Parador de Aiguablava: un refugio de otoño a una hora de Girona
¿Quieres disfrutar de unos días de paz y tranquilidad? Este parador situado cerca de Girona es la opción ideal, ¡no lo dejes pasar este otoño!

El parador de Aiguablava. Foto: Costa Brava Hotels de Luxe
El otoño es una de las estaciones más mágicas para disfrutar de la naturaleza, la tranquilidad y el arte en destinos con encanto, y el Parador de Aiguablava, en la provincia de Girona, se presenta como el refugio perfecto para una escapada otoñal. Situado en la icónica Costa Brava, este parador combina un entorno espectacular con servicios de lujo, haciendo de él un lugar ideal para desconectar y disfrutar de una experiencia única.
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Un enclave natural incomparable
Ubicado en la Punta D’es Muts, el Parador de Aiguablava está rodeado de pinos y se asoma a las aguas cristalinas del Mediterráneo, ofreciendo vistas impresionantes de la costa. Esta localización privilegiada permite al visitante disfrutar de la tranquilidad de las calas y paisajes naturales de la zona, que en otoño adquieren una belleza especial, con menos turistas y una atmósfera serena y apacible.
Las habitaciones del parador, todas con vistas espectaculares, invitan a soñar despierto con el horizonte del mar como telón de fondo. Desde la comodidad de tu estancia, podrás disfrutar de amaneceres y atardeceres que te dejarán sin aliento, mientras la luz dorada del otoño realza la belleza de los alrededores. El diseño contemporáneo del edificio, reformado en 2020, respeta la estética tradicional mediterránea, creando una armonía perfecta entre modernidad y entorno natural.
Un espacio donde el arte y la naturaleza convergen
Aiguablava no es solo mar y naturaleza, sino también un destino cultural. El parador alberga una impresionante colección de arte que incluye más de 200 obras de artistas catalanes reconocidos como Salvador Dalí, Joan Miró y Antoni Tàpies. Cada rincón del edificio se convierte en una galería que invita a la contemplación y al disfrute del arte en su estado más puro, todo ello acompañado por el constante murmullo del mar.
Obras como Monegros de José Beulas y piezas abstractas de Joan Hernández Pijuán adornan los espacios comunes, ofreciendo una experiencia estética tanto para los amantes del arte como para aquellos que buscan una conexión más profunda con la cultura local. La presencia de esta valiosa colección convierte al Parador de Aiguablava en un destino no solo para relajarse, sino también para nutrir el alma a través del arte.
Gastronomía catalana con vistas al Mediterráneo
El restaurante del Parador de Aiguablava es otro de los grandes atractivos de este lugar. Su cocina, inspirada en la tradición mediterránea, se basa en productos frescos y locales, con un especial protagonismo de los pescados y mariscos de la región. El suquet de pescado, las gambas de Palamós y los arroces de Pals son solo algunos de los platos estrella que puedes disfrutar mientras te deleitas con las vistas al mar desde el comedor.
Además, el Restaurante Mar i Vent, situado justo al pie de la playa, ofrece una experiencia gastronómica única con una carta centrada en pescados de roca a la brasa y arroces marineros. Este espacio es ideal para disfrutar de una comida tranquila después de un paseo por las calas cercanas, con el sonido del mar como la mejor banda sonora.
Relajación con vistas al mar
El Parador de Aiguablava también cuenta con un spa de nueva creación que invita a la relajación y al bienestar. Con vistas panorámicas al Mediterráneo, el spa ofrece una amplia gama de tratamientos y circuitos que harán que te olvides del estrés y las preocupaciones. La combinación de un entorno natural único y la oferta de servicios de lujo convierten este espacio en un santuario de paz.
El spa dispone de una piscina exterior de temporada, perfecta para disfrutar de los días soleados de otoño, cuando el clima aún permite un baño refrescante al aire libre, acompañado de vistas de ensueño. Sin duda, es un espacio pensado para el descanso y la desconexión total.
Un entorno ideal para explorar
La ubicación del Parador de Aiguablava no solo ofrece vistas espectaculares, sino también una amplia oferta de actividades al aire libre. Los senderos que bordean la costa, conocidos como «caminos de ronda«, son perfectos para quienes disfrutan de caminar mientras descubren calas escondidas y acantilados que parecen sacados de un cuadro.
A pocos kilómetros se encuentran joyas medievales como los pueblos de Pals y Peratallada, donde las estrechas calles empedradas y los castillos antiguos transportan al visitante a otra época. Begur, con su imponente castillo y su rica historia, es otra parada obligatoria para quienes deseen explorar el patrimonio cultural de la zona.
Además, para los amantes de los deportes, la Costa Brava ofrece múltiples opciones. Desde golf en los prestigiosos campos de Golf Empordà y Golf de Pals, hasta actividades más aventureras como el salto en paracaídas o el vuelo en globo sobre la bahía, el entorno de Aiguablava es perfecto para quienes buscan combinar relax con emoción.
Una escapada inolvidable
El Parador de Aiguablava es el lugar ideal para una escapada de otoño que combine naturaleza, arte, gastronomía y bienestar. Ya sea para desconectar de la rutina, disfrutar de la tranquilidad de la Costa Brava o explorar sus maravillas culturales y naturales, este parador ofrece una experiencia completa y enriquecedora.