7 hoteles con chimenea perfectos para una escapada invernal

Con chimenea en la habitación, al pie de montañas o con vistas a paisajes nevados: estos hoteles destilan encanto y además son oasis perfectos donde desconectar y relajarse

Hotel Barosse en Jaca (Huesca)

Hoteles para amar el invierno como Barosse. Foto: Rusticae.

Bendita rutina y bendita tranquilidad, pensamos una vez pasado el ciclón de las fiestas navideñas con sus quedadas, sus comidas, sus cenas y sus compras. Y, a la semana, ya estamos quejándonos de lo largo que se hace el invierno. Y nada como pensar en un paseo por un bosque nevado que termine con una copa de vino frente a la chimenea para que se enciendan de nuevo las ganas de viajar.

A unas pocas horas en coche, descubrimos siete enclaves de lujo del catálogo de Rusticae ideales para el invierno en los que conseguir, en las 48 horas que dura el fin de semana, la desconexión y el relax necesarios para regresar a nuestro día a día completamente renovados.

Hotel Barosse (Jaca, Huesca)

En la pequeña localidad de Barós, a 2 km de Jaca, puerta a las estaciones de esquí del Pirineo aragonés como Candanchú, Astún o Formigal, se localiza el Hotel Barosse.

Hotel Barosse.
Hotel Barosse. Foto: Rusticae.

Jose y Gustavo son los propietarios de este coqueto establecimiento de piedra y madera de tan solo seis habitaciones en el que consiguen hacerte sentir como si estuvieras alojado en casa de unos amigos.

A los pies de la peña Oroel, en la comarca de la Jacetania y con arte románico (no te pierdas la catedral de Jaca o el Monasterio de San Juan de la Peña), bosques y ríos a su alrededor, puede, sin embargo, que no quieras salir del hotel durante todo el viaje.

Cuenta con restaurante (los desayunos son magníficos), jacuzzi y carta de masajes y además se pueden contratar sesiones de meditación o yoga, entre otras experiencias.

Hotel Barosse. Foto: Rusticae.

Lo mejor, sin embargo, disfrutar de los exquisitos detalles que rodean cada estancia y que van de los aromas a la música, los sabores genuinos o las historias frente a la chimenea.

Hotel Nabia (Candeleda, Ávila)

En el corazón del Valle del Tiétar, el Hotel Nabia es uno de los más encantadores de todo el catálogo de Rusticae. Ubicado en la localidad de Candeleda (Ávila), a más de 800 m de altitud y rodeado de robles, castaños, valles y gargantas, ofrece increíbles vistas al sur de la Sierra de Gredos.

El romanticismo se imprime en todos sus rincones, desde su historia (sus anfitriones, Íñigo y Sofía, se enamoraron del lugar y cambiaron su vida para convertirlo en un hotel rural) a su nombre, Nabia, que corresponde al de la diosa del agua y de los ríos en la mitología vettona y celta, pasando por su espectacular piscina.

Hotel Nabia. Foto: Rusticae.

Para mayores de 16 años, el establecimiento cuenta con 12 elegantes habitaciones en las que practicar el dulce arte de no hacer nada, aunque siempre se pueden reservar masajes, planear paseos por los alrededores o hacerse fuerte junto a la chimenea para disfrutar de un buen libro o dejar vagar la vista por el mar de nubes sobre el valle del Tiétar.

En cuanto a la gastronomía, ofrecen servicio de desayunos y cenas (bajo reserva) que preparan con productos de km0 y sostenibles en una suculenta combinación de cocina tradicional con alguna licencia creativa pero siempre respetando el sabor del producto.

Hotel Consolación (Monroyo, Teruel)

En la zona de El Matarraña, la Toscana española que se ubica en la provincia de Teruel, se encuentra el Hotel Consolación.

Hotel Consolación. Foto: Rusticae.

Rodeado de montes de pino y encinas, la definición de rural, sin embargo, no casa con este establecimiento de arquitectura totalmente singular, que se basa en diez cubos de madera y cristal que beben de las formas minimalistas del arquitecto norteamericano Craig Ellwood y del australiano Glenn Murcutt, así como muchas de las casas escandinavas.

Otras dos habitaciones ocupan lo que fuera la vivienda de un ermitaño, mientras que el restaurante y las zonas comunes se ubican en el edificio principal.

Daniel Delgado, Ignacio Mas de Xaxas y Covadonga Folgueras son los propietarios del hotel, donde la naturaleza se siente en cada rincón, especialmente en las habitaciones cubo, con una de sus paredes de cristal para ofrecer vistas continuas, paredes y suelo de pizarra negra, bañera excavada en el suelo, cama tipo tatami vestida con sábanas de algodón egipcio y chimenea colgante.

Hotel Consolación. Foto: Rusticae.

