Little Andaman, el restaurante de Barcelona que cambia los tópicos de la comida india

Elegido como mejor restaurante asiático por el programa ‘Joc de cartes’, este local del Eixample homenajea a la cocina de la costa y las islas del Golfo de Bengala

Los platos de Little Andaman se alejan de lo que uno espera de la cocina india. Foto Little Andaman

Tras 13 años trabajando en el sector de la hostelería y la restauración en Calcuta y Londres, Sanjay Das Gupta aterrizó en Barcelona en 2005 con la idea de cambiar de vida. Y no tuvo que pasar mucho tiempo hasta darse cuenta de un detalle importante: “en la ciudad no había restaurantes indios de categoría”, dice a Tendenciashoy.

Tenía razón: en aquel entonces, e incluso actualmente, la gran mayoría de los restaurantes que se presentan de cocina india (aunque sean de una amalgama que incluye desde Pakistán a Bangladesh o Sri Lanka) apenas rascan la superficie de la variada gastronomía del subcontinente asiático, con platos que exageran de curry y condimentos y en locales con dudoso gusto para la decoración.

Los nuevos restaurantes de Sanjay

Sanjay decidió redoblar su apuesta y abrió varios restaurantes que buscan cambiar el concepto local de la cocina india: en 2006 llegó Bembi, con un menú enfocado en el norte del país; en 2011 fue el turno de Rangoli, que deriva a la cocina callejera, y en 2015 en Ibiza inauguró Mumak, que expande los horizontes de la gastronomía de su tierra.

Platos para comer con cubiertos o con la mano. Foto Little Andaman

Y en septiembre de 2020, en la tímida recuperación por la pandemia, con el chef Anand Singh Negi cortó las cintas de Little Andaman (Muntaner 182), un restaurante indio que no parece indio.

Su decoración minimalista en tonos pasteles recuerda la estética rosada de Jaipur, aunque también tiene un guiño a Chandigarh, la metrópolis diseñada por Le Corbusier al norte del país.

La cocina de Little Andaman es costera e insular, representante de los pueblos y ciudades del Golfo de Bengala

Para quien esté más o menos enterado de la geografía india sabrá que el nombre homenajea al archipiélago de Andaman, en el Golfo de Bengala, lejos de la India continental.

El restaurante tiene una docena de cócteles de autor. Foto Little Andaman

“Nuestra cocina es costera, de tapas y platos para compartir, con mucho marisco, vegetales como coco y cereales como el arroz, que recuerda a las ciudades de Goa, Hara, Kerala o de la Bengala Occidental”, describe Sanjay.

Los gustos de los platos, puntualiza el dueño de Little Andaman, están adaptados para el paladar local. O sea, cuando dicen que es poco picante están diciendo la verdad.

Además, aquí apenas usan mantequilla o nata, “por eso los platos son ligeros y frescos. Si fuera la comida auténtica de la India, tras una comida no puedes ni cenar”, señala Sanjay.

El impulso de ‘Joc de cartes’

El restaurante tuvo una notable exposición cuando fue elegido como el mejor restaurante asiático en el programa de gastronomía Joc de cartes de TV3; lo que llevó a demorar la renovación de su carta y conservar varios platos que la gente pedía una y otra vez.

Para tener un panorama lo más amplio posible de su propuesta conviene pedir dos tapas indias por persona, y luego un principal que, si es posible, conviene intercambiar con el compañero de mesa.

Tapeo y cócteles. Foto Little Andaman

En el tapeo, hemos probado unas suaves croquetas de Chowringhee con remolacha, setas y zanahoria con salsa de cacahuetes, tradicional de Calcuta, seguido de un muy tierno pulpo al tandoori con crema de patata y mayonesa de cilantro.

También se pueden elegir brochetas de gambas, vieiras a la plancha, el cangrejo sin cáscara en tempura, el chicken 65 (crujientes de pollo sazonados con hojas de curry), los pastelitos de harina de arroz podi idli o la versión india de los nachos mexicanos, entre otros.

Como un paréntesis se ofrecen los naans rellenos, un pan redondo y plano con añadidos como stracciatella y chutney de tomate (¡muy bueno!); que también puede ser de pollo y mantequilla, de queso azul con rúcula o de setas aromatizado con trufas.

Cóctel Sandía Martini, croquetas de Chowringhee, naan con stratacciela y pulpo al tandoori. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

Los platos principales

Y vamos a los principales: un plato que sintetiza el espíritu del local es el Kerala Boatman’s Fish Curry, un guiso de pescado con tamarindo no tan picante como uno espera, y que homenajea a la cocina marinera de esa ciudad india.

También hay que tener en el radar el curry ligero de salmón y coco, el kori gassi (curry de pollo con coco y tamarino, típico de Mangalore), las costillas de cordero al tandoor con alubias de coco, el salteado de setas salvajes o el fogoso pollo chettinad, propio del estado sureño de Tamil Nadu.

Los platos apenas llevan curry o mantequilla, lo que los convierte en más livianos respecto a los de otros restaurantes indios

Estos platos suelen ser acompañados por arroz basmati al vapor, o aromatizado con limón y anacardos; o bien con el pappu charu (lentejas al estilo del estado de Andrha Padesh) o del crepe de arroz llamado appam.

En los postres, elegí al curioso Gajar Ka Halwa, zanahoria rallada con helado de vainilla. Pero estuve tentado de probar el kulfi de maracuyá, con pistacho y cardamomo.

Hay opciones veganas y para los que no pueden comer gluten. Foto Little Andaman

Cócteles y menús

Otra diferencia del Little Andaman respecto a otros restaurantes indios es su variada carta de cócteles, con una docena de creaciones propias como el refrescante Sandía Martini (que en realidad lleva vodka), el Andaman’s Passion (con fruta de la pasión, vodka y zumo de naranja), el Tamarind & Ginger Margarita o el Mumbai Mule (que es el mule de toda la vida pero con cardamomo y comino).

También hay bebidas típicas del gigante asiático como el Mango lassi (con mango y yogur) o el Tamarindo soda (“nuestra respuesta a los fans de la Coca-Cola”, ríe Sanjay).

El precio medio de una comida está entre 25 y 30 euros, aunque también hay un menú del mediodía a partir de 12 euros.

En todo caso, para los indecisos hay otros tres menús, de 30 a 34 euros sin bebida, con un despliegue de cuatro tapas, dos principales y dos guarniciones y postres, para tener una perspectiva diferente de la casi infinita gastronomía india.

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