México a bocados: tres restaurantes para descubrir su cocina más popular en Barcelona
La cocina mexicana no deja de estar de moda, y en estos locales probamos diferentes opciones del otro lado del charco y a precios accesibles
Los tacos, una de las expresiones más populares de la cocina popular mexicana. Foto: Roger Alsina.
Cada vez hay más restaurantes mexicanos en Barcelona. Y hay de todo, desde opciones de comida rápida para centros comerciales hasta exponentes de la comida más callejera, pasando por restaurantes que llevan la variada cocina del país norteamericano a un nivel superior. Vamos a conocer tres opciones para recordar que hacen falta varias vidas para conocer la gastronomía de México.
SíSí
Pocos restaurantes pueden presumir de ofrecer las vistas de Barcelona que tiene SíSí. Ubicado en la azotea del The Social Hub (Cristóbal de Moura, 49), desde las alturas del piso 15 se divisa el tapiz de edificios y cúpulas de Poblenou y el 22@. Este hotel-residencia-coworking busca ser algo más que un enclave para visitantes y turistas, y para ello ofrece varias opciones a los residentes de Barcelona. Y con esta misión aterriza este restaurante, basado en platos mexicanos y con cócteles creados por una de las primeras espadas del sector.

SíSí se organiza en dos sectores: la terraza exterior y el sector interior, que entre uno y otra suman unas 100 plazas. La barra está ubicada afuera, donde a pesar del frío que se está asomando estas semanas, las estufas y mantas alivian las molestias climáticas.
La idea es ofrecer una relectura de la cocina mexicana usando ingredientes locales, muchos de ellos cocinados a la brasa en una robata de carbón. La carta es breve: una media docena de entrantes, otros tantos platillos de crudos, y unos 10 platos de carnes y arroces.
Marc Álcvarez, cofundador de la premiada coctelería Sips, está detrás de los cócteles de SíSí
En nuestro caso, viajamos a México de la mano de los elotes (mazorcas de maíz fritas) y de las gambas del Mediterráneo sazonadas con salsa picante fermentada, seguidas por un aguachile elaborado con lubina y leche de tigre con chile amarillo. Otras opciones para el picoteo son el guacamole, los pimientos del padrón, los calamares con lima y las zamburiñas con salsa macha. En un peldaño superior, se presentan la ensaladilla mexicana (con atún y patatas), el salpicón de mariscos, el ceviche de tomate y el tartar de vaca.
Ya en los platos principales, elegimos con acierto la costilla de res birria, cocinada durante 10 hrs, donde la carne suavemente desmenuzada sirve para rellenar unas tortillas de maíz. Sencillamente exquisito.

Así que en una nueva oportunidad, probaremos otras opciones como el arroz de carabinero o la lubina asada. Pero habría que tener mucho hambre para animarse al chuletón de 700 gramos de vaca vieja gallega.
Tanto en los entrantes como en los principales, la presencia de jalapeños, chipotle, lima o ají amarillo dejan la huella de la presencia mexicana.
Y de postre, unos tentadores churros con coco y dulce de leche y la torta tres leches; que más bien nos recordó a Buenos Aires y Maracay; pero no importa, que viva la globalización.
La carta de cócteles fue diseñada por Marc Álvarez, cocreador del premiado Sips y copropietario de Pensión Mimosasy Fluiden Madrid. Lo que hizo este talento de las barras es abrir el radar y, además de clavar una pica en los sabores de México, también ofrece creaciones de Perú o incluso Asia.

Nosotros probamos el Leles (sin alcohol, con lichi, piña, flor de saúco, espuma de hibisco) y el potente Montjoy (tequila, lima y triple seco); combinados que luego dieron paso al Tuna (ron, té de lapsang y piña) y al Mecha (tequila, lima y shiso), que se relevaron como los cócteles más populares. La Michelada, el Sonora Spritz y el Durango, el M&M (mezcal y Montenegro) o el Paloma completan una carta que incluye una generosa selección de tequilas, mezcales y otros destilados; que se pueden beber mientras se contempla la ciudad desde las alturas.
Salsa Street Food
Tras haber pasado por Alkimia y Alkostat, el cocinero Santiago Giralt se unió a sus amigos Alejandro Ferrer y Carlos Matas y los tres aprovecharon el cambio de tendencia de la pandemia para abrir Salsa Street Food, una dark kitchen para delivery de cocina mexicana, que en 2023 se convirtió en restaurante; y hace pocos meses, se expandieron con la apertura del segundo local en Muntaner 124.

