Burdeos: el fascinante viaje de los sentidos en la Ciudad del Vino
La Ciudad del Vino, además de su vanguardista arquitectura, propone conocer la historia, los sabores y las variedades del vino a través de una fascinante exposición de 3.000 m2

La Cité du Vin, al lado del río Garona que fluye siempre con tonos dorados semejantes a los colores de la cubierta. Al fondo de la foto el centro de Burdeos FOTO: Cité du Vin
Es Burdeos, la elegante ciudad atlántica, corazón de Aquitania, una de las grandes capitales de Francia, el exilio escogido de Goya, con una larga historia vinculada a Inglaterra pero también a las colonias de ultramar, y con un sentimiento federalista encarnado por los girondinos de la Revolución de 1791
Sus calles presentan un urbanismo pionero de grandes plazas y paseos amplios, que ha desarrollado en los últimos años una importante vocación ecológica, donde casi no hay tráfico rodado y con un tranvía sin catenarias para no contaminar visualmente, con un billete cuesta la mitad que en Barcelona.
Pero Burdeos también es legendaria por su Cité du Vin, un homenaje a la cultura del vino único en el mundo, ahora accesible con Vueling desde Barcelona.
La Ciudad del Vino no es un museo
La Cité du Vin de Burdeos, no es un museo del vino (en la ciudad ya tiene uno y muy importante), este edificio de arquitectura de vanguardia -un decantador para unos, el vino cayendo en la copa para otros- es un centro cultural único en el mundo, que rinde homenaje al mundo del vino.
FOTO: Cité du Vin
La Cité du Vin tiene un diseño que para algunos es un decantador y para otros es un vino que se derrama en una copa
Esto lo hace a través de una exposición permanente interactiva, audiovisual y sensorial con cuatro recorridos esenciales y 19 módulos temáticos que suman 3.000 m2. Además, este edificio diseñado por XTU Architects (Anouk Legendre y Nicolas Desmazières) organiza exposiciones temporales como la actual Picasso, la efervescencia de las formas, y talleres y de catas; además de presentar una cava con más de 800 referencias de todo el mundo.
Otros espacios son tres restaurantes, un salón de lectura, una tienda y un mirador 360º a 35 metros de altura, ideal para conocer mientras se degusta un vino de cualquier lugar del mundo.
La renovación de la muestra permanente
Seis años después de su inauguración y tras recibir a más de dos millones de visitantes la Cité du Vin se prepara para renovar su exposición permanente, que concluirá durante el año que viene.
Situada en su segunda planta es “una invitación a viajar en el tiempo y en el espacio para descubrir las diferentes civilizaciones del vino”, dijo la responsable científica del complejo Véronique Lemoine.
La visita puede durar entre dos y tres horas, ideales para disfrutar con calma los cuatro itinerarios temáticos y los 19 espacios singulares.
Los cuatro itinerarios temáticos se pueden recorrer con calma durante dos o tres horas
Gracias a unos auriculares se potencia la interactividad con las animaciones multimedia, con diálogos en ocho idiomas. Tras el francés e inglés, la tercera lengua más solicitada es el español.
Las secciones de la muestra permanente
Una de las 19 secciones es Alrededor del mundo, que presenta los Viñedos a vista de pájaro con una proyección en tres pantallas gigantes y el suelo, y un sobrevuelo que descubre la belleza y la diversidad de diferentes paisajes vitivinícolas.
Allí está el apartado Planetas del vino, que permite descubrir como los climas condicionan la cultura de la viña. Son cinco globos terráqueos interactivos que invitan a comprender la presencia de la viña y su economía.
En tanto en Terruños y viticultores hablan 30 productores de 10 regiones alrededor de una mesa interactiva.
El arte de saber hacer
En la sección Savoir Faire está el capítulo Entre viñas, donde 18 pantallas táctiles en una estructura similar a la planta de la vid muestran cómo se seleccionan las variedades y se moldea el territorio para obtener los mejores vinos.
En La elaboración del vino se abarca el proceso de vendimia, fermentación, vinificación crianza y envejecimiento y en Secretos para elaborar vino se habla de seis familias de vinos: son seis botellas gigantes que presentan el universo de rosados, blancos, espumosos y tintos, con sus historias, aromas y los mundos asociados a cada estilo.
A través de la historia
En Siguiendo los ríos cinco grandes cuadros animados muestran las rutas fluviales del vino; con Más allá de los mares se invita a viajar en una nave de 50 plazas y vivir las aventuras de los comerciantes de vino en cada océano; y en La galería de las civilizaciones se enseña cómo el vino fue protagonista desde las tumbas egipcias hasta las cenas del siglo XVIII, pasando por los banquetes griegos.
En ‘A través de la historia’ los recursos multimedia invitan a viajar por la evolución del vino desde sus orígenes
En Paseo de las tendencias se llega al siglo XXI y las grandes transformaciones de diseño, la arquitectura de las bodegas, las etiquetas, las botellas y su packaging.
Imaginarios
En el capítulo Vino embriagador se trata sobre la degradación del consumo excesivo de vino visto desde el arte; Vino del amor lo toma como herramienta de seducción, el que ayuda a olvidar el del amor compartido, con una proyección en el techo para ver horizontal; y en Vino divino se analiza a esta bebida en las religiones, las mitologías y las artes.
El arte de vivir
En esta sección se encuentra El buffet de los cinco sentidos, con un recorrido lúdico de la cata en torno a los aromas y los colores del vino; en Cuestión de gusto uno se encuentra (virtualmente) con Voltaire, Napoleón, Churchill y otros personajes históricos amantes del vino.
En Cara a cara con expertos se puede aprender los secretos de los expertos y probar sus conocimientos; en ¡A la mesa! haytres mesas animadas que rinden homenaje al vino, la gastronomía y a su servicio en mesa, desde el esclavo griego hasta sumilleres como Hélène Darroze, Franck Ferrand y Ariane Massenet.
Recuerdos de Burdeos
La última sección es un homenaje a la ciudad, con Burdeos, ciudad y viñedo donde las mesas táctiles muestran la influencia del comercio del vino en la moderna capital de Aquitania y sus viñedos; y la visita concluye con La gran saga bordelesa, con un viaje de 2.000 años de Burdeos como puerto de vino.