Four Seasons Madrid 5 años después: “El hotel transformó el tipo de cliente, pero también la razón por la que viene a Madrid”
Hablamos con el director de Four Seasons Madrid, Alejandro Bernabé, sobre el hotel que catapultó a Madrid al tablero del lujo mundial

El hotel que lo cambió todo. Foto: Four Seasons Madrid.
El 25 de septiembre de 2020, en plena pandemia de covid-19, abría sus puertas Four Seasons Madrid -también el primer Four Seasons de España-, una apertura que en aquel momento definimos en Tendenciashoy como “la mejor apertura en el peor momento”. Solo un año después, el entonces director del establecimiento, Adrian Messerli, nos contaba que pese a “no ser la apertura soñada, había superado todas las expectativas” logrando “elevar el posicionamiento de la ciudad como destino de lujo a nivel mundial”.
Cinco años después, con algo más de perspectiva y convertido en caso de estudio para las escuelas de negocio que hablan ya del ‘efecto Four Seasons’, Alejandro Bernabé, el actual responsable de la marcha de este complejo que incluye 200 habitaciones, diferentes conceptos de gastronomía, el spa más grande de un hotel urbano en el país o su propia colección de arte con más de 1.500 piezas, sostiene que el hotel “sigue superando las expectativas”.
Un éxito en todos los sentidos, recalca, porque “Four Seasons pensaba que España iba a estar bien, pero no que iba a llegar tan rápido donde hemos llegado”. Y, de otra parte, “En España que pensaba que la llegada de Four Seasons era buena, pero no que iba a ser tan extraordinaria como ha sido”.
Lejos de tocar techo, sin embargo, este ejecutivo nacido en Castellón y curtido en algunos de los mejores hoteles del mundo, desde Four Seasons Hotel Seoul a Kempinski Hotels en Ginebra, Bangkok o Dubái, pasando por Meliá Hotels International en Yakarta, considera que “el éxito de la apertura en Madrid ha facilitado la expansión de la firma en España”, con proyectos como los de Mallorca, ya en marcha, o los próximos en Sevilla y Marbella.
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El idilio de Four Seasons con Madrid
También Madrid está lejos de llegar a su límite, sostiene Bernabé en público y en privado. “Con la llegada de Four Seasons Madrid pegó un salgo muy grande”. La inauguración, en plena pandemia, fue “extremadamente complicada” pero también, hacerlo en aquel momento, “le dio un foco que quizás en una situación normal no hubiese tenido”.
Si en algún otro lugar del mundo tuvo un impacto tangible el desembarco de Four Seasons en España fue en Norteamérica, sin duda el mercado clave de la compañía a nivel global -el primer establecimiento se fundó en 1960 en Toronto-. Madrid, hasta entonces un lugar de paso para esta clientela, se convirtió de pronto en destino en sí mismo, apunta Bernabé. “Sin duda esta apertura transformó el tipo de cliente que viene a Madrid y también la razón por la que viene a Madrid”.
“Sería arrogante decir que no existía competencia, pero Four Seasons trajo una clientela que otros hoteles no tenían” – Alejandro Bernabé
Y es que, aunque ya existían hoteles de cinco estrellas en Madrid, “Four Seasons es sinónimo de lujo”. En ese sentido, y más que servicios concretos, “los clientes saben que si esta firma está en un destino, va a haber lujo; lujo en la ubicación, lujo en el servicio, lujo en las experiencias a su alrededor”.
“Sería arrogante decir que no existía competencia, pero Four Seasons trajo una clientela que otros hoteles no tenían”, reconoce el actual director y vicepresidente regional de Four Seasons Hotel Madrid, aterrizado en 2023.
Icono de lujo de la capital
No hay más que mirar alrededor, cinco años después de su desembarco, para constatar que el hotel se ha convertido en epicentro de una nueva zona premium en Madrid.
A pocos metros de la Puerta del Sol, se enmarca en el Centro Canalejas de Madrid, un desarrollo ejecutado por OHLA en colaboración con Mohari Hospitality que supuso la rehabilitación de hasta 7 edificios históricos, entre ellos el Palacio de la Equitativa y el edificio del Banco Hispano Americano, y su transformación en un espacio comercial con marcas premium de moda, alta joyería y gastronomía que ha superado incluso a la histórica Milla de Oro de Madrid en gasto, con un ticket medio de 2.960 euros por comprador.
