| Los 25 influyentes del turismo valenciano en 2025

Silvia Blasco: «La debilidad del turismo no es modelo, sino el relato»

Silvia Blasco, influyente del turismo 2025, asegura: "Visualizo un modelo turístico donde la frontera entre turismo y residencia se desdibuja"

Silvia Blasco

Silvia Blasco (Foto: Kike Taberner)

Silvia Blasco es una de las 25 influyentes del turismo en la Comunidad Valenciana. Presidenta de ApturCV, la Asociación de Viviendas de Uso Turístico de la Comunidad Valenciana. Bajo su liderazgo, la entidad se ha incorporado a la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), con el objetivo de dar un nuevo impulso empresarial y profesional al sector. Además, como presidenta de Fevitur desde 2025, trabaja para integrar a particulares, gestores y empresas bajo un modelo de vivienda turística legal, profesionalizada y sostenible.

Economía Digital realiza entrevistas a los 25 influyentes del turismo en la Comunidad Valenciana para conocer su visión del sector, los riesgos y oportunidades y tomar nota de las aportaciones que los empresarios y directivos más relevantes realizan sobre el turismo.

¿Cuáles son las principales fortalezas del turismo en la Comunidad Valenciana?

Nuestra mayor fortaleza es la diversidad. Pocas regiones europeas pueden ofrecer, en un radio tan cercano, una oferta tan amplia y coherente: desde un litoral que ha sabido profesionalizarse sin perder su esencia, hasta un interior que ha descubierto en el turismo su mejor herramienta contra la despoblación.

A ello se suma un tejido empresarial que se ha ganado a pulso su reputación: empresas familiares, pymes y autónomos que han modernizado su oferta con inversión, formación y tecnología.

Hoy, la Comunidad Valenciana es sinónimo de calidad reglada y sostenibilidad social, con más de 403.000 plazas turísticas inscritas legalmente y un sector turístico que aporta más del 15 % del PIB regional.

¿Qué debilidades tiene que corregir y qué retos tiene por delante?

La principal debilidad del turismo valenciano no es el modelo, sino el relato. A menudo se nos percibe como un sector que debe justificarse, cuando en realidad somos un pilar económico que necesita estabilidad normativa y una planificación basada en evidencia, no en ideología. Debemos mejorar la coordinación institucional, simplificar los marcos regulatorios y apostar por políticas turísticas integrales que reconozcan la interdependencia entre turismo, vivienda, empleo y territorio.

El gran reto es pasar del crecimiento cuantitativo al cualitativo: atraer talento, redistribuir flujos, impulsar la formación y garantizar que la prosperidad turística llegue a cada rincón del territorio.

En definitiva, evolucionar de una política de control a una política de confianza y corresponsabilidad.

¿Cómo ve a la Comunidad Valenciana dentro de 25 años?

Dentro de 25 años imagino una Comunidad Valenciana líder en sostenibilidad integral: energética, social y territorial. Con destinos inteligentes interconectados, donde la gestión de datos y la digitalización permitan un equilibrio real entre residentes y visitantes.

Visualizo un modelo donde la frontera entre turismo y residencia se desdibuja, dando paso a un nuevo paradigma de movilidad habitacional: personas que viven, trabajan, estudian o se cuidan temporalmente en nuestros destinos, generando valor durante su estancia.

El turismo del futuro será más consciente, más pausado y más humano, y la Comunidad Valenciana tiene todos los ingredientes para ser su mejor laboratorio.

¿Hay turismofobia en la Comunidad Valenciana? ¿Cómo se debe actuar frente a este movimiento?

No creo que exista una turismofobia real en la Comunidad Valenciana. Lo que hay es una gran confusión alimentada por discursos simplistas que han convertido al turismo en el culpable de problemas estructurales que van mucho más allá del sector.

En realidad, todos somos turistas en algún momento de nuestra vida. Cuando visitamos el pueblo de al lado, cuando pasamos un fin de semana fuera, cuando dormimos en casa de un amigo o en un alojamiento reglado: en todos esos casos nos desplazamos, consumimos, compartimos y dejamos una huella positiva si se gestiona bien. El turismo no es “el otro”. El turismo somos nosotros mismos, moviéndonos, conociendo, aprendiendo.

Y por eso, la manera de actuar frente a los discursos hostiles no puede ser la confrontación, sino la pedagogía: explicar, con datos y con empatía, que el turismo bien gestionado es convivencia, identidad y progreso. No expulsa vecinos; lo que expulsa es la falta de planificación, la rigidez del mercado de vivienda y la ausencia de políticas eficaces de alquiler social.

El reto no es frenar al turismo, sino gobernarlo con inteligencia, para que siga siendo una fuente de prosperidad compartida y una herramienta para mantener vivos nuestros barrios, pueblos y ciudades.

¿Qué impacto tienen los apartamentos turísticos en la Comunidad Valenciana?

Es fundamental aclarar que no es lo mismo una vivienda de uso turístico (VUT) que un apartamento turístico o edificio de apartamentos turísticos. Ambas son modalidades regladas de alojamiento, pero responden a marcos jurídicos, operativos y de gestión distintos, aunque complementarios, dentro de la Ley 15/2018, de Turismo, Ocio y Hospitalidad de la Comunitat Valenciana.

Las viviendas de uso turístico son viviendas completas, inscritas en el Registro de Turismo de la Comunitat Valenciana, que se ofrecen temporalmente a través de canales legales y bajo un régimen de actividad económica reglada y fiscalmente transparente.

Pueden situarse tanto en suelo residencial como en suelo terciario, conforme a la Disposición Adicional Segunda de la Ley 15/2018, y están sujetas a exigencias de calidad, trazabilidad y control.

Lejos de la imagen simplista del arrendamiento ocasional, el sector de las VUT ha alcanzado altos niveles de profesionalización y digitalización, gestionadas por particulares formados y empresas especializadas que operan con estándares internacionales. Este ecosistema mixto —donde conviven microemprendedores y operadores consolidados— constituye uno de los grandes motores de innovación turística de la Comunidad Valenciana.

Los apartamentos turísticos, por su parte, son establecimientos de alojamiento turístico con unidades independientes, explotación empresarial unitaria y servicios centralizados.

Pueden implantarse en ámbitos residenciales o terciarios, siempre cumpliendo con los requisitos urbanísticos y turísticos pertinentes.
Además, su regulación exige que la explotación sea en conjunto —gestionando más del 51 % de las unidades— o en bloque, gestionando el 100 % del edificio, lo que garantiza homogeneidad, control operativo y estándares de calidad.

Ambos modelos coexisten, se complementan y responden a diferentes segmentos de demanda, desde el viajero familiar hasta el profesional desplazado o el turista internacional que busca autonomía y autenticidad. Confundirlos —como ocurre en el debate público— genera errores normativos y de percepción.

Las VUT no son un fenómeno nuevo ni un enemigo del acceso a la vivienda: son una forma reglada de alojamiento temporal, tecnológica y socialmente avanzada, que democratiza el turismo y sostiene rentas familiares.
Los apartamentos turísticos, por su parte, son un eje vertebrador dentro del conjunto de la oferta profesionalizada, clave en destinos de litoral e interior que apuestan por la excelencia y la estandarización.

Ambos modelos, bien gestionados, representan lo mejor del turismo valenciano: diverso, regulado y plenamente compatible con la convivencia y el desarrollo sostenible.

El turismo valenciano no necesita ser defendido: necesita ser entendido. Porque cuando se comprende su complejidad y su impacto real, se descubre que es —como decía un maestro— la fuerza tranquila que sostiene nuestro territorio.

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