L’Atelier: dulces dalinianos en un brunch lleno de elegancia

Una de las escuelas de pastelería más prestigiosas de Barcelona presenta un exclusivo brunch que se corona con una línea de postres inspirados en Salvador Dalí

Los dulces creados por Ortiño y Pastor en L’Atelier. Foto David Engui

En Barcelona hay un puñado de escuelas de alta pastelería que enseñan a convertir acompañantes tradicionales de los postres y desayunos como los cruasanes o las tarteletas de frutas en pequeñas obras de arte gastronómicas.

Una de ellas es L’Atelier Barcelona (Viladomat 140 bis), fundada por Eric Ortuño y Ximena Pastor en 2019, que no solo han capacitado a cientos de futuros maestros pasteleros sino que han convertido su pequeño local en un centro de peregrinación de los que buscan los dulces más elegantes para coronar una comida o un té.

El brunch de L’Atelier

Tanta insistencia de los clientes ha tenido un buen resultado: desde hace un par de semanas L’Atelier ofrece un brunch para degustar sus creaciones recién elaboradas.

Despliegue de salados y bollería en L’Atelier. Foto JP Chuet-Missé

Es una oportunidad que hay que saber aprovecharla: el local solo cuenta con siete mesas (cinco adentro y dos en la terraza), y este menú de desayuno tardío solo se ofrece sábados y domingos de 9:00 a 14:00.

La propuesta, por 16 euros, es degustar una infusión o un café ecológico de Papúa Nueva Guinea con un zumo de naranja, una mimosa o el elaborado combinado détox, conespinaca, manzana, apio, jengibre, naranja y melón.

Desde 2019 L’Atelier Barcelona ha capacitado a cientos de futuros maestros pasteleros en la elaboración de pequeñas joyas gastronómicas

Hay que tener cuidado con la caída de huevo, pero la combinación de sabores lo amerita. Foto David Egui

Para comer, se ofrece un plato salado y una pieza de bollería, que por dos euros más se puede cambiar por uno de los postres. La decisión no es nada fácil, les anticipo.

Los platos salados del brunch

Los platos salados no son tan pantagruélicos como algunos otros restaurantes especializados en brunch, pero es mejor que sea así: son platos para disfrutar, no para para quedar noqueado por combinaciones de quesos, panificados y huevos.

Para degustar nos decantamos por unos huevos Benedict L’Atelier al gusto, que se puede combinar con salmón, pastrami o mortadela trufada.

Hay que hacer un poco de malabares para evitar la lenta caída del huevo, pero la combinación de sabores lo amerita.

También dimos cuenta de un pan de patata y cebollino, con pastrami, cheddar fundido, pepino encurtido, canónigos y mayonesa de mostaza; y un magnífico brioche relleno con huevo a baja temperatura, con añadidos de jamón dulce, queso brie y tartufata (hay otra opción con sobrasada y gorgonzola)

Diferentes platos salados del brunch de L’Atelier. Foto David Egui

Pero también se puede optar por el gofre hojaldrado con salmón y crema de aguacate, el roll de scracciatella, mortadela y tartufata, o la coca de pastrami.

La bollería

Las piezas de bollería son creaciones de tamaño generoso como los cruasanes con mascarpone, avellanas, chocolate o fresa; los arrollados de canela, los brioches o los Kouign Amann (tartas típicas de Bretaña).

La mejor forma de poder disfrutar de las delicias pasteleras de L’Atelier es pedir la bollería para llevar, y culminar el brunch con uno de los dulces que están en la vitrina.

Dalí Lips y Cajita L’Atelier, dos de los postres inspirados en Dalí. Foto Lys Ortega

Dalí inspira los dulces de L’Atelier

Estos días, en parte por la fiesta de San Valentín pero también por el espíritu inquieto de Ortuño y Pastor de desplegar ideas nuevas, en el local hay una divertida serie de dulces que homenajean a Salvador Dalí.

Los postres inspirados en el arte de Dalí son de una creación tan elegante que dan lástima tener que romperlos para comer

Uno es el Dalí Lips, pequeña recreación del sofá con labios de Mae West elaborado con una crema rosa y frambuesa con crumble de jengibre. Para darle un toque de misterio se sirve con humeante con el aleteo de unas palomitas de crema de rosa congeladas con nitrógeno líquido.

Pequeñas joyas dulces para degustar. Foto David Egui

Por supuesto que no faltan los huevos dalinianos, como los que se ven en su museo de Figueres. Se trata de un bizcocho alto de limón donde el huevo cubierto de chocolate blanco guarda una mousse de coco (que simula la clara) y un cremoso de mango (a modo de yema).

Otra es el Corazón real, similar a la joya diseñada en 1953 pero que en vez de piedras preciosa presenta un bizcocho de almendras con mousse de mascarpone y centro de caramelo.

El brunch cuesta 16€ y solo se sirve los fines de semana. Foto David Egui

Y también está la Cajita L’Atelier, que representa el marco de un cuadro apoyado en frambuesas frescas y arándanos de Portlligat. La base es un bizcocho de almendras con crema de lima, mousse y mermelada de fresa, como si fuera una pequeña caja que tiene impresa la cara de Dalí con sus famosos bigotes.

Cuando se prueban estas pequeñas joyas dulces y saladas se comprende por qué L’Atelier en 2020 ganó el premio Fava de Cacau como una de las 50 mejores pastelerías de Cataluña y el Dulcyps a la mejor pasta de té artesana de España; así como el reconocimiento al mejor cruasán de mantequilla en 2010, entre otros galardones.

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