En cuanto a la hotelería, JW Marriott, The Madrid Edition, UMusic Hotel Madrid y Brach Hotel son algunos de los establecimientos que se han apuntado al boom del centro capitalino, al que se unen las renovaciones de iconos madrileños como el Ritz -que opera con la marca Mandarin Oriental- y The Palace, incluido en Luxury Collection Hotel, el sello premium de Marriott Bonvoy.
Y eso solo en la zona. En la ciudad de Madrid se han abierto desde la inauguración de Four Sesons un 44% de hoteles de cinco estrellas -25 antes de la pandemia a 36-, según datos de la Comunidad de Madrid. Un incremento de oferta que, según Bernabé, “nos beneficia a todos y nos pone presión, nos impulsa a reinventarnos y a seguir mejorando año tras año”.
Por el momento, Four Seasons, que también ha sido precusor en Madrid del negocio de las branded residences (residencias privadas con los mismos servicios que sus habitaciones de hotel), se mantiene en la cima, con más de 18 premios y reconocimientos como el puesto 32 en The World´s 50 Best Hotels 2024 (el único hotel en el listado), la categoría Cinco Estrellas para el hotel y el Spa otorgadas en los Forbes Travel Guide, las dos Llaves Michelin obtenidas en la edición de 2024 o el hecho de figurar en la lista T+L 500 de 2025 de la revista Travel + Leisure.
Madrid en el tablero del lujo
Con Madrid jugando en esa liga de los destinos para el visitante de lujo, la cuestión, para el director general de Four Seasons Hotel Madrid es “qué hay que hacer para mantenernos ahí”. Porque aún somos un destino económico, razona, “muy por debajo en tarifas de Londres, París, Florencia o Milán” por lo que el reto, a su juicio, está en “subir precios, pero incrementando también la calidad, y no solo de los servicios hoteleros, sino de todo el conjunto: entre todos hemos de mantener la ciudad limpia, segura, con mejores infraestructuras, con gente amable, que se coma bien, que se compre bien…”.
¿Y cuál es la radiografía de ese turista de lujo? Si atendemos a la clientela de Four Seasons, el perfil principalmente norteamericano, con más del 50% estadounidense, y, en un escalón inferior, el cliente mexicano, el español, del resto de Latinoamérica y el británico. Muy por debajo, desgrana Bernabé, “Un poquito de muchos sitios: Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Italia, Francia y China, pero a mucha distancia”.
Entre ellos, tres perfiles principales: el que viene por negocios, el que viene en grupos, tanto para reuniones -el llamado cliente MICE– y el que viene a descubrir la ciudad por ocio. Entre estos últimos, la cultura, el patrimonio, la gastronomía y los eventos deportivos son los principales atractivos y, como recalca el director de Four Seasons, “lo bueno de Madrid no es que sea número uno en algo, sino que es muy bueno en muchas cosas, entre ellas la ubicación, la seguridad, la oferta gastronómica o la oferta de compras”.
Gastronomía, bienestar y compras en un solo lugar
Sobre el edificio del Palacio de la Equitativa, construido en 1887 por José Grases Riera para la Compañía de Seguros La Equitativa -luego del Banco Español de Crédito -, la espectacular rehabilitación con proyecto del Estudio Lamela permitió incorporar hasta 3.700 elementos ornamentales originales que hoy pueden verse en suites y áreas comunes.
Es el caso de los pilares de mármol verde con capiteles cubiertos de oro que decoran el lobby, la vidriera original del antiguo banco, obra de la prestigiosa Casa Maumejean -responsable también de la cúpula de El Palace y las vidrieras del Banco de España, las del Casino de la calle Alcalá o las de la cripta de la Catedral de la Almudena-, o la magnífica escalera oval de pasamanos dorados y escalones de mármol blanco que ya figuraba en el diseño inicial.
En su hall y sus 200 habitaciones, que van desde los 1.000 euros diarios de la más económica a los 28.000 de la Suite Real -la misma estancia que usara Mario Conde como despacho en su etapa al frente de Banesto- desfilan, además, más de 1.500 obras de arte entre pinturas, fotografías, grabados y esculturas que van de la obra Starry Night del escultor catalán Eduardo Perez a la pieza del artistas y diseñador KAWS que saluda el lobby, haciendo del hotel una auténtica galería de arte contemporáneo.