La receta es simple: una carta breve basada en los platillos que se puede probar en las calles de Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey. O cualquier otra. Sin embargo, hay platos que buscan la fusión y romper los moldes tradicionales, como la exquisita croqueta de cochinita pibil (con razón fue elegida entre las mejores tapas de Cataluña en 2023), el tartar de corvina con jalapeño (que se come de un bocado) o los tequeños de queso (que más bien son venezolanos).
De entrantes, los totopos con queso o guacamole, o bien con carne y salsa verde (chilaquiles) o con crema de frijoles y jalapeños (nachos chingones) son una interesante introducción a la media docena de quesadillas que Giralt prepara. Entre estas se encuentran la de cochina picante (con cochinita pibil y cebolla encurtida), la del gobernador (con camarones sofritos), la gringa (carne al pastor con piña), la salsa (con pollo y pico de gallo) o la poblana (con ternera marinada al mole, muy recomendada). Carne o marisco al buen punto, el queso fundido, y la tortilla levemente crujiente, como debe ser.

La carta se complementa con una docena de tacos, siempre con un especial: el Taco del Mes. Si este no encaja, siempre está la opción de pringarse con gusto los dedos con los tacos de pollo, de torrezno, al pastor, de ternera, de cochinita pibil, del gobernador, el de salmón; y para los vegetarianos o veganos, el de berenjena o el de heura. Y para dar fe de las fusiones que hablábamos, no pierdan de vista la bandeja de cinco tacos con rabo de toro al vino tinto.
En Salsa Street Food apuestan por la fusión, con platos como el tartar de corvina, los tacos de rabo de toro o la croqueta de cochinita pibil
Sabiendo que el paladar español no tiene el mismo nivel de tolerancia al picante que el mexicano, en este restaurante permiten elegir la salsa aparte. Si no quieren quedar con la garganta anestesiada con la salsa valiente, prueben la salsa secreta.
En el remate dulce se pueden elegir la piña oaxaqueña (con anís y mezcal), la tarta de queso con dulce de leche o los tequeños con Nutella (¡!).

Además de micheladas y cervezas, en el local de Salsa Street Food se puede elegir entre una docena de vinos de Cataluña, cócteles clásicos o chupitos de tequila o mezcal, ideales para sentir la vibración del agave mexicano en el paladar.
El restaurante, con una decoración minimalista que no permite intuir que se trata de in mexicano, tiene una capacidad para 30 personas, con un privado al fondo. El precio medio de la carta es de 30€, y al mediodía tienen un menú a 14€.
La Mafia Mexicana
El nombre puede chocar, sobre todo, a los mexicanos. Pero este no es un homenaje a los cárteles del Golfo o Sinaola, sino un guiño a esos supuestos códigos de las organizaciones de ese tipo, o al menos lo que la gente cree: “Para nosotros, el enfoque siempre ha sido la acepción popular: unión, lealtad, tribu o familia contra viento y marea”, cuenta Laura Oset, socia del chef Renato Guiomar en La Mafia Mexicana (Comte d’Urgell 196).

De entrada nos llamó la atención que un lunes a la noche sea difícil conseguir mesa, y eso que hay una capacidad que bordea los 50 comensales. Un factor clave es la posibilidad de comer comida tradicional mexicana a buen precio, en una propuesta donde los sabores de las taquerías y los puestos en mercados y a pie de calle se reelaboran teniendo en cuenta el gusto local y la posibilidad de adquirir ingredientes importados del otro lado del mar (lo cual no es nada fácil).
La abundancia de descripciones obliga a una lectura tranquila de la carta para evitar confusiones, porque los tacos, las quesadillas o los chilaquiles no están organizados por sección sino por conceptos: “los intocables” o “los caprichos de la mafia”.
La birria, la quesabirria y el taco de cordero son algunos platos de degustación obligatoria en La Mafia Mexicana
Sea como sea, hay algunos platos que son de degustación obligatoria, como el fabuloso taco de cordero, cocinado a baja temperatura durante horas. O la birria y quesabirria, donde la ternera guisada se dora a fuego lento entre adobo de chiles y especias.

Esta cocción lenta también se aplica en la cochinita pibil del padrino, o en las carnitas de la madrina; que en ambos casos se sirven con tortitas de maíz con cebolla.
La carne de cerdo al pastor, preparada en una estaca que recuerda al popular kebab, se presenta en la forma tradicional con piña y cilantro, mientras que los que presuman de tener hambre quedarán saciados con el Moreno de la mafia, un potente taco de frijoles en una cama de queso fundido. O también es para audaces la Torta de la mafia, bocadillo de pan de telera relleno de pastor, pollo pibil, cochinita o berenjena, con varios acompañamientos a elegir.
Los tacos a la poblana, de Baja California o de pollo pibil complementan la oferta en una carta donde se encuentra la tostada de atún marinado y la bandeja de los nachos del padrino, donde los totopos están ocultos bajo una capa de queso, guacamole y pico de gallo casero. Y en una presentación que imita la bandera mexicana.

En los postres, si tienen paciencia para esperar 15 minutos, prueben la delicia de galleta con helado; si no están las flautas de coco, el taquito dorado o la clásica tarta tres leches.
Este restaurante cuenta con una larga selección de mezcales y tequilas, y también se pueden pedir cócteles de inspiración mexicana. El precio medio es de 25€, y además del menú a 14,90€, los mediodías en días de semana los amantes de los tacos tienen barra libre a 17,90€ (sin incluir bebida, que es obligatoria).