas de Eduardo Arroyo, Joaquín Peinado, Javier Mariscal o José Caballero, Guillermo Pérez Villalta o Fernando Bellver.

Safaris y rutas en barco

Pasado el verano, la Costa Quebrada sigue ofreciendo actividades y aventuras más allá de las playas (que, en baños aparte, siempre merece la pena visitar).

Abra del Pas, Liencres
Abra del Pas, Liencres. Foto: Turismo de Cantabria.

Así, en el Parque Geológico de Costa Quebrada es posible apuntarse a una ruta geológica guiada, safaris mareales nocturnos en la zona de El Portío, visitas desde el mar para una perspectiva diferente al litoral o safaris nocturnos a los humedales.

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