Los restaurantes más exclusivos de Murcia (y con el sello de la Guía Michelin)

Con estrella, como AlmaMater y Odeón, o bien con el distintivo Bib Gourmand que destaca los de mejor relación calidad-precio, estos son algunos de los mejores restaurantes de Murcia

La sofisticada cocina de AlmaMater. Foto AlmaMater

Capital Española de la Gastronomía en 2020 –un título que finalmente ostentó durante dos años debido a la irrupción de la pandemia que paralizó una nutrida agenda con más de mil citas en torno a la cocina-, nadie dura que Murcia es un destino óptimo para los amantes del buen comer.

Platos como el zarongollo o el cordero asado, la pasta brisée, los michirones, las migas, los arroces o el paparajote; vinos de Bullas, Jumilla o Yecla; una huerta que la rodea por los cuatro costados; y productos como el arroz de Calasparra, el pimentón, la pera de Jumilla o el queso hacen de la mesa murciana una de las más suculentas de España.

Con estrella, como Alma Mater y Odeón Nazario Cano, o bien con el distintivo Bib Gourmand que destaca los establecimientos de mejor relación calidad-precio, estos son algunos de los mejores restaurantes para comerse Murcia.

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AlmaMater

Unas grandes cristaleras dan paso a un comedor limpio y diáfano distribuido en dos alturas. Tras las puertas, el personalísimo proyecto del chef murciano Juan Guillamón, AlmaMater (Madre de Dios, 15) que se define como un restaurante de cocina de mercado, donde la materia prima sería el alma de cada plato.

Foto: AlmaMater.

Con una estrella Michelin recientemente revalidada, su propuesta se asienta en la cultura gastronómica tradicional de raíz mediterránea pero enriquecida con las vivencias personales y profesionales de Guillamón, que se permite algunas licencias para incorporar los distintos sabores que ha ido conociendo por el mundo.

Así, el cocinero, que trabajó seis temporadas en el equipo de cocina de la escudería Ferrari y llegó a ser el chef personal del embajador británico en España, ofrece una carta moderna y equilibrada en la que figuran bocados como la sardina ahumada con vinagreta de lechuga de mar, la crema anisada de castañas con con ragout de níscalos y trufa negra, arroz de Calasparra meloso con verduras y emulsión de azafrán y ñora o ravioli de costilla de angus, parmentier, granada y setas estofadas.

Sus influencias viajeras se dejan ver en platos como la carrillera de ibérico, lacado cantonés, alioli de pimientos y batata o la pintada de Las Landas con duxelle de champiñón, crema de maíz y miso.

Foto: AlmaMater.

Además, sirve un menú (a mesa completa, 80 euros por persona) con cuatro snacks, cinco entrantes, pescado del día sobre infusión de coco y hoja de limonero y cabrito con taboulé de hierbas y zanahoria madrás, además de tres postres.

Odeón Nazario Cano

También una estrella Michelin ostenta Odeón, el restaurante del alicantino Nazario Cano enmarcado en un llamativo edificio, de nombre Odiseo en honor el legendario héroe mitológico del poema épico de Homero (Ulises, Odiseo en griego), dedicado al ocio y que incluye, entre otros, casino, teatro, discoteca y la piscina en voladizo más grande de Europa.

Con diferentes espacios, que incluyen una barra que permite comer viendo el trabajo en los fogones y una terraza donde se ofrece una carta de tinte mediterráneo, el restaurante gastronómico es la joya de la corona, donde el chef sublima su forma de entender la cocina a través de dos menús que se sirven a los comensales sentados en una suerte de jaulas de oro.

Buñuelo líquido de arroz a banda. Foto: Odiseo.

‘Indagando en la cocina’ es el más largo, con 13 pases y un precio de 120 euros (90 más con armonía de vinos) mientras que ‘Lucky’ ofrece una versión más compacta por un precio de 90 euros (60 más si se opta por el maridaje).

Perro Limón

Con un distintivo Bib Gourmand, que en la famosa guía roja distingue a los restaurantes con mejor relación calidad-precio y tickets medios que no superan los 35 euros, encontramos Perro Limón (Navarra, 4).

En el modesto barrio de San Andrés de la ciudad, María Crespo Montalt y Miguel Ángel Albaladejo –ambos cocineros y propietarios- proponen, en un local sencillo y desenfadado que se abre tras una llamativa puerta amarilla y deja a la vista tanto la cocina como una red de tuberías de bronce en el techo, una cocina fusión que combina productos y sabores hindúes, marroquíes, franceses o nipones.

Torreznos con crema de huesos fritos y lima kafir. Foto: Perro Limon.

La carta, pensada para compartir, arranca con bocados como niguiri de pato, bao frito de lomo alto o tuétano con sobrasada mallorquina picante. Para continuar, la sección Algo más serio, que incluye platos como lubina al estilo indio, suquet koreano con rape, pad thai o albóndigas de cordero y curry verde.