El hotel cuenta además con un restaurante abierto a alojados y no alojados donde El Matarraña y El Maestrazgo se transforman en platos y sabores.

Masía Can Pou (Canet d’Adri, Girona)

A solo 20 minutos de la ciudad de Girona, en la localidad de Canet d’Adri, se encuentra Can Pou, una fantástica masía fortificada del siglo XVII que se sumerge en la naturaleza en la Vall del Llemena.

Hotel Can Pou. Foto: Rusticae.

Perfecta para conectar con la naturaleza, relajarse o convertirse en la base de operaciones desde las que descubrir la Costa Brava y la zona volcánica de la Garrotxa, cuenta con siete exclusivas habitaciones dobles y un apartamento para cuatro personas.

Una de las suites, por ejemplo, ocupa la que fuera la torre de vigilancia de la masía, con tres niveles que ofrecen vistas 300º al valle y comodidades como una bañera XXL.

Para acurrucarse este invierno merece la pena reservar la suite La Morera, en los antiguos graneros, con su propia chimenea.

Hotel Can Pou. Foto: Rusticae.

Con patio, jardín, huerta y su propio bosque, no hace falta ir muy lejos para disfrutar del entorno. Se ofrece además servicio de desayuno y, bajo reserva, también cenas, una propuesta sencilla con platos hechos en casa con productos de la huerta y guiños a la cocina italiana.

Hotel Rural Iribarnia (Lantz, Navarra)

Magnífica opción para conocer el valle del Baztán, el bosque de Orgi o Pamplona (a apenas 20 minutos en coche), si algo garantiza el Hotel Rural Iribarnia es la atención personal –y más que cálida- por parte de Jesús y Lorena.

Hotel Rural Iribarnia. Foto: Rusticae.

En Lantz, muy cerca del Parque Natural de Bértiz, el hotel se alza en una casona del siglo XVI con un hermoso jardín que se ha renovado para acoger diez habitaciones modernas y confortables, siempre integrando materiales como madera, piedra y tejidos naturales, pero todas ellas diferentes (en estilos colonial, provenzal o victoriano) y algunas incluso con su propia chimenea.

La estancia se completa con la oferta gastronómica del hotel (solo para huéspedes): platos sabrosos y bien elaborados, al igual que los desayunos, y con las actividades en el entorno, que van desde tirolina, piraguas o rafting al senderismo en el Camino Baztanés, una variante del Camino de Santiago que arrancan en la francesa Bayona e incluye a Lanz en su recorrido.

Hotel Rural Iribarnia. Foto: Rusticae.

Hotel Antsotegui (Etxebarría, Vizcaya)

Una casa palacio, una vieja ferrería clausurada a principios de siglo XIX, un molino -activo hasta la década de los 50 del siglo XX- y un puente son los elementos que dan forma al Hotel Antsotegui, que se ubica en un valle cercano a la localidad de Etxebarria, en un precioso paraje de la costa vasca en Vizcaya.

Cuenta con 15 habitaciones, todas con nombres que remiten a montañas de la zona y todas diferentes en decoración, que se adaptan a la estructura original del edificio.

Hotel Antsotegi. Foto: Rusticae.

Además, ofrece servicio de restaurante, donde practica una cocina casera y tradicional, que completa con pizzas hechas en horno de leña. ¿Lo mejor cuando llega el frío? Sentarse junto a la chimenea junto a un libro de su biblioteca y disfrutar de un café o un rico txakoli.

Finca El Pao (Jijona, Alicante)

Totalmente integrado en la naturaleza y con vistas a la Sierra del Cabeçó d’Or, Finca El Pao cuenta con una extensión de cuatro hectáreas de olivos y almendros que garantizan la desconexión absoluta.

Seis suites integran este alojamiento solo para adultos, cada una con su propia terraza privada que se orienta respetando las energías Feng Shui y en armonía con sus cinco elementos: madera, fuego, tierra, metal y agua.

Y si en verano te recomendaríamos la habitación Aire, con una burbuja de cristal que permite disfrutar del cielo o directamente dormir bajo las estrellas, la suite estrella para el invierno es la llamada Metal, de 45 m2 con jacuzzi para dos, estufa de leña, vistas panorámicas a la sierra, cama king size sostenible (con un compromiso ecológico del 70%), ducha italiana o cafetera.

Finca El Pao. Foto: Rusticae.

El alojamiento está además a 25 minutos de playas como la de San Juan (desde donde se divisa la mítica isla de Tabarca), en una ubicación ideal para realizar actividades como senderismo, bicicleta de montaña, paseos a caballo o parapente.

Sin salir de El Pao, además, puedes disfrutar del spa y la sauna finlandesa, diferentes zonas de relax interiores y exteriores, terrazas o hamacas para relajarse y además contratar masajes ayurvédicos o clases de yoga.

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