Dónde se rodó ‘Las de la última fila’, un canto de amor a las amigas (y a Cádiz)

Cinco amigas, cinco retos y un viaje. La primera serie de Daniel Sánchez Arévalo en Netflix nos lleva de Tarifa a Conil pasando por Vejer de la Frontera, el faro de Trafalgar o Zahara de los Atunes

Las de la ultima fila se rodo casi íntegramente en Cádiz. Foto: Julio Vergne | Netflix.

Hay viajes que te cambian la vida pero también hay vidas que te cambian los viajes. Algo de esto hay en Las de la última fila, la primera serie escrita y dirigida por Daniel Sánchez Arévalo y recién estrenada en Netflix en la que, a través de 6 capítulos, acompañamos a cinco amigas treintañeras en una semana que será decisiva para sus vidas.

Sara (Itsaso Arana), Alma (Mónica Miranda), Carol (María Rodríguez Soto), Leo (Mariona Terés) y Olga (Godeliv Van den Brandt) son las protagonistas de esta historia, una comedia dramática de risas, retos y aceptación personal, un canto a la sororidad y también un canto de amor a la costa gaditana.

Cinco amigas. Un viaje. Cádiz

Sánchez Arévalo (AzulOscuroCasiNegro, Diecisiete) se debía una historia de mujeres. El director madrileño lo consideraba “una necesidad”, “una deuda con el universo femenino en mi ficción”.

La duda toma forma con esta historia. Ellas son ‘las de la última fila’ desde que un profesor las colocó así, por orden alfabético de sus apellidos. Amigas inseparables desde entonces, todos los años se van una semana de vacaciones juntas.

Este año, el viaje es diferente: una de ellas tiene cáncer, lo que les obliga a inventar nuevas reglas del juego. No solo las cinco se rapan la cabeza como gesto de amor, sino que pactan no hablar de la enfermedad y prometen llevar a cabo un reto, cumplir un deseo, realizar aquello que nunca se han atrevido a hacer (sueños por cierto, reales, extraídos de entre los que indicaron las decenas de actrices que realizaron el casting).

Una escapada y una semana que será finalmente decisiva en sus vidas, que las unirá y las animará a emprender un viaje de autodescubrimiento y que tiene como marco perfecto las playas de Cádiz.

Según Sánchez Arévalo, el rodaje se proyectó fuera de temporada, de septiembre a noviembre, pero la serie está ambientada en junio, por lo que era necesario un lugar que respirase verano hasta estando en octubre. El sur se perfiló como obligatorio.

Playas como las de los Alemanes y el Búnker Cabo de Plata aparecen en la serie. Foto: Julio Vergne | Netflix.

“Recorrí la costa de Cádiz desde Tarifa hasta Conil y me enamoré nada más llegar. Fui con una primera versión de guion, pero con todo muy abierto, los espacios no estaban cerrados; pero, de repente, era como que todo tenía sentido”, apunta el director en las notas de producción de la serie.

Playas de Tarifa y calles de Barbate

Tras recorrer con las chicas las carreteras costeras (A-2231 y A-2233), las cinco amigas llegan a la casa que han alquilado para pasar las vacaciones, en la realidad la casa El Balcón en la Urbanización Atlanterra, en Tarifa, aunque muy próxima a Zahara de los Atunes.

En toda esta zona se rodó buena parte de la serie y aparece en varias localizaciones, como el Hotel Pilu (en la realidad, Zahara Beach), el chalet de la famosa en el que colarse (The Cube Zahara) y la casa de David (Javier Rey, el único chico con protagonismo en la serie) que en realidad se filmó en la casa Buen Retiro.

También en esta zona de Atlanterra están las playas de Los Alemanes y la del Búnker Cabo de Plata, donde las amigas celebran la noche de San Juan.

Las de la última fila. Foto: Julio Vergne | Netflix.

El mercado de la localidad de Barbate aparece también en el primer capítulo de la serie.

Parada en Vejer de la Frontera

Vejer de la Frontera, uno de los pueblos blancos más hermosos de Andalucía, se cuela también en la serie. Aquí visitan las cinco protagonistas a una vieja amiga encarnada por Michelle Jenner y, entre tanto, podemos ver diferentes localizaciones en este municipio, como el conocido restaurante El Jardín del Califa (del mismo grupo el que hammam que acaba de inaugurarse en Vejer), que hace las veces del restaurante de David.

La plaza de España, el arco y la calle Canalejas, el arco Asegur o el balcón de la iglesia son otros de los lugares de Vejer que pueden reconocerse, así como los restaurantes Antonio Varo y Cuatro Estaciones (transformados aquí en el restaurante Paloma, exterior e interior respectivamente).

Plaza de España en Vejer de la Frontera. Foto: Turismo de Andalucía.

También a Vejer de la Frontera pertenece el Hospital de Janda (hospital) y el Chiringuito El Poniente, sobre un antiguo molino donde en la ficción se ubica el centro de vuelo en parapente al que acuden las protagonistas.

Conil y el Faro de Trafalgar

También es posible rastrear en la serie localizaciones en Caños de Meca, concretamente la Discoteca Jaima (que en la serie cambia de nombre por Trivial).

Las de la última fila. Foto: Julio Vergne | Netflix.

Muy cerca, es fácilmente identificable el Faro de Trafalgar, imponente con sus 34 metros de altura recortados entre vastas playas, dunas de arena y vegetación y cuya presencia habla de un pasado marcado por la tragedia, ya que en sus alrededores tuvo lugar la famosa Batalla de Trafalgar en 1805 en la que la que España perdió frente a la Armada británica su hegemonía naval (además de 5.000 soldados e incontables barcos).

Nos despedimos de las de la última fila en la localidad de Conil, otro bello pueblo de tradición pesquera reconocible en la serie de Netflix a través de varias de sus calles, el puerto deportivo, tiendas de ropa y estudios de tatuajes o el mercadillo.

Faro de Trafalgar, Caños de Meca. Foto: Turismo de Andalucía.

Más alejados del núcleo urbano, la cala del Aceite y el puerto de SanctiPetri son los escenarios de otra de las aventuras de las protagonistas en el mar.

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