Cierran la carta postres como el cinamon roll, la crema de haba tonka y bizcocho de cerveza negra o el arroz con leche y miel de trufa. Como en el resto de la carta, la mejor definición sería la de explosión de sabores.

Alborada

Cambiamos totalmente de tercio para visitar Alborada (Andrés Baquero, 15), un clásico murciano donde el chef David Muñoz ondea la bandera de la cocina de mercado con predominio del sabor y las cosas en su punto.

Foto: Alborada.

También con el sello Bib Gourmand de la guía Michelin y casi siempre lleno, el céntrico restaurante incluye un bar de tapas, una sala y dos pequeños espacios privados.

Tras tomar las riendas del negocio familiar, Muñoz siguió apostando por la cocina tradicional, ahora desde la óptima de su exigencia e inconformismo. En la carta coexisten mariscos, guisos y arroces con reserva con platos ya clásicos que no hay que perderse como la patata rellena de cremoso de boletus y foie o el tomate ‘partío’.

Taúlla

Ubicado en un antiguo molino de pimentón en la calle Antonio Flores Guillamón, 2, Taúlla parte de la cocina tradicional y el producto de proximidad y km 0 a los que añade toques de innovación y nuevas técnicas culinarias.

Su chef, Rodi Fernández, lo define personalmente como “una cocina divertida con un toque canalla”, enraizada en la región pero que no renuncia a los matices venidos de otras partes del mundo, siempre al servicio de creaciones que doten de significado a la palabra disfrutar.

Magret de pato con salsa de regaliz. Foto: Taúlla.

Cuenta con un menú degustación que incluye 5 entrantes, pescado, carne, prepostre, postre y petit four por 49 euros (25 más con maridaje de vinos), con propuestas de entrantes como el brioche de pulpo, el panigiri de atún rojo y las gyozas, y platos principales como el magret de pato con salsa de regaliz, setas confitadas y pistacho, mogote de cerdo ibérico o lingote de carrillera de ternera estofada y puré de boniato.

Ajo y agua

De original concepto, Ajo y Agua (Fuensanta, 5) combina la cultura gastronómica manchega con platos de casquería y lumbre junto con la cocina y el producto de Murcia y el Mediterráneo.

Con el sello personal de David López, que aterrizó en Murcia en 2005 procedente de Hellín (Albacete) y actualmente es uno de los nombres a tener en cuenta en el panorama culinario de la ciudad, su cocina está también modelada por la visión de su chef, Lautaro Bravo, argentino con larga experiencia profesional en nuestro país (ha pasado por las cocinas de Pedro Larumbe, Alberto Chicote y Oscar Calleja) y también vital, pues también residió durante varios años en Hellín.

Foto: Ajo y Agua.

Agradable e informal, su carta incluye platos que transportan a La Mancha como los crujientes de atascaburras, con sabor que remite al mortero manchego, el gazpacho con caza, setas y trufa y los torreznos. Correctas también las croquetas de chato típicas murcianas y el caldero del Mar Menor con arroz bomba de Calasparra.

Mientras Bravo está al frente de Ajo y Agua, López despliega como chef todo su saber en Local de Ensayo (Policía Ángel García, 20), un espacio de estética industrial donde se investiga con productos y técnicas de elaboración que dan lugar a platos como el brioche de mayonesa de boletus y trufa fresca con panceta de chato murciano, los espagueti de mar con salsa de hígado de rape, albacora y dashi de moluscos o el cordero segureño con níscalos, envoltorio de acelga, su jugo con vainilla, guisante Negret y trufa negra.

Foto: Local de Ensayo.

Se ofrecen dos menús, Diástole (70 euros, con maridaje opcional por 50 euros más) y Sístole (47 euros).

Pura cepa

Esencialmente una vinoteca de excelente carta de vinos que además ofrece una más que correcta carta, Pura Cepa (Plaza Cristo del Rescate, 8) es un acierto seguro en Murcia.

Cuenta con diferentes menús (de 21, 25, 27 y 33 euros por persona) y una carta muy amplia con platos destacados como el pulpo al horno, el tartar de atún y el calamar plancha con tomate seco.

Foto: Pura Cepa.

Buena selección de vinos por copas y una tarta de queso que merece una mención por sí misma.

Keki

A escasos metros de la impresionante catedral de Murcia, Keki (Fuensanta, 4), Sergio Martínez inauguró en 2010 una original tapería de ambiente moderno donde ejecuta una cocina actual, inspirada en el Mediterráneo y aderezada con toques asiáticos siempre cimentada sobre el mejor producto.

Se puede tapear con propuestas como el bocatín de solomillo ibérico con mantequilla de pimienta verde, el caballito ibérico con chutney de nectarina, el canelón de pato y mostaza suave o el rollito de pollo y curry. Además, principales como hamburguesa de carne madurada Paco Rosa a la parrilla, pescado del día o carrilleras de chato murciano.

Foto: Keki.

Si te apetece dejarte sorprender, hay un menú degustación con 8 sabores salados y un sabor dulce por 38 euros por persona (bebida no incluida).

a.
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