La gastronomía es otro bastión de Four Seasons, un apartado que encabeza Dani Brasserie, el restaurante del cocinero marbellí Dani García (BiBo, Lobito de Mar, Leña) y que completan Isa Restaurant & Cocktail Bar donde se fusionan las creaciones culinarias del chef Ignacio Vara y la coctelería de autor de Miguel Pérez y el más informal El Patio, liderado por María José Parra.
Entre las joyas de la corona destaca también su spa (abierto también a alojados y no alojados), con cuatro plantas y más de 1.400m2 que esconde una de las piscinas más deseadas de Madrid.
Todo ello atendido con mimo extremo por el personal: hasta 500 personas de 53 nacionalidades trabajan en el hotel que, con 200 habitaciones, arroja “uno de los ratios más elevados del sector”, apostilla.
Un hotel para visitantes (y para madrileños)
Si algo tiene claro el director del hotel más lujoso de Madrid es que “cuando tú viajas a un sitio, quieres conocer a gente local, entrar en contacto con su cultura, no quedarse en zonas donde solo hay otros turistas”. En este sentido, en Four Seasons se han preocupado, y mucho, de conectar con los madrileños.
Influidos por esa visión -y, seguramente, también por la situación excepcional de su apertura, con las llegadas internacionales restringidas por la pandemia-, el hotel ha abierto desde el principio sus puertas al público local.
De hecho, “hasta el 85% del cliente de restauración y el 70% de la clientela del lobby no está alojada. Es gente que viene a celebrar un cumpleaños, a tomar un café y encontrarse con alguien, o simplemente a tomar una copa y hacerse una foto en la terraza”.
“Sabemos que es un hotel de lujo, donde el cliente busca privacidad, pero a la vez queremos tener las puertas abiertas y animar a la gente a venir”. En este sentido, se realizan incluso tours y jornadas de puertas abiertas para conocer los rincones históricos más especiales o la colección de arte. La idea, recalca el director, es “que el madrileño se sienta orgulloso de tener un hotel así en su ciudad”.
“En Madrid tenemos la suerte de no tener cruceros, que son un elemento que pone mucha presión a las ciudades” – Alejandro Bernabé
¿Y cómo se afronta el riesgo de masificación turística y rechazo que amenaza a las grandes capitales turísticas? Para Alejandro Bernabé, “en Madrid tenemos la suerte de no tener cruceros, que son un elemento que pone mucha presión a las ciudades”. También opina que “es muy importante contribuir a que los pequeños comercios, las tabernas o los restaurantes locales no desaparezcan, porque son la identidad y la esencia de la ciudad”.
En su caso, desarrollan colaboraciones con establecimientos y firmas locales, como La Pajarita o Balbisiana en restauración o Lorenzo Caprile en el diseño de uniformes, y participan en eventos que van de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid a la Madrid Hotel Week. Como guinda, el magnífico árbol de Navidad que se coloca cada año en la fachada y que se ha convertido en un icono no ya del hotel sino de Madrid. “Es nuestro regalo a la ciudad”.
También destaca la colaboración con otras entidades, desde la Asociación Empresarial Hotelera Madrid al propio Ayuntamiento que, a su juicio, “está haciendo las cosas muy bien, apoyándonos y ayudándonos muchísimo, pero también intentando que no se concentre el turismo en el centro, sino mirando a otros barrios y ofreciendo alternativas”. Así, “aunque solo haya una Puerta del Sol, los visitantes pueden ir también a Matadero o Chamartín, por ejemplo, y disfrutar de alternativas culturales, gastronómicas y de ocio”.
La regulación sobre los pisos turísticos y la tensión que provocan sobre el centro de la ciudad, con el riesgo a que “si la gente ya no vive ahí, se pierde la esencia y llegan las mismas tiendas y restaurantes que hay en todo el mundo”, alerta Bernabé, y nuevos proyectos como la creación de un bulevar entre la plaza de Cibeles y la Puerta de Alcalá son algunas de las medidas que aplaude al gobierno local: “se está intentando poner las medidas para que Madrid siga siendo una ciudad para los madrileños”.
Novedades de Four Seasons Hotel Madrid
Pasado el quinto aniversario, Four Seasons Madrid se prepara para nuevos retos y sorpresas. Entre los más apetecibles, la terraza en la calle Alcalá que está en tramitación y que, si la normativa lo permite, se podrá disfrutar antes de finalizar el año.
Proyectos con el Madrid Open de tenis y el Gran Premio de España de Fórmula que tendrá lugar en 2026 también prometen sorpresas “espectaculares” en los próximos meses.