5 planes para exprimir una escapada a Murcia

Inaugurado el AVE que reduce los tiempos de viaje a Murcia, proponemos estas ideas para disfrutar de un fin de semana en la ciudad

Planes para una escapada a Murcia. Foto: Envato Elements.

Buenas noticias para los amantes de los viajes en tren. La inauguración del AVE a Murcia, además de saldar una deuda histórica, acerca aún más este destino, que ahora separan de Madrid tan solo 2 horas y 45 minutos en su conexión más rápida.

Con trenes que pueden alcanzar una velocidad máxima de 300 kilómetros por hora y cuatro frecuencias diarias por sentido, el ferrocarril pone en el foco una ciudad repleta de atractivos que van desde su celebrada gastronomía (Murcia ostentó la capitalidad gastronómica española en 2021) a su pasado milenario.

Subir a la torre de su catedral, conocer la ciudad de plaza en plaza y de puente en puente, escaparse a su huerta o probar sus mejores tapas son algunos de los planes que no hay que perderse en un viaje a Murcia.

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Un paseo por la Murcia islámica

Pese al correr de los siglos, una ciudad musulmana subyace bajo la Murcia actual. Y no es difícil verla. Museos, instituciones y hasta comercios conservan restos de edificaciones integrados en su arquitectura.

Patio del convento de Santa Clara la Real. Foto: Turismo de Murcia.

Es el caso del Museo de la catedral, ubicado en el antiguo claustro levantado sobre ruinas aún visibles en forma de pilares de ladrillo de la Mezquita Mayor del siglo XIII. En este mismo espacio se conserva, además, parte de una residencia de los siglos XI al XII.

Junto al Mercado de Verónicas, en su lado derecho, puede apreciarse un tramo de la muralla, de la que pueden verse el alzado de dos torres, el paso de ronda y la barbacana. Otra parte de la muralla puede verse en el Centro de Interpretación de la Muralla Árabe de Santa Eulalia (Plaza de Santa Eulalia, 10), donde es posible apreciar cómo evolucionaron a lo largo de los siglos las defensas urbanas.

Y aún hay más, ya que dentro de la cafetería La Muralla, en los sótanos del hotel Rincón de Pepe (Cánovas del Castillo, 54) se conserva uno de los tramos más largos de revellín del sistema defensivo andalusí que también puede visitarse.

La joya de la Murcia islámica, sin embargo, está ubicada dentro del convento de Santa Clara la Real (Paseo Alfonso X el Sabio, 1). En él se conserva el alzado de parte de las dependencias del Alcázar Seguir o Alcázar Menor, una amplia muestra de piezas del siglo X al XV y un bellísimo patio con su alberca y arriates.

Centro de Visitantes La Muralla. Foto: Turismo de Murcia.

Fuera de las murallas de la medina árabe de Murcia, sus orígenes están en el palacio de recreo que el rey taifa murciano Ibn Mardanis (Rey Lobo) edificó durante su próspero reinado (1147-1172).

Subir a la torre de la catedral

Si hay algo que no te puedes perder es subir a la torre de la catedral de Murcia. En la Plaza del Cardenal Belluga, esta torre campanario es un hito tanto urbanístico como espiritual de la ciudad.

Torre campanario de la catedral de Murcia. Foto: Francisco Carrera | Pixabay.

De 90 metros de altura (95 si contamos la veleta) y construido en varias fases entre 1521 y 1791, destaca por la diferente anchura de sus cinco cuerpos, por su conjunción de estilos que pasan del renacentista al barroco, por sorpresas como la sala de los secretos o los susurros, por su conjunto de campanas (la más grande, Santa Águeda, pesa 6.420 kilos) y por sus espectaculares panorámicas sobre Murcia

De tapeo por Murcia

Aunque existe una buena cantidad de restaurantes donde disfrutar de la gastronomía local, incluidos estrellas Michelin, merece la pena descubrir el tapeo murciano.

A diferencia de otras ciudades, que tienen calles y barrios donde es tradicional esta costumbre, en Murcia no existe una sola zona de tapas. Los alrededores de la Catedral, la plaza de Santo Domingo y Gran Vía, Alfonso X El Sabio, Santa Eulalia, la plaza de San Juan o, cómo no, la conocidísima plaza de las Flores y su entorno son los mejores lugares.

La Plaza de las Flores es un imprescindible para el tapeo. Foto: Turismo de Murcia.

De pie o sentados, en el interior o el exterior de los locales, hay que pedir pasteles de carne y empanadillas con una cerveza bien fría. También indispensables son las marineras, tigres, pulpo al horno y montaditos de todo tipo.

Si bajan las temperaturas, lo mejor es decantarse por los michirones, el caldo con pelotas, los callos o los morros.

El Gran Rhin, La Tapa y El Parlamento en la plaza de las Flores; la Bodega de Pepico el del Tío Ginés, la Taberna de Perela y Salvador, el de las Mulas en la calle Ruipérez; el Café Bar Gran Vía (Gran Vía Alfonso X El Sabio, 1), templo de la ensaladilla murciana; y los locales del Mercado de Correos, un gastromercado situado en el antiguo edificio de correos en la Plaza de Ceballos son algunos de los que hay que probar.

El edificio, de 1930, estuvo en uso como oficina de Correos hasta la década de los 80. Foto: Mercado de Correos.

Murcia de puente en puente

Atravesada por el Segura, un paseo junto al río deja ver numerosos puentes y pasarelas, en muchos casos rodeados de jardines.

Es el caso de la pasarela del Malecón, construida en 1997 por el arquitecto Javier Manterola y con una original forma semicircular que simula el mástil de un barco. El puente, que luce aún más bello bajo la luz nocturna, sobrevuela el histórico azud que remansaba el caudal del río para permitir el paso de agua a dos molinos cuyas ruinas aparecen a los lados.

El puente Viejo o de Los Peligros es el más antiguo de la ciudad. Construido en 1741, fue costeado con los impuestos recaudados con la seda y, además de una hornacina que alberga una imagen de la Virgen de los Peligros, ofrece un excelente mirador sobre los antiguos molinos harineros del siglo XIX y hoy reconvertidos en museo y sala de exposiciones.

La Pasarela del Malecón es uno de los cruces más modernos de Murcia. Foto: Pablo Pagán | CC.

La Pasarela Miguel Caballero, por su parte, es un puente de hormigón construido en 1970 que se apoya en tres pilares centrales cilíndricos y que se conoce popularmente como puente del Martillo por desembocar en la parte más sobresaliente del palacio Episcopal o El mirador del Martillo, justo al lado del instituto Licenciado Francisco Cascales.

El Puente de Hierro o Puente Nuevo, proyectado en 1894 y construido en hierro al estilo de la torre Eiffel, el puente de acero y cristal de Santiago Calatrava frente al antiguo Hospital General de Murcia y que comunica los barrios de Vistabella e Infante, y la pasarela Jorge Manrique, también del arquitecto Santiago Calatrava y de suelo de cristal, son otros de los que no hay que perderse en este recorrido, en gran parte realizado por los jardines de Teniente Flomesta y Vistabella.

La huerta de Murcia

Rodeando la ciudad, la Huerta de Murcia es un valioso ecosistema salpicado también de historia y tradiciones. Ermitas y molinos pimentoneros, acequias y norias se combinan con un paisaje de frondosa vegetación y establecimientos tradicionales donde degustar la mejor gastronomía.

Torre Almodovar. Foto: Turismo de Murcia.

Se puede ir en bici, tranvía o bus, además de en vehículo privado, o bien paseando por sus caminos y senderos

La rueda de La Ñora, al norte de la ciudad, la Torre de Almodóvar, en la margen derecha del río Segura, el monasterio de los Jerónimos, el Rincón de San Antón, en la margen izquierda, con su entramado de acequias, así como diferentes molinos y casas torre dan cuenta del importante patrimonio huertano.

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