Las dos almas del Gobierno en la opa sobre Abertis

De Guindos defiende que la opa de Atlantia sobre Abertis es una operación entre privados, pero Nadal quiere evitar otro caso Endesa

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La opa de Atlantia sobre Abertis ha abierto una crisis en el Gobierno, que tiene dos visiones opuestas. Desde el mismo momento del anuncio de la oferta, algunos sectores, que recuerdan el veto del Gobierno italiano a la operación contraria, intentada por Abertis en 2006, y la compra de Endesa por parte de la italiana Enel, han presionado al ejecutivo Rajoy para que se manifieste. El Gobierno lo hizo tarde y con un discurso confuso: admitiendo que es una operación entre privados, pero utilizando Hispasat y las concesiones como arma apelando a la deidad del “interés general”.

En el Gobierno existen dos almas con opiniones y prioridades distintas, según han explicado fuentes conocedoras de la situación. Por un lado está el liberalismo del ministro de economía, Luis de Guindos; por el otro, la vigilancia que ejerce el de energía, Álvaro Nadal. En medio se encuentra el ministro de fomento, Íñigo de la Serna, a quien le ha tocado el papel de rescatador de los peajes pero que poco tiene que aportar al debate.

Luis de Guindos tiene claro que la opa de Atlantia sobre Aberts es una operación entre privados. Lo reiteró este jueves en las jornadas del Círculo de Economía de Sitges. “Es una empresa privada”, recordó, y añadió que “el Gobierno no entra en condicionantes” como el precio, el intercambio de acciones, etc. Sí que tiene que dar algunas autorizaciones, pero no se prevén problemáticas.

Por un lado, la opa no genera incompatibilidades en temas de competencia, ya que Atlantia no gestiona autopistas en España. Por el otro, el activo “estratégico” de Abertis, Hispasat, no interesa al grupo italiano, por lo que si hace peligrar la opa, la venderá y se quitará de encima el problema. Y respecto a las concesiones, sólo es necesaria una autorización administrativa. Por ejemplo, la concesionaria Itinere pertenece a un fondo extranjero y ha cambiado varias veces de propiedad en los últimos años, sin ninguna traba administrativa.

Atlantia-Abertis: las visiones de De Guindos y Nadal chocan y provocan un discurso confuso

Pese a estas evidencias, y admitir que el papel del Gobierno es secundario, De Guindos puso la reserva de la defensa del “interés general” por parte del ejecutivo, igual que De la Serna el miércoles. Y eso que De Guindos representa el alma liberal del Consejo de Ministros. Pero el alma intervencionista, con el recuerdo de la compra de Endesa por Enel, tiene mucho peso.

Su adalid es Álvaro Nadal, el ministro de energía. Sí, de energía, es decir, sin competencias sobre la operación, que recaen en economía y en fomento. ¿Qué papel juega? Nadal tiene a Enel entre ceja y ceja. Resumiéndolo brevemente, Enel terminó comprando Endesa tras la opa de Gas Natural y la oferta de Eon. La compañía participada por el gobierno italiano ganó la puja pero pagó un sobreprecio, que ahora España está pagando, según el propio Nadal.

Hace pocas semanas, el ministro se despachó en el Senado contra Enel, acusándola de favorecer a Italia “a costa del consumidor y de los trabajadores españoles”. Nadal terminó diciendo que “no era buena idea” que quien se quedase la principal eléctrica española fuera una empresa “cuyo propietario y gestor es el Estado italiano”.

Nadal ve el fantasma de la compra de Endesa por Enel en la opa de Atlantia sobre Abertis

Nadal ve ahora este fantasma en la opa de Atlantia sobre Abertis. Pese a que Atlantia es privada, teme que pueda gestionar las autopistas, otro servicio público, sin tener en cuenta los intereses. El ministro de energía no tiene competencias pero sí influencia en Rajoy. Antes de ser ministro fue el director de la oficina económica de Moncloa, es decir, la voz que susurraba a Rajoy sobre economía.

Esta doble alma ha provocado que el Gobierno sea incapaz de articular un discurso coherente sobre la opa. Sí pero no. Poco pueden hacer pero quieren que se note que no van a dejar que, otra vez, los italianos se queden con un servicio público así como así. Y en medio Isidro Fainé y La Caixa, que siguen sin decir esta boca es mía. Al menos, directamente.

Se espera que La Caixa pueda decir algo en dos semanas… o no. Pocos, o nadie, sabe lo que ronda por la cabeza de Fainé. El precio es el principal punto de desencuentro entre Abertis y Atlantia, y el mercado ha dado la razón a La Caixa, superando los 16,50 euros ofrecidos por los Benetton.

Pese a ello, la compañía italiana dice no estar estudiando una subida de precio y se plantea incluso una opa sin acuerdo con Fainé. ¿Puede prosperar una opa hostil? Desde Italia creen que sí –o aseguran creer que sí–, pero en España nadie, o casi, se lo imagina. Ya se verá, todavía queda mucho.

Xavier Alegret

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