Cuatro rutas en bici por las playas, huertas y barrios de Valencia
Hay otras maneras de descubrir Valencia en primavera, y son en estas rutas por su ciudad y sus paisajes cercanos

Paseo en bici a la altura de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Foto Visit Valencia
Con 150 km de carriles bici, y un terreno plano en su mayor parte, Valencia es ideal para descubrir pedaleando. Y además se aprovechan estos días primaverales, mejor todavía.
Tampoco hace falta contar con un rodado propio: en la ciudad hay varios lugares donde alquilar bicis, tanto mecánicas como eléctricas, por lo que no hay excusas para recorrer kilómetros descubriendo atractivos históricos (con alguna pausa para sus paellas, arroces o tapas), paseando por las costas, atravesando parques urbanos o explorando la vecina albufera.
Veamos algunas rutas sugeridas por Turismo de Valencia.
Por el jardín del Turia
Esta ruta que atraviesa Valencia de este a oeste se puede hacer de una sola vez en siete horas, pero si se está en plan relax, lo mejor es realizarla en tres o tres horas y media, con paradas para ver con tranquilidad los numerosos puntos de interés.
La idea del primer tramo es recorrer cinco kilómetros por el jardín del Turia, un hermoso pulmón verde que revitaliza el cauce del río.
El punto de partida es el Parque de Cabecera, y a lo largo de un trayecto de 3,5 km por este parque urbano se entra al casco histórico de Valencia por las Torres de Serranos, para luego ver la plaza de Manises y el palacio de la Generalitat.
La ruta por el jardín del Turia se puede realizar de una sola tirada en siete horas, o dosificar el paseo en dos jornadas con visitas a los atractivos históricos
Aquí se recomienda apearse para visitar la Catedral, la basílica de la Virgen, el ayuntamiento o el museo de la Almoina.
De vuelta con las bicis, se pasa por el palacio del Marqués de Dos Aguas, la sede de la universidad de Valencia y la iglesia de El Patriarca.
De la ciudad a la playa
Esta es la segunda parte de la ruta anterior, que se puede iniciar en la antigua fábrica de Tabacos, y tras pasar por el Palacio de la Exposición de 1909, se entra al circuito del Turia por el puente diseñado por Santiago Calatrava.
El paseo sigue flanqueando el Palau de la Música, la curiosa escultura de Gulliver, y a lo lejos, ya se divisa las vanguardistas formas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, las estrellas arquitectónicas de Valencia.
Tras salir del parque por el puente del Azud del Oro, la calle Menorca y la avenida del Puerto conducen al paseo marítimo, donde se inicia un paseo de tres kilómetros rodeando la Marina de Valencia (atención al edificio Veles e Vents de David Chipperfield) que luego remonta hacia el norte por las playas de Las Arenas, el Cabañal y Malvarrosa.
El Saler y el Parque de la Albufera
Estos trayectos fueron livianos, pero si alguien quiere seguir un poco más, puede probar de hacer los 48 km que median entre la Ciudad de las Artes hasta las playas del sur de la ciudad.
Tras recorrer el carril bici que flanquea la V-15 un buen rato se cruza el Turia y se llega a la playa de Pinedo, que luego van alternando los arenales como los de Arbre del Gos, El Saler o la Garrofera.
De un lado, el Mediterráneo; y del otro, el Parque Natural de la Albufera, el mayor lago de agua dulce de España que se puede recorrer en bici por una hermosa red de senderos.
El Parque Natural de la Albufera cuenta con una gran red de senderos para descubrir sus paisajes
Entre los puntos destacados de la ruta están subir al mirador de la Gola de Pujol para contemplar el humedal, las playas vírgenes de La Devesa de El Saler y la pedanía de El Palmar, donde se ofrecen exquisitas paellas a la leña.
La vía Xurra
Esta vía verde hereda el trazado del ferrocarril que hasta 1985 unía Valencia con Puçol, como parte del servicio que conectaba la ciudad con Calatayud.
Es un paseo de 15 km muy sencillo, que nace en la rotonda de la Torre Miramar, en el barrio de Benimaclet.
Tras dejar atrás huertos con olivos y naranjos se entra en la cara norte de La Huerta, espacios agrícolas donde se cultiva la materia prima de la horchata, la chufa; que se puede probar en los bares o heladerías de los pueblos cercanos.
Los restaurantes de la región tienen muy buena fama, pero en la Barraca de Toni Montoliu se puede combinar la degustación de una paella con salidas por el campo.
Esta vía verde está rodeada de humedales que valen la pena visitar, como los marjales de Rafalell, Vistabella o de los Moros; además del Paraje Natural de La Costera o el parque de la Calderona.
Y si alguien todavía tiene más ganas de seguir fatigando distancias, en Meliana pasa el anillo verde metropolitano, un corredor de 56 km ideal para amantes del ciclismo y el senderismo.