Turismo y gastronomía sostenible en verano: un compromiso urgente con lo local y lo ecológico

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Playa de Poniente de Benidorm.

El verano es, para la mayoría de nosotros, sinónimo de vacaciones, viajes y tiempo en familia o con amigos para disfrutar y escapar de la rutina. Sin embargo, durante estas semanas en las que la actividad turística experimenta un crecimiento exponencial es necesario detenerse y reflexionar: ¿cómo impactan nuestras decisiones como turistas en los territorios que visitamos?

Y es que tenemos que ser conscientes de qué tipo de turismo queremos practicar. En este contexto, el turismo gastronómico sostenible emerge como una alternativa responsable y enriquecedora. Cada vez somos más los que apostamos por un modelo que prioriza el consumo local, los productos ecológicos y los negocios comprometidos con el entorno. Sin duda, se trata de una responsabilidad social y ambiental, pero, también, una gran oportunidad para descubrir la riqueza gastronómica de aquellas regiones y países que visitamos.

El turismo gastronómico sostenible nos permite descubrir platos y recetas típicas, aunque también va más allá. Se trata de elegir de forma consciente qué comemos, dónde compramos y a quién apoyamos.

Cuando elegimos establecimientos, ya sean restaurantes o tiendas, que trabajan con productores locales, estamos contribuyendo directamente al tejido económico y social de la región. Estos productores suelen respetar los ritmos de la naturaleza, optando por cultivos orgánicos o prácticas agroecológicas que cuidan el suelo y el entorno.

«No nos olvidemos de que, todos nosotros, como consumidores, tenemos el poder de respaldar a quienes apuestan por un modelo de negocio sostenible y respetuoso con el medio ambiente»

Además, consumir local es una forma efectiva de reducir la huella de carbono asociada al transporte de alimentos y procesos industriales. A cambio, nos alimentamos con productos de temporada con sabores auténticos, frescos y más nutritivos.

De esta manera, el turismo gastronómico sostenible se convierte en una experiencia enriquecedora: conecta al viajero con el lugar a través de sus sabores y recetas. No nos olvidemos de que, todos nosotros, como consumidores, tenemos el poder de respaldar a quienes apuestan por un modelo de negocio sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

No obstante, no todo es responsabilidad del consumidor. Para que esta forma de hacer turismo se consolide, es imprescindible el respaldo institucional. También son necesarias políticas públicas y estrategias turísticas que respalden estos esfuerzos, reconociendo el papel fundamental de la gastronomía local sostenible en la construcción de destinos más responsables y auténticos. La colaboración entre gobiernos, sector privado y ciudadanía es esencial para fortalecer y consolidar esta tendencia.

Y es que apostar por la sostenibilidad no supone renunciar al placer. Al contrario, es la mejor manera de disfrutar del turismo con todos los sentidos, dejando una huella positiva en el planeta y en las personas que lo habitan.

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