El encanto de disfrutar de Sevilla en bicicleta

Los jardines y el patrimonio histórico, la arquitectura contemporánea y los recuerdos de la Expo del 29 se conocen de otra manera si se pase en bici por Sevilla

En bici por el centro de Sevilla. Foto Julio Muñoz | EFE.

Ojo al dato: Sevilla es una de las ciudades con más kilómetros de carriles bici cada 100.000 habitantes, unos 27,8 km que eclipsan a los de urbes como Barcelona (14,1 km) o Madrid (8,3 km).

La red de senderos para ciclistas convierten a la capital andaluza enun  sitio privilegiado para pedalear, donde sin el agobio del verano la ciudad se puede descubrir de otra manera en dos ruedas.

Es cierto que en el centro histórico no se puede andar en bicicleta, o en todo caso, solo por las avenidas y paseos que lo circundan, como el de Cristóbal Colón o la avenida Torneo que bordea el Guadalquivir; la Menéndez Pelayo y las otras calles que siguen el trazado de las antiguas murallas; o la avenida de la Constitución que acerca hasta la Plaza Nueva.

Pedaleando frente a la Plaza del Salvador. Foto José Manuel Vidal – EFE

Pero hay muchas más Sevillas por descubrir, como la de sus parques y jardines, la del Patrimonio Histórico, la de la arquitectura contemporánea y la que recuerda la Exposición Internacional de 1929 que cambió la ciudad.

Vamos a conocerla con estas rutas.

Parques y el Guadalquivir

El Parque de María Luisa, epicentro de la Expo del 29, es el punto de partida para este recorrido en clave verde por una docena de parques y jardines sevillanos.

Tras ver el fastuoso edificio de ladrillo con forma de hemiciclo se anda un par de minutos hasta los vecinos jardines del Prado de San Sebastián, inaugurados en 1997, y dueño de grandes árboles dispuestos con elegante simetría.

La Plaza de España. Foto Turismo de Sevilla

El Parque de María Luisa, epicentro de la Expo de 29, es el punto de partida por los jardines y parques de Sevilla

Más vegetación arbórea se encuentra en el Paseo de Catalina de Ribera y los Jardines de Murillo, casi en diagonal; y por la avenida Eduardo Dato luego se llega a los jardines de la Buharía, que heredaron el esplendor de un antiguo palacio almohade.

Pedaleando al norte se pasa por los jardines del Valle, y al llegar al Guadalquivir el viajero se encuentra con el parque de los Perdigones, dueño de un llamativo diseño geométrico.

Parque de María Luisa. Foto Turismo de Sevilla.jpg

En la margen de enfrente del río, se extiende un largo recorrido por el Parque del Alamillo, los jardines del Guadalquivir y el jardín Americano; hasta llegar a los jardines del Monasterio de la Cartuja.

Antes de llegar a Triana, cruzando por la avenida Cristo de la Expiación, se sigue bordeando el río por los jardines del Barranco y el paseo Marqués de Contadero; con un paseo por los pequeños jardines de Cristina y el punto final en los jardines de las Delicias de Arjona, con su logrado aspecto romántico.

Por la historia de Sevilla

Sugeríamos no entrar con la bici por las estrellas callejuelas de su centro. Pero eso no quita que no se puedan descubrir otros sitios históricos en la ciudad.

En este caso, la idea es salir desde el acueducto de los Caños de Carmona, y poner rumbo al centro a través de la calle Luis Montoto, que permite ver con pocos minutos de diferencia el templete de la Cruz del Campo y otros sectores de esa obra hidráulica que se remontaría a la época romana.

Hospital de las Cinco Llagas. Foto Turismo de Sevilla

Bordeando el trazado de la antigua muralla islámica hacia el norte se pueden ver los vestigios de este muro de defensa cerca de la calle de San Luis, en el sector de las murallas de la Macarena, a pasos de Hospital de la Sangre.

Tras flanquear el Guadalquivir al sur se cruza por la Pasarela de la Cartuja hasta el monasterio homónimo, protagonista de grandes sucesos como el entierro de Colón.

Murallas islámicas. Foto Turismo de Sevilla

De vuelta sobre la margen opuesta se llega al puente de Triana, el primero que fue fijo de la ciudad, que comunica con el mercado que resguarda los restos del castillo de San Jorge, sede de la terrible Inquisición.

Tras regresar al Paseo Cristóbal Colón la bici conduce a los últimos puntos: la famosa Torre del Oro, el Palacio de San Telmo y el imponente edificio de la Real Fábrica de Tabacos.

La Sevilla moderna

La estación de Santa Justa es el inicio de una larga ruta que permite ver una quincena de edificios que presumen de su arquitectura moderna.

Hay que pedalear un buen rato hasta el barrio de la Macarena, subir hasta el Puente del Alamillo (diseñado por Santiago Calatrava) y cruzar hasta la isla de la Cartuja, donde se concentran un gran número de obras a tener en cuenta.

Frente a la Torre Sevilla. Foto Raúl Caro – EFE

Descendiendo por el Puente de la Cartuja se concentran una gran cantidad de edificios de la arquitectura contemporánea, varios de ellos herederos de la Expo 92

Desde el norte al sur, a partir del Estadio Olímpico (1999) se pueden conocer las modernas sedes del Instituto Cartuja de Técnicas Avanzadas, del CEADE, de la Agencia Andaluza de la Energía, el auditorio Artea, el Centro Andaluz de Estudios Empresariales, el Pabellón de la Navegación, la Torre Triana y la Torre Pelli (de 180 mts de altura) acompañada del centro de CaixaForum.

Centro cerámica en Triana. Foto Turismo de Sevilla

De vuelta por el paseo Colón se ven el edificio de la Previsión Española de Rafael Moneo y la biblioteca pública Infanta Elena; y si hay ánimos de seguir haciendo ejercicio, llegar al Seminario Diocesano de Sevilla, para luego bordear el Parque María Luisa y terminar en la nueva sede de la Diputación.

La Sevilla de la Expo Iberoamericana del 29

Si la mayoría de los sitios relacionados con la Expo del 92 se encontraban en la isla de la Cartuja, para conocer el legado de su antecesora, la Iberoamericana de 1929, hay que ir por uno y otro lado del Parque María Luisa.

El casino de la Exposición, actual Teatro Lope de Vega. Foto Turismo de Sevilla

El inicio de la ruta es el Hotel Alfonso XIII, donde en un pestañear se pasa por los pabellones que han quedado en pie como el de Sevilla (sede del Festival Internacional de Cine de la ciudad), el de Uruguay, el de Perú (atención a sus referencias precolombinas), el de Chile (con detalles que recuerdan a los Andes) y el de EEUU, inspirado en el estilo colonial español.

A un lado del Paseo de las Delicias se pasa por los pabellones de Guatemala y el de Argentina, hasta que en el cruce con la avenida Moliní se llega a los de Colombia, Marruecos, La Marina, México, Brasil, de las Bellas Artes, el fastuoso Pabellón Real y el Mudéjar.

El Pabellón Real. Foto Turismo de Sevilla

Para ver los pabellones de Cuba y el del País Vasco hay que pedalear un poco más por la avenida de La Palmera y la de la Reina Mercedes.

Sino, es cuestión de dar media vuelta y terminar en el Pabellón de España, diseñado por Aníbal González, que se convirtió en uno de los símbolos más famosos de Sevilla